Adoptada por una Fraternidad © |EDITANDO|

21- Trampa mortal.

*LEER NOTA DEL FINAL, ES IMPORTANTE, POR FAVOR.

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-Así que… ¿amigos? –me preguntó Simon pasándome una goma de mascar, mirando desde las gradas entrenar a los chicos del equipo de fútbol.

-Eso arreglamos –me encogí de hombros.

-¿Puedo…? –Se aclaró la garganta-. ¿Puedo ser tu amigo también?

Lo miré con ternura y lo abracé.

-Claro que sí, rubio estúpido.

Se separó de mí y me apunto de manera amenazante con un dedo.

-No te metas con mi cabello, ya bastante mal me quedó luego de la tintura de color que me pusiste en el shampoo.

Reí al recordarlo.

-¿Sabes, Simon? –empecé, el me miro con atención-. El otro día conocí a una chica… se llama Morgan.

-¿Y está buena? –preguntó con descaro. Le pegue un manotazo en la frente-. ¡Oye, soy un chico! ¿Qué quieres que haga?

-Contrólate–rodé los ojos-. Nos hicimos amigas y…

-¿No era que no ibas a tener más amigas mujeres?

-Déjame terminar de hablar –dije entre dientes-. Y ella dijo que… bueno, mencionó que yo le gusto a Todd.

Simon hizo una mueca de confusión/asco.

-¿Todd Gray? Puaj –sacó la lengua con asco.

-¡Oye! ¿Qué tiene de malo? –pregunté ofendida.

-Es un nene de mami –rodó los ojos.

-No lo conoces, West –lo llamé por su apellido-. No puedes opinar sobre él.

-Claro que lo conozco, rubia estúpida –dijo incrédulo-. Lo conozco años antes que tú.

-¿Cómo puedes conocerlo antes que yo si es un novato?

-De verdad eres estúpida –me miro con irritación-. Es un novato en las fraternidades, pero él ya estaba en esta universidad, y aparte, íbamos a la preparatoria juntos.

-Oh…

-No lo conoces como yo –repitió-. Es un niño pijo, de esos que tienen la vida fácil y no conocen la calle ni sus peligros –parecía enojado al hablar de Todd.

-No puedes juzgarlo por tener dinero –fruncí el ceño-. Ryder tiene dinero y…

-Pero Ryder es Ryder –me miró-. Ryder vivió muchas cosas, más de las que conoces. Sabe lo mierda que es el mundo, no vive dentro de una burbuja de oro.

Me quedé pensativa unos segundos.

-¿Todd Gray te hizo algo? –pregunté. Simon calló y bajó la mirada. Las piezas empezaron a armarse en mi cabeza como si fuera un rompecabezas. Abrí mis ojos como platos-. ¡¿Todd Gray es Alexander Coddiny?!

Simon me miró con los ojos abiertos como platos y negó rápidamente.

-Baja la voz, no se habla de los Coddiny aquí –gruñó-. Y no, no es él. Alex, aunque es un idiota de primera, es mucho mejor que Todd, en cualquier aspecto

-¿Algún día me dirás quien es Alex? –suspiré derrotada.

-Si es que hace falta.

Nos quedamos unos segundos callados.

-Todd no es malo –hablé-. Es más… creo que es uno de los chicos que mejor me ha tratado en la escuela desde que llegué.

Simon pareció ofendido ante lo que dije.