Profesora Kim | Jenlisa

Capítulo 30: Magia

ㅡEntonces... ¿quieres entrar? ㅡLisa echó un vistazo general a su alrededor

Las horas de viajes fueron agotadoras pero con la compañía de Jennie apenas las sintió. Charlaron sobre la vida de la castaña en la gran manzana, sus amigos y la relación con todo lo que la rodeaba. Lisa la escuchaba y le sonreía, Jennie ponía tanto entusiasmo a la hora de hablar que a ella le provocaba ternura. La morena movía sus manos con énfasis, se colocaba un rebelde mechón de pelo tras su oreja y fruncía el ceño izquierdo cuando contaba algo desagradable.

Pero merecía y complejidad el simple acto de admirarla hablar; aunque solo fuese del mismo, y desconocido para ella, "Bodi", un pequeño caniche que le regaló su padre a los tres años de edad pero que lamentablemente ya no lo tenía. A Lisa le dieron ganas de estirar su mano y acariciarle la mejilla cuando Jennie le dijo que desde momento no volvió a tener una mascota. Lisa le contó que jamás tuvo una, en realidad no sabía si por disgusto propio o por el simple desinterés que tenían sus padres cuando ella les hablaba sobre tener algún tipo de mascota.

Jennie también le aseguró que Corea es el lugar favorito en el que se asentó después de haber pasado por varias ciudades. Aunque allí tenía algunos recuerdos doloroso y que quería olvidar, por ejemplo; la muerte de sus padres, la muerte de su hermana. Inclusive quería olvidar aquel terrible accidente de avión. Aún así... A ella le gustaba caminar por los parques a la mañana, ver a los niños jugar, a las madres primerizas acunar a sus bebés y a las parejas de ancianos regalarse cariño como si el tiempo nunca hubiese pasado en ellos. Amaba cualquier cuestión relacionada a la libertad de expresión prto sobre todo a las demostraciones de amor. Parecía que amaba el amor más de lo que él mismo representase.

En cambio, ella le habló de Rosé, su amistad con ella y la relación con el resto de sus amigos. Sonrió internamente cuando Jennie desvió la mirada fuera de la ventanilla al decirle que Irene siempre intentaba algo con ella, y que intentaba reparar el daño que ella misma había ocasionado. La castaña le preguntó si habían mantenido algún tipo de relación sentimental, osea. Si tenían una relación oficial y en el que ambas se amaban o sentían algo muy fuerte por la otra. Le agradó de sobremanera verla sonreír cuando le dijo que no. Que jamás había tenido algo serio con alguién y cuando iba a explicarle el por qué, la Mini Cooper bajaba su velocidad y lentamente estacionaba frente a un pequeño edificio que Lisa reconoció rápidamente.

Bajaron juntas y, mientras Jennie rodeaba el auto para encontrarse con ella, Lisa se recargó contra su puerta; quería correr. Todo a su alrededor no solo era nuevo, el primer día que estuvo allí no logró ver bien los lugares a su alrededor. Porque había entrado directamente al departamento, ahora pudo admirar todos los lugares. Ahora realmente entendía de aquel miedo que Taehyung tiene al ver películas de terror o el de Mina ya que su caso era idéntico al de Taehyung. Fus cuando Jennie le obstaculizó la vista que algo dentro de ella se removió. Y fue cuando Jennie estiró su brazo y le tendió la mano en aquel miedo amateur se alejó. Sonrió de lado y entrelazaron las manos sin miedo.

Por supuesto que quería entrar.

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Magia.

Parecía como si adentro de la casa una extraña poción mágica la hubiese rodeado porque no dejaba de temblar de pies a cabeza. Jennie abrió la puerta y no se movió para darle su lugar, por lo que al pasar por su lado le acarició cariñosamente la cintura y entró primera. La castaña se pegó a su espalda y apenas estirando el brazo hacia atrás cerró. Dejando que lo de afuera se quedara allá. Sin molestarlas.

Lisa se aferró a su bolso y se alejó de Jennie para comenzar a recorrer el lugar. No lo recordaba tan familiar ni esa sensación que exhalaba cada centímetro de pared que tocaba. Llegó hasta el inicio de las escaleras y acarició el barandal solo por inercia porque un cuadro llamó su atención. Observó rápidamente a Jennie y esta le esquivó la mirada.