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44- Alfa: parte l.

Holaaaaa, mis bebés! Acá les dejo un capítulo medio largo. En estos días voy a intentar subir la segunda parte que se viene con TODO:)

Ayer estabamos en el puesto #11 en Humor, miles de gracias!

FOTO MULTIMEDIA: JOHN (ANSEL ELGORT)

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-¿Quiénes correrán hoy? —preguntó Jordan al grupo.

-River, Ryder y yo —contestó con desinterés Cook.

-¿Por qué no competirás, Simon? —miramos a nuestro rubio, que al instante se sonrojó.

-Tiene miedo de cagarse en el asiento —contestó David por él, haciendo que todos riamos.

Hablamos durante un rato, hasta que se anunció que el turno de mis hermanos y otros chicos más llegó. Cada uno se dirigió a su auto (que no sé de donde mierda sacaron) y empezaron a conducir lentamente para no chocar a nadie, hasta la línea de inicio, mientras que los demás los seguíamos de cerca.

Me debatía si ir corriendo y subirme al auto de Ryder, o quedarme con el público.

-Eh, David —lo llamé, pero él solo se limitó a mirarme mal y seguir de largo. Recordé entonces que él seguía enojado conmigo por haber venido aquí-. Jordan —llamé, él me miró con una sonrisa en la cara-. ¿Está permitido que los competidores vayan con un acompañante?

Su sonrisa se esfumó y me miró con advertencia.

-Ni se te ocurra, Penny...

-¡Gracias! —sonreí de oreja a oreja y corrí hasta alcanzar el auto de Ryder, que ya había llegado al punto de inicio. Abrí la puerta y me subí, para luego cerrarla de un portazo. Ryder volteó a verme con enojo, y cuando notó que era yo, su furia se incrementó.

-¿Qué mierda haces aquí? —gruñó.

-Seré tu acompañante —le guiñé un ojo.

-Sal de aquí, ahora —ordenó con voz intimidante. Pero a mí ya no me daba miedo.

-¿De dónde sacaste este auto? —Ignoré su orden-. Parece pintado por Lady Gaga.

Ryder se pasó una mano por la cara con frustración.

-Esto es peligroso, Penny —intentó hacerme entender.

-Ya he hecho esto antes, bebé, no tengo miedo.

-Fuera, ahora —me miró con ira.

-Prefiero adentro —canturreé y levanté mis cejas, con picardía. Ryder apretó sus manos en el volante, de tal modo que sus lastimados nudillos se volvieran blancos. Murmuró un sinfín de maldiciones.

Miré hacia el frente y vi como una chica, muy escaza de ropa, se ponía en frente de los autos, sosteniendo una bandera en alto de cuadrados blancos y negros.

Me abroché el cinturón con emoción, y miré a Ryder, quien apretaba la mandíbula y miraba al frente con seriedad.

-Abróchate el cinturón —le dije.

-No.

-Hazlo, Ryd, es peligroso que...

-¡No me ordenes, no eres mi madre! —me gritó mirándome con furia. Sentí una fuerte opresión en el pecho, y asentí, mirando hacia el frente de nuevo.

En ese momento me di cuenta que Ryder estaba más enojado de lo que yo pensaba. Empecé a maldecirme por no haber confiado en él, por no haber apreciado nada de lo que hizo por mí. Realmente extrañaba al Ryder sonriente, al que le gustaba hacerme reír y ponerme nerviosa. Ni siquiera cuando lo acababa de conocer era como es ahora.