HAZLO

3 0 0
                                    


Una vez mi madre me dijo que si encontraba a alguien que me quisiera en verdad no sería necesario el que me regalara rosas, peluches o cosas de moda. El amor no se compraba con nada en el mundo, claro que yo con mi actual personalidad de Dorothy le respondí que si el amor no se compraba entonces ¿cómo era posible que existieran los sugar dadys? Claro que después de haberle dicho eso me dio una santa regañada y no volvimos a hablar del tema.También me habían dicho que las mejores relaciones que podían existir se basaban con "el amor a primera vista" y "mejores amigos". Para ser franca nunca entendí eso, o tal vez nunca lo quise entender, pues me parecía ridícula la idea de que sintieras algo por alguien con tan solo verlo una o dos veces, al igual que era una tontería el enamorarte de tu mejor amigo o amiga en otros casos, ¿cómo podría pasar algo como eso?No lo entendía y al parecer este era el momento donde mi mente se había abierto por fin. Comenzaba a creer en esas tonterías por culpa de unos ojos verdes que durante tres semanas me comenzaban a volver loca.El tenerlo en frente de mí como ahora estaba, lograba que mi ritmo cardíaco se alterará y mi respiración me faltara.¿porqué solo el podía lograr eso? ¿que me estaba pasando?Su respiración se encontraba agitada y mi corazón palpitaba tan fuerte que se podía escuchar en mis oídos. Sus manos en ambos lados de mi cabeza y piernas rodeando mi cadera no ayudaban que mis nervios se tranquilizaran.— Julieta -me llamó. Fue en ese momento donde me di cuenta de lo cerca que estaba nuestros rostros, su aliento de menta entro por mis fosas nasales y al igual que su colonia.— Romeo -le llame por su segundo nombre. Una sonrisa en el rostro de ambos se dibujó. Esta era la escena más divertida que podía vivir, maldito Shakespeare, ¿porqué escogiste esos nombres y no otros?— ¿estás bien? -pregunto.— Sí... solo, si pudiera levantarme, creo que estaría mejor -dije sin borrar la sonrisa de mi rostro.— ¡Cierto! -dijo y se comenzó a quitar de encima de mí.Levanté la parte inferior de mi cuerpo del pasto, tratando de sacudir los pétalos que habían caído en mi cuerpo.Ronald extendió su mano en mi rostro para que pudiera tomarla y levantarme de suelo. La acepte y una vez más el simple roce de su piel con la mía hacia que una electricidad recorriera mi cuerpo.Con mi mano ya entrelazada con la suya dio un jalón y me levanto en un instante. Nuestros rostros una vez más quedaron juntos, no sabía si lo hacía a propósito o si en realidad era pura casualidad el terminar siempre así. Pero algo si sabía, había dentro de mi que me gritaba.HazloQuería hacerlo, quería acercar más nuestros rostros hasta que nuestras narices y labios rozaran, quería tenerlo más cerca. Tal vez aquellos flashbacks me habían puesto así de sentimental, pero no lo sabía.Fue en este momento donde me di cuenta de lo que ocurría, ¿que estaba haciendo? ¿porqué actuaba y pensaba de esta manera cuando se trataba de él?La razón me decía a gritos que me alejara y nunca más volviera a acercarme a él, pero el maldito corazón me decía que debía de arriesgarme a tenerlo conmigo.Esto era tal vez un sube y baja de sentimientos que no conocía y temía a que algo malo llegará a pasar.Pero, ¡maldición! esto me comenzaba a gustar y no sabía el porqué.Y antes de que pudiera tomar la razón el control de mi cuerpo los labios de Ronald se posaron en los míos. Quería sentirlo, quería que no se alejara de mi, sus labios suaves y carnosos hacían que mi mente diera miles de vueltas y mi respiración se agitara. Comenzando como un torpe beso se fue convirtiendo en uno más intenso, sintiendo cada vez más el sabor de sus labios. ¿Es que usaba algún bálsamo? o ¿porqué sabía tan bien?.Tal vez era el sabor de mi labial y yo no lo sabía, pero esto me comenzaba a agradar. Sus manos en mi rostro hicieron que esa electricidad que antes sentía se intensificará más, ese hormigueo en mi estómago no tardó en llegar cuando comenzó a morder mis labios de una manera jodidamente asesina.Si alguien me hubiera dicho que el nerd besaba así, créanme, no les hubiera hecho caso. Este chico era un experto en esto y yo parecía una presa siendo comida por su depredador.Quería intensificar más esto, pero todo el momento se detuvo cuando otro flashback apareció en mi mente.Las luces violetas y azules en tonos neones invadían el lugar. Con música a todo volumen hacian que los cuerpos de la gente en el lugar chocará entre ellas y bailarán de una mera muy especial. Sus cuerpos empapados ya sea por el sudor, bebidas o en otros casos la saliva que daban algunos con sus parejas haciendo que el aire del lugar se comenzará a acabar, logrando que me sofocara aquí.No sabía que hacía en este lugar, mucho menos el con quién estaba, pero algo era seguro. No me quería despegar de él por ningún segundo.Mi vista se enfocó con más claridad en su rostro y pude ver a través de la luz blanca que salía de las bocinas del DJ unos ojos verdes. Y una vez más, antes de que pudiera hacer algo todo se borró y volví a la realidad.Me despegue de Ronald de un empujón, sentía mi respiración agitada y no sabía si era por el shock que me había dejado aquel recuerdo o era por el beso.Sus manos aún seguian en mi rostro y mis manos en su pecho. Pude darme cuenta de que él también tenía serios problemas al respirar por el sube y baja de su pecho y las grandes tomadas de aire que ambos dábamos.Levante mi vista de mis manos y pude ver su rostro una vez más. ¿Quién era realmente? y ¿porqué esos ojos estaban hasta en mis sueños?— Julieta. Yo -se detuvo al decir. Me aleje un poco más de él, hasta que todo lo que había pasado me llegó a la mente. HABIA BESADO A RONALD. El mismo chico que una vez prometí ni besar ni acercarme.La realidad y la razón tomaron control de mi cuerpo muy tarde, todo esto me había caído como un balde de agua helada. ¿Que había hecho? o más bien ¿porqué lo hice?— Julieta -antes de que pudiera continuar me aleje de él y corrí hasta el pasillo de laboratorios, el cual aún seguía vacío.Escuchaba como llamaba mi nombre y sus pasos acercandose a mí. Antes de que pudiera salir del lugar el se metió en mi camino.— July -dijo con sus ojos de cachorro.— ¡! -lo señale— Nunca me vuelvas a llamar así -dije con enojó.— Perdón, ¿ok?. Yo no pensé en lo que estaba pasando, yo solo -comenzo a decir.— Ronald, ¿quién eres realmente? -lance la pregunta sin más. No obtuve respuesta de ello y eso era lo que más me aterraba, ¿que quería de mi? ¿porqué me hacía esto? Tenía muchas dudas y tenía que aclararlas ahora o nunca, pero sabía que una persona enojada hacia cosas sin pensar.— Julieta -me llamó una vez más.— Me largo, nos vemos luego -dije y salí del lugar.Aún no entendía el porque le dije eso, estaba segura que no lo volvería a ver más después de esto.Pero vaya suerte que tenía, si lo volvería a ver.Subí al primer metro que llegó y para mi suerte estaba vacío. No sabía cuánto tiempo había pasado pero el cielo se comenzaba a tornar de un color anaranjado, dando señala de que el solo pronto se metería. Mire por la ventana del vagón y en el terreno pude ver cómo lágrimas salían de mis ojos.¿porqué lloraba? o más bien ¿cuando comencé a llorar?Con mi mano libre borré todo indicio de que había llorando y trague saliva. No entendia el porque estaba así, ¿porqué lloraba? ¿que sentía realmente? ¿que me estaba pasando? y más que nada ¿quién era realmente, Ronald?

Di ¡No! al cliché [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora