¿Quien es ella?

1 0 0
                                    

Entonces le dije "si quieres algo serio con mi hermano, primero debes de decir que talla de sostén eres" -comenzo a decir Alice. Sus mejillas estaban completamente rojizas, aunque podría jurar que las mías igual. Habíamos bebido desde que llegamos a este lugar y pronto sería mi toque de queda, si mis padres me ven llegando en este estado estoy segura que le matan.— ¡¿Qué?! -dije y lance una gran carcajada. Alice se encogió de hombros y tomo de un trago un shot rojo con un polvito blanco y con chile piquín en la orilla del vaso. Creo que se llamaba vampirito.— Siii, y lo mejor de todo -se acerco a rostro— es que era talla 32B, mhmh -nego con la cabeza mientras hacía un extraño sonido en su boca— Para mi eso sigue siendo plano -dijo y tomo otro shot pero este de color rosa. Carcajee y apoye mis manos en la barra.— Y para ti, ¿cual es una talla perfecta para tu hermano? -dije mientras le daba un trago a una piña colada. Alice levantó su vista al techo y puso su dedo índice en sus manos, como si estuviera pensando. Bajo su mirada a mí, o más bien a mis pechos y antes de que me diera cuenta sus manos estaban en mis bubis.Frunció sus labios y entrecejo dudosa sobre lo que veía.— Alice, ¿Qué haces? -pregunte al igual que Alan.Ella aún seguía moviendo mis pechos y apesar de querer quitarle las manos de ahí Alice me daba un manotazo.— Queta -me ordenaba— Creo que estás casi en la talla perfecta -levanto su vista de mis pechos a mis ojos y luego me sonrió.— ¿Qué talla eres? -pregunto con burla. Quite sus manos de mi pecho y le di un gran trago a mi bebida.— Estás loca -la llame y ella solo negó.— Oh, no, chica. Solamente busco lo mejor para mí hermano -dijo mientras imitaba los ademanes de las chicas afroamericanas que aparecían en las series de televisión.— Y ¿Quién es la mejor para tu hermano? -pregunte sin pensar. Tal vez ya tenía demasiado alcohol en mi cuerpo y mi cerebro no podía tomar el control completo de mis cinco sentidos. Pero apesar de haber hecho esa pregunta la sonrisa de alegría del rostro de Alice no se borró, al contrario, se hizo más grande y amplía.— Mi hermano es alguien muy especial para mí. Desde la separación de nuestros padres el cambio mucho hacia nosotros, esa historia ya la sabes -me miro aún sonriendo pero está vez con los ojos hinchados, como si estuviera contenido las lágrimas.— El se distanció de mí, así que hacía de todo para poder llamar su atención, por eso cuando el te conoció sentí celos de ti, porque tú pasabas más tiempo con él que yo. Así que te hice la vida imposible -comenzo a contar lo último con una risa burlona.— Vaya resumen - ironice.— Pero... me di cuenta de algo -su voz alegre desapareció y solo podía notar una pizca de sentimentalismo en su voz.— El divorcio de mis padres afectó a mi hermano en todos sus sentidos, llegó el punto de tener que llevarlo a terapia porque continuamente tenía pensamientos suicidas, pero cuando tú apareciste vi algo en él que nunca antes había visto -su mirada se posó una vez más en mi y me mostró una sonrisa sin mostrar sus labios y una lágrima salió de su ojo derecho.— Mi hermano había perdido la esperanza de encontrar a alguien con quien pasar el resto de su vida, su sonrisa se había borrado por completo, pero cuando tú llegaste a su vida -hizo una breve pausa— No sabes cuento me arrepiento de que ustedes terminarán. ¡Si yo no hubiera planeado aquella escena junto con Brian y Allison! - sus ganas de llorar incrementaron y justo en ese momento sentia unas enormes ganas de querer gritarle y decirle el cuanto habíamos sufrido a consecuencia de ella. Pero sabía que no era necesario hacerlo.— ¿Allison? ¿Quién es ella? -pregunte y Alice comenzó a llorar con más fuerza.— Oye, ¡Alice! ¿Qué pasa? Oye -la llame y antes de que me diera cuenta ella ya estaba apoyada en la barra durmiendo.Me lleva la que me trajo. Ahora tendría que llevarla a su casa, pero no sé dónde vive. Aún es menor de edad, así que debe de vivir o con su madre o su hermano pero no sé dónde vive alguno de los dos, o más bien no recuerdo.— ¡Genial! Ya se durmió -dijo Alan del otro lado de la barra. Lo miré por unos segundos y el comenzó a recoger todos los vasos de las bebidas que me estaba enseñando ella.— ¡Dios santo! -dije sin pensar mientras veía como dormía mi ex cuñada— Disculpa -llame al chico y el me sonrió.— Tranquila, en unos minutos va a despertar y sobre la cuenta ella ya lo había pagado todo -dijo mientras limpiaba uno de los vasos que use.— ¿Sabrás dónde vive? -pregunte y el negó.— Soy el barman, no un GPS -me dijo con fastidio y regreso a hacer su trabajo en una de las mesas lejanas.Regresé mi vista a Alice, quién seguía durmiendo y de vez en cuando se quejaba en sueños y las lágrimas salian de sus ojos cerrados.Podría irme a casa y dejarla aquí, pero sabía que no podría llegar ni a media cuadra sin el resentimiento de que la deje aquí sola.Con cuidado tome uno de sus brazos y lo rodeé sobre mis hombros, apoyando su peso en mí hice que saliéramos del lugar hasta llegar a su moto.Nunca había conducido una, pero sabía de alguien quién si lo haría. Aunque también sabía que me arrepentiría de llamarle.Saqué mi celular y solo podía ver cómo la imagen de la pantalla se movía de un lado a otro, como si bailará a una canción sin ritmo. Cerré mis ojos por unos segundos, esperando a que el mareo cesará, después de un rato los volví a abrir ahora la imagen de la pantalla se podía distinguir un poco.Busque entre los contactos el número de Ronald y cuando lo encontré dude por unos segundos el presionar el botón de llamar.Pero una vez más mi cuerpo reaccionó en contra de mis órdenes y lo llamé.Las tonadas se escuchaban en mi oído una por una provocando un gran dolor de cabeza. Pero nunca contesto. Insiste una vez más y no fue hasta el tercer tono de la segunda llamada que contesto. Su voz se escuchaba agitada y preocupada al nombrar mi nombre.— ¡¿Julieta?! -al escuchar mi nombre de él hizo que esos nervios u hormigueos en mi estómago regresarán ¿porqué él era el único que provocaba eso?— ¿Donde..? -antes de que preguntara lo interrumpí.— Necesito de tu ayuda -dije y por primera vez pude escuchar como mi voz sonaba embriagada. Parecía como si tuviera algo en mi boca que no me dejaba pronunciar bien las palabras.— Julieta. ¿Estás borracha? -me pregunto y un gemido de parte de Alice se escuchó. Estaba reaccionando y justo cuando me vió con el teléfono me lanzo su mano libre y tomo mi teléfono de la oreja.— Holaaaa desconocido. Perdón que te haya llamado mi amiga, si eres su ex fuiste un error para ella, si eres su amigo déjala que está conmigo, si eres su hermano tranqui chico, está en buenas manos ~Hep~ -comenzo a darle hipo— y si eres Vale, ¡pudrete perra! Gracias por la gran charla -lo último canturreo.— ¿Alice? ¿Qué haces con July? -escuche como Ronald le preguntaba a su hermana eso y pude ver cómo su rostro se puso pálido y como si hubiera tocado algo caliente me lanzo el teléfono dando un grito.— Es... es... es mi hermano -susurro. Rodeé los ojos y la senté en su moto una vez más.Tome el celular, el cual había resbalado de mis manos y caído al suelo, y lo limpie para volver a hablar con Ronald.— ¡Alice! ¡Respóndeme! -grito y aleje el teléfono de mi oído para no quedar sorda— ¿Donde carajos están? ¿Qué le hiciste a Julieta? -comenzo a preguntar.— Tranquilo, Romeo -lo llame por su apellido— Soy yo de nuevo y solo necesito que te lleves a tu hermana que esta pasada de copas — dije y Alice se levantó de un salto de la moto y puso sus brazos en jarra y me miró con el entrecejo fruncido y su boca abierta.— ¡Yo no estoy borracha! -chillo pero después tambaleó— WOW, está temblando. ¡Hay, qué bonita mariposa! -dijo mientras veía como una pequeña mariposa blanca que volaba al rededor de nosotras.— Si, claro -dije con sarcasmo y mi voz ya sonaba un poco más clara. Escuché del otro lado de la línea como Ronald gruñía y hacia un ruido extraño con su boca.— ¿Donde estan? -pregunto y eso escuchó Alice y se acercó a mí para gritar lo que no me esperaba escuchar.— ¡Estamos perdidas! perdidas, perdidas -comenzo a bajar la voz, imitando el eco de una cueva y mentalmente me pegaba en la frente con la pared al ver como Alice se comportaba ebria.— ¿Qué carajos? -musito Ronald y yo contuve las ganas de burlarme al ver como Alice hacia un baile ridículo en medio de la banqueta.— ¡Ven por nosotras! Estamos en la cafetería de Artes -dije y pude escuchar un gruñido de aceptación de su parte. Al volver a ver a Alice ahora ella estaba vomitando en una de las macetas de la cafetería.— Ok, voy para allá. llegó en 30 -dijo y yo me acerque a Alice quién estaba por vomitar. Pero por más extraño que suene se tragó su vomitó y de dónde están antes comenzó a acariciar la planta y a hablar con ella.— Por favor, que sea en 15 -dije y el solo aceptó y yo hacía de todo para alejar a Alice de las distracciones y de bailar en la calle.— ¡Oh! Mira, un perrito -dijo mientras señalaba a un perro de la calle enfermó.— Voy a acariciarlo -dijo y la tomé por los brazos y la regresé a la moto.— ¡No! te vas a quedar aquí -le ordenaba.— ¡Pero yo quiero a ese perrito! -comenzo a chillar y de una rato a otro a llorar— ¡Quiero a mi mamá! -dijo y nunca me imaginé decir esto. Deseaba que Ronald llegará.

Di ¡No! al cliché [En Edición]Where stories live. Discover now