Capítulo 9 Desgracia

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- ¿Quién es ella? - pregunté entre susurros.

- Su nombre es Rasha, es un presente de un Pasha a nuestro Sultán - Yesim respondió en voz baja. - Escuché a Cennet Kalfa decir que es una pequeña víbora y buscara ganarse el favor de todos.

Asentí ante sus palabras - ¿Fue a los aposentos del Sultán? - pregunté con la vista fija en Rasha.

- Aún no ¿Qué harás? - me miró.

- Nada, veremos si realmente es una pequeña víbora - dije con gracia - Nos vemos al rato - di un rápido beso en su mejilla.

Me puse de pie y sin perder el tiempo salí del harem, caminé tan rápido como pude hasta llegar a los aposentos de la Sultana Halime. Hice una reverencia cuando entré al lugar.

- Mi Sultana hay una nueva chica en el harem, dicen que irá a la hosada de su majestad - informo.

Halime sonríe de lado, su mirada divertida puesta en mi, con gracia deja el bordado sobre la mesa para posteriormente unir sus manos sobre su regazo.

- ¿Qué piensas hacer al respecto? - me pregunta alzando una de sus perfectas cejas.

Parpadeo confundida y trato de pensar en una respuesta adecuada. Admitir que me desagrada la idea de que una extraña pase la noche con el Sultán y hacer algo para evitarlo o dejarlo ser.

- No puedo interferir en el harem - respondo con obviedad.

- Exacto. Haya ue dejar que vaya con su majestad pero ya es hora, Fátima debes dar a luz a un hijo para el Sultán - su mirada se posó un momento sobre el Şehzade Mustafa que juega con sus barcos, ignorante de nuestra conversación - Sé que protegerlas a Mustafa, además prefiero que seas tú a cualquier otra del harem - confesó.

Aunque me haya imaginado teniendo mi propia familia, la idea me asusta, negué con la cabeza - No estoy lista, mi Sultana - tener una familia con el difunto Şehzade Mahmud fue una fantasía hilarante.

Pero al sostener su cadáver esos pensamientos infantiles se esfumaron, con el tiempo todo lo que ocupaba mi mente es cuidar del Príncipe y del Sultán. Evitar que sufran el cruel destino de Mahmud.

- Lo estás, confío en ti Fátima - la mujer se levantó de su asiento. - Es momento de solidificar tu posición en el harem antes de que Mapeyker o esa tal Rasha queden en cinta - con calma camino a través de los aposentos.

De un estante tomó una bolsa pequeña de color marrón oscuro, su ojos grises se fijaron en mi y con una sonrisa movió la bolsa - Esto te aumentará tu fertilidad - aseguró.


Una Gota De Amor En El Infierno // Ahmed Sultan Where stories live. Discover now