Di ¡No! al cliché [En Edición]

Antes de la boda. parte 2.

3 meses después...

— Casemonos -dice Ronald borracho.

Ok... Creo que me adelante mucho tiempo.Para poder entender el porque de que mi novio este borracho en su cama con su camisa de vestir desabrochada y con sus brazos descansando en mi cintura, debemos de atrasar el tiempo unos 5 días antes al de hoy.

5 días antes... 

Si, aquí está mejor.

— ¿y que te parece este tono? -pregunta la maquillista que había conseguido mí mamá hace una semana para Brith. 

Cada uno hizo lo que pudo para apoyar la boda de mi hermano y entre escoger el tono de tela para las mesas junto con el diseño de decorado de flores del salón los meses se pasaron volando y el estrés de la novia se a contagiado hasta para mí.

— Me gustaría que fuera un tono más natural, no quiero sentirme con kilos de maquillaje en el rostro -añade Brith a la chica rubia que la maquilla, la cual asiente y escoje un tono más acoplado al tono de sus labios.En estas últimas dos semanas Alice y yo nos la hemos pasado más tiempo con ella que con nuestros amigos y en mi caso que con mi novio.

Su madre se ha enfocado en los adornos florales y en encontrar el regalo de bodas perfecto para su hija que nos ha dejado el trabajo más duro para nosotras dos.Soportar la ansiedad de días antes a la boda.

— ¡Lo encontré! -chilla emocionada Alice, entrando al salón de belleza cargando su mochila de la cual cuelga una bata de médico blanca y en una de sus manos sujeta con fuerza una pequeña caja negra.

La atención de Brith y mía se centran en ella, pues parece como si hubiera corrido un maratón para llegar aquí. Usa unos vaqueros azules con un suéter gris con tirantes que dejan al descubierto sus hombros y los botones negros con tacón no faltan para su outfit. Su cabello está sujeto en una coleta alta y su maquilla hace que me sienta mal con el mío.

— ¿Que cosa? -pregunto mientras dejo a un lado una revista de cortes de cabello para dama. Ella se acerca a mí y tira a un lado su mochila para sujetar con ambas manos la caja negra que parece un tesoro para ella.

— ¿Recuerdas que lo único que te faltaba para la boda era algo azul? -le pregunta a Brith. Cierto, es sobre lo de lo viejo, lo nuevo, lo prestado y lo azul. 

Bueno, sobre eso solo faltaba lo azul y por más que buscamos nunca encontramos lo indicado para que Birth se pusiera y es que entre tantas cosas azules ella quería que fuera algo único.

— Cierto, ¿que paso con eso? -pregunta preocupada mi cuñada, haciendo a un lado a la maquillista y girandose para ver a Alice.

— Pues lo encontré, ¡tarán! -dice emocionada Alice, entregándole la pequeña caja negra a Birth quien la sujeta emocionada y ansiosa.

— ¿En serio? -pregunta y comienza a abrir la caja. Hace a un lado el papel blanco que envuelve lo que sea que encontró Alice y cuando finalmente ve lo que hay dentro llegó a notar que sus ojos se comienzan a llenar de lágrimas.

Ella saca finalmente del estuche un broche para el cabello en forma de sol plateado, del cual cuelgan delgadas cadenas con diamantes azules y unos medianos dijes en forma de gotas de agua de un azul tan claro que llegó a sentir que lo que veo realmente son gotas de un océano profundo.

— ¡Es perfecto! -chilla de emoción Brith al ver lo que está en sus manos.

— ¿Te lo quiere probar? -pregunto y ella encantada asiente, como una niña que acaba de recibir su muñeca favorita.