Capítulo 16

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La llamada es cancelada, vuelve a entrar una llamada pero cuando voy a responder entran cuatro chicas discutiendo o no sé si hablan, bueno gritan por lo alto de la música, agarro mis cosas y salgo del baño, mi cuerpo es pegado hacia la pared, abro mis ojos en sorpresa trato de zafarme del agarre del hombre que me tiene contra la pared y su cuerpo.

-Bella- mi cuerpo se relaja cuando escucho la voz de Leonardo.

-Signor reginato- le digo al oído.

-Aceptame una copa.

-Este no es un lugar de copas Leonardo, es un lugar para tomar de todo, menos una copa.

Le ve fijamente mis ojos- Bueno, Aceptame un whisky.

Me acerco nuevamente a su oído- Suéltame.

El sonríe y hace lo que pido, empiezo a caminar dejándolo atrás, el agarra mi antebrazo.

-¿Whisky?-.

Asiento lentamente, la mirada de Antonio está en mi, el niega mientras saca su móvil, yo le guiño un ojo que dudo que pueda ver mi gesto por la poca luz en el lugar.

Llegamos a la mesa donde estaba Leonardo, el jala la silla indicando que me siente le sonrió y me siento.

-¿Cómo estás?- pregunta.

Yo sonrío- Perfecta Leonardo, ¿No me ves?.

-Si, lo veo.

El se inclina y sirve el whisky en el vaso, cuando va a echarle el hielo lo detengo.

-Me gusta seco, caliente.

El sonríe y me da el vaso-¡Salud!- dice Leonardo.

-¿Por que brindamos?.

-porque estás aquí conmigo, whisky entre nosotros, ¿Quién sabe lo pueda pasar?.

-No va a pasar nada Leonardo, sólo fue sexo. Además, no olvides que tengo una responsabilidad muy grande en casa.

-Ángel...

-Exacto.

-Estaba pensando que podríamos ir de vacaciones los tres.

Eso hace que una risa salga del fondo de mi garganta, Leonardo sólo sonríe.

-Leonardo, Esas vacaciones las tendré, pero no contigo, será con el padre de mi hijo, mi hijo y yo.

-¿Cómo?.

-Leonardo, sólo fue sexo.

-Siempre me has gustado, desde que estabas con Cristián, desde que eras su secretaria.

-Ahora no soy su secretaria, pero soy su socia y madre de su hijo.

-¡¿Que?!- exclama el hombre frente a mí.

-¡Salud Leonardo!.

-¿Estas con Cristián?.

-No, solo soy la madre de su hijo- le digo después de que el líquido caliente baje por mi garganta.

Leonardo está hablando de no se qué, no le estoy prestando atención, el licor ya está en mi sistema, me levanto y me siento en las piernas de leonardo.

-Callate ya- le digo y después lo beso, maldición no, no y no, no son iguales, no es el mismo furor.

Me despego de los labios de italiano, nuestras respiraciones están un poco aceleradas, pero no puedo hacer esto, no puedo besar a Leonardo pensando en Cristián.

¡Maldito magnate!.

Me levanto de las piernas de leonardo-¿Que sucede?- pregunta.

-Nada, solo que no puedo, no lo haré.

La Magnate RusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora