Gracias y adiós. parte 1.

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Emmm, no creo que sea buena idea -dice Ronald acostado en mi regazo.


— ¿Porque no? -pregunto curiosa e inocentemente. Noto como arruga su nariz por lo que le acabo de pedir.


Es decir, acompañarte si está bien. Además de que ahora se que a él no le gustas -comienza a decir con su típico tono celoso que tanto me gusta.


Sonrío mientras acaricio su cabello.


Ufff, mierda. No hagas eso -susurra con la voz ronca.


— ¿Que deje de hacer que? -pregunto sin dejar de acariciar su cabello y luego comenzando a acariciar su rostro.


Sabes que me derrito cuando haces eso de acariciar mi cabello -dice. Oh, claro que lo sé, ¿por qué otra razón más lo haría?


Va a ser solo una noche, no es como que Shawn se aparezca en ese lugar por arte de magia. -me burló. 

Escucho como bufa y cierra los ojos mientras toma mi mano, con la cual lo acariciaba.

— ¿porqué nunca te puedo decir que no? -pregunta en señal de rendición. Me acerco a su boca dejando un beso a un lado de está.


Porque me quieres y... -me acerco a su oído izquierdo— Porque sabes cómo acaban todas las noches que salimos de fiesta -añado con un sorprendente tono coqueto en mi voz. 

Logro que Ron se incorporé y me aplaste contra la cama, terminando con su rostro cerca del mío, sus labios rozando con los míos y mis piernas abiertas a sus costados.

Entonces necesitaré un adelanto -dice cerca de mí.

 Quiero hablar, decirle algo para seguirle el juego, pero sus labios toman los míos como si besarme le diera mil años de vida.

Un beso apasionado, creo que así es como lo podría describir. Sus manos a acariciando cada parte de mi cuerpo, como si estuviera esculpiendo una obra de arte.


Muerde mi labio y aunque quiero gemir por su reacción no lo hago, solo lanzo un profundo suspiro que nos hace volver a besarnos como en un inicio.Su mano deambula por mi pecho, comenzando a desabrochar los botones de mí camisa. Estiro su playera de un tirón y la hecho a un lado.


Ambos reímos por como cada uno sabemos lo va a hacer el otro. Es como si estuviéramos completamente coordinados.


Julieta, tienes labial... ¡Por todas las abdominales del mundo! -la puerta de mi habitación se abre al par. Dejando entrar a una Alice completamente avergonzada, y digo que está avergonzada por lo roja que tiene la cara pero su vista de nosotros dos no desaparece.


Estoy en ropa interior y Ronald solo tiene su pantalón puesto y eso entre comillas, pues lo tiene desabrochado.Ambos observamos a Alice quién no se mueve de la puerta.


Yo... Uhmmm -tartamudea y creo que eso es suficiente para que ella salga disparada de la habitación, cerrando la puerta detrás de ella.

Di ¡No! al cliché [En Edición]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora