Biblioteca. Especial.

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El fin de semana paso rápido en compañía de Vale. Salimos de compras, o más bien de sus compras, comimos juntas, vimos películas y chismeamos un poco sobre todo. Desde la farándula hasta cosas de la escuela. Todo era perfecto, por un momento llegue a olvidarme de que el lunes llegaría y con ello también llegaría mis horas de trabajo en la biblioteca. Nunca pensé decir esto, pero...— No quiero ir -me queje al escuchar la alarma sonar una vez más cerca de mí. Le di un manotazo con algo de fuerza con la intención de apagarla pero al parecer no solo eso logré. Ahora aparte de quejarme un poco sobre que era lunes también me quedaría de que deje de tener reloj despertador.Me incorpore una vez más en mi cama, tratando de tomar fuerzas y a la vez mirando un zapato, como si este me diera la solución a la mayoría de mis problemas.Durante unos minutos así, buscandole tres patas al gato, finalmente me levanté de la cama y me dirigí al baño con mi ropa.Por fortuna Rey estaba haciendo guardia en un hospital mientras que mi hermano de seguro seguía durmiendo, así que se podría decir que por ahora tendría la bañera para mí sola. Pero cuando voy viene el tiempo en el reloj de mi celular es como si hubiera visto a un fantasma.las 7:15 am.SIP, se me hace tarde, aunque creo que esa palabra le queda corta a que debo de vestirme, desayunar algo rápido, tomar el autobús y estar en la escuela en menos de 25 minutos. Si... tengo todo bajo control, ¿o no?Tal parecía que la suerte o mejor dicho el día no estaba de mi lado, me tarde lo que nunca me había tardado en entrar en un pantalón, un botón se cayó de la blusa que me pondría y tendría que usar otra, mi cabello tal parece que tomo el día perfecto para ponerse más rebelde que nunca y ¡ah! no encontraba el par de mi calcetín.¡WOW! ¿Que otra cosa más me podría salir mal?...El autobús casi se va y casi me doy de cara con los escalones de la entrada.¿Saben que? mejor dejemoslo como que no fue mi mejor mañana.


(****)*

El sonido del último timbre retumba en mi cabeza. Es hora de mi salida de clases, pero mi hora de entrada del trabajo... sí un día común como cualquier otro.Salgo a duras penas del aula después de dejar pasar a una manada de mis compañeros. Tratando de guardar mi carpeta en mi mochila mié tras camino siento como alguien me toma de la cintura y me comienza a empujar entre la multitud.— Tu solo camina, no mires atrás -dice pegado a mi oído. Siento cosquillas en mi cuello al sentir su respiración tan cerca, de alguna forma me pone nerviosa. Después de pasar por las escaleras me toma de la mano y comienza a correr junto conmigo hacia otro pasillo que llega a los campos deportivos.— Oye, espera -digo pero nos detenemos en seco por un momento y caminamos como unos alumnos normales cuando un prefecto pasa por nuestro lado.Cierro mi boca por un segundo y contengo la respiración, después de ver como este se desaparece por el pasillo del que salimos, Ronald me encamina por unas escaleras que nunca había visto.— Estás escaleras son la ruta de escape de la biblioteca y los salones que están a lado -dice como si me estuviera leyendo la mente.— ¿Y me dices que ahora vamos a entrar por la puerta trasera en vez de la de enfrente? -ironizo. Él solo ríe y niega con la cabeza cuando estamos cerca de una puerta de metal.— No me dejas terminar, también es la de la azotea -agrega al abrir aquella puerta. Siento como una ligera brisa acaricia mi rostro en cuanto la abre, veo bancas de concreto en ese lugar, pequeños huertos en unas esquinas y en medio de la azotea y entre estos unos que otros climas y tanques de agua. Sin dudarlo dos veces entro a ese lugar mientras contempló todo a mi alrededor.Me parece increíble que la escuela tenga un lugar como éste y que lo esconda de todos,es demasiado lindo como para estar solo.— ¿Cómo...? ¿Cómo descubriste este lugar? -pregunto al girar un poco para verlo, dejando caer por mi hombro mi pesada mochila. Él camina alrededor y contempla en lugar junto conmigo.— Lo usan de vez en cuando los de teatro y baile -dice. Levantó mis cejas de sorpresa, no me imagino a Ronald bailando y actuando a la vez, eso es algo imposible.— ¿Y tú estuviste en una de esos clubes? -pregunto con broma. Riendo un poco, él hace lo mismo y cuando llega a quedar a dos metros de mí solo me mira y niega.— Un amigo estuvo en teatro, ¡no pongas esa cara! el pobre solo quería impresionar a su crush, así que cada vez que yo salía temprano lo acompañaba a sus ensayos, en fin; es una larga historia -dice encogiéndose de hombros.— Me gustaría escucharla un día -digo sin pensar. Noto como el ladea un poco su cabeza y me mira con el entrecejo fruncido y la boca abierta.¡Carajo, Julieta! ¿porqué dijiste eso? ¿estás loca?Miro hacia otro lado, tratando de aparentar que me he distraído con algo. Justo entonces noto un pequeño huerto lleno de orquídeas rojas y amarillas.— ¿Esas son...? -pregunto dejando la última palabra en el aire.— Si, son orquídeas. -dice una vez más como si estuviera leyendo mi mente. Lo miro con una sonrisa a él y luego me acerco a aquel huerto para verlas mejor.Me pongo de rodillas para poder presenciar a las flores y su aroma no tarda en llegarme gracias a una ligera brisa.— Siempre quise tener un huerto así, pero nunca lo logré -dije para mí misma. Siento como él me imita y se pone a un lado de mi de rodillas igual.— ¿Se te secaban? -pregunta.— Se ahogaban. Les daba de más y al final -doy un gran suspiro— Terminaban en el bote de basura.-agrego levantandome y volver a contemplar el lugar.— Es un lugar muy lindo, lástima que esté tan solo -digo como un pensamiento que sale de la nada.— Si, tienes razón -dice detrás de mí. Siento de alguna manera que me mira, al principio creí que era mi imaginación pero cuando me giro me doy cuenta que mis sospechas no son falsas.— ¡Ven! Te quiero mostrar algo -dice tomándome de un brazo y dejando caer al suelo su mochila— Dejala ahí, no se irá a ningún lado -añade señalando mi mochila. Le hago caso y la dejo a un lado de la de él. Me estira un poco para acercarme más a su cuerpo. Toma una de mis manos con delicadeza mientras que la otra rodea mi cintura. Esto me recuerda a la fiesta del fin de semana.Apoyo mi mano libre en su hombro y solo me quedo mirando sus ojos verdes miel.— Eh... eh estado practicando un poco y quiero saber sí estoy mejorando -dice con algo de timidez. Le sonrió en señal de que comience a bailar y el lo entiende. comienza a moverse de lado a lado y tal como dijo, me doy cuenta de que estuvo practicando al ver como mueve su cuerpo junto conmigo.Me deja libre por un momento para luego acercarme a él y quedar como la noche anterior. Yo dándole al espalda mientras él me abraza.Vuelve a hacerme girar para volver a la primera posición. Como si nuestras mentes estuvieran conectadas y sin necesidad de música, me levanta a una banca donde comienzo a dar vueltas, pero pierdo un poco el equilibrio y estoy a punto de caerme.Siento sus brazos sujetar mi cuerpo y antes de que me dé cuenta lo tengo una vez más cerca de mí.Su nariz rosando con la mía, contempló más sus ojos, labios, pómulos, todo. Siento de nuevo ese nudo en el estómago, el que se te hace cuando estás nervioso o preocupado, pero esta vez es diferente. No me siento nerviosa ni ansiosa con él a mi lado, me siento... bien, en paz.Me baja y cuando siento mis pies tocando el suelo nuestros rostros se acercan más. Al punto estar a milésimas de distancia, sus labios llegan a casi rosar con los míos. Me quedo por un momento quieta ahí con él, solo observándolo. Ronald comienza a mover su cabeza, logrando volver a rozar nuestras narices, me mira por unos segundos y después parece buscar más mi boca.De alguna manera lo imitó, pero pierdo el control de mis sentidos y actuó por instinto. Hago algo que nunca pensé que haría.Lo beso. Siento sus labios con los míos, tomandolo con cuidado por el cuello para de alguna forma evitar que se vaya, Ronald usa una de sus manos para tomar la parte baja de mi cabeza, metiendo sus delgados y largos dedos por mi cabello. Su otra mano me sujeta más por la cintura, acercándome a su cuerpo para que yo no me vaya.Comienza a responderme, al principio de una manera torpe, pero poco a poco va tomando un ritmo dulce.Mueve su cabeza de un lado a otro para besarme mejor, sintiendo cada vez más su calidez en mí.Mis piernas comienzan a temblar, no entiendo el porqué lo hacen, hasta que pequeño flashback de una de las discusiones de mis padres me viene a la mente seguida de cuando descubrí que un ex novio de Vale le era infiel.Me alejo con brusquedad. Apoyando mis dos manos en su pecho y con la mirada levemente baja. Levantó un poco la vista para verlo pero siento como la vergüenza me recorre todo el rostro.— ¿Julieta? -pregunta preocupado.— Tengo que irme -digo alejándome de él mientras tomo mi mochila y paso alrededor de la banca de la que caí y salgo por la puerta de metal que se había cerrado.Escucho su voz llamándome, pero lo ignoro. Camino más rápido y entró por la puerta trasera de la biblioteca. Los paso se Ron lo escucho cerca, pero de un extraña manera me las arreglo para esconderme de entre los enormes estantes de libros.Me escondo en uno más grande que otros y grueso donde ponemos las enciclopedias. Observó por un pequeño espacio que se forma entre dos enciclopedias y veo como él llega agitado con su mochila en la mano. Mirando hacia todos lados para luego respirar profundo.— Oh, Romeo. ¡Llegarás temprano! -escucho la voz de Margoon a lo lejos, quién se va acercando a él con el carrito de metal de libros.— Ven, ayudame en lo que llega Julieta, ¡que estos libros no se acomodan solos! -dice antes de que él comience a quejarse, lo empieza a empujar hacia unos pasillos con su carrito ignorando las quejas de Ronald. Después de un rato se pierden entre los estantes de libros.Me tomo el pecho con la esperanza de tranquilizar mis ritmos cardíacos, pero es un intento fallido, ya que el recuerdo de aquel beso regresa a mí como una estrella fugaz.Me golpe la frente con los nudillos de mi mano mientras cierro mis ojos con fuerza y hago una mueca con mi boca.¿Pero que hice? ¡Esto no era parte del plan!

Di ¡No! al cliché [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora