Capítulo 52: Fuego y pérdida

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Una semana después.

Una semana había pasado desde que Jennie había prometido cumplir su sueño juntas, le generaba emoción, una emoción que nunca antes había sentido. Ni con la misma Irene lo había sentido... Jennie y ella al principio se llevaban mal, se odiaban. Ella odiaba su "estúpida" sonrisa, o tal vez eso era lo que ella misma quería creer. Pero sabía una sola cosa:

Sabía que Jennie le había gustado desde el primero momento en que la vio.

Mágicamente empezaron a formar un vínculo de amistad, en el que ambas se llevaban bien, pero después del primer beso en su propia casa, sabía que ya no habría marcha atrás. Sabía que algo nuevo estaba por comenzar en su vida, y que iba a ser imposible sacar a Jennie de su cabeza, porque la morena era eso; era la primer persona con la que se sintió bien, la primer persona en la que dependió emocionalmente, la primer persona que la hizo madurar realmente, la primer persona a la que besó con un sentimiento verdad.

Jennie fue la primer persona en convertirse en el amor de su vida.

Temía porque todo terminará, ese se había convertido en su mayor miedo. Tenía miedo de que lo suyo con Jennie solamente sea algo pasajero y algo que no duraría más de dos años, tenía miedo de que Jennie la empiece a ver como una niña. Porque eso no era así, ella ya no era una niña y la morena lo sabía más que nadie. Había madurado a temprana edad y eso la hacía sentir importante, sabía cosas de la vida como ninguna adolescente de 17 años lo sabía. Y todo eso fue gracias a aquella profesora que había llegado a su vida para cambiarla radicalmente. Al principio la odiaba ¿quién pensaría que ahora mismo estuviese perdidamente enamorada de aquella mujer que sonreía con el mínimo acto que ella hacía?... ¿Quién pensaría que estaría enamorada de una persona que le lleva casi 7 años de diferencia? Es ilegal, era consciente de eso. Pero también era consciente que ella no eligió de quién enamorarse y amar para el resto de su vida.

Sabía que Jennie podía enamorar a cualquiera que se propusiera, y que estaba en todo el derecho de hacerlo. Porque era una mujer encantadora, atractiva, sexy, sensible, amigable y muy alegre. Tal vez y sea por eso que ella se enamoró perdidamente de aquella chica. Tenía una mirada que transmitía sinceridad y dulzura, la morena tenía ojos atractivos y gatunos, a cualquiera le gustaría mirarlos por lo que resta de sus vidas. Ella era hermosa, y también lo supo desde el primer momento en que la vió.

Su "eso está prohibido" que dijo en el primer día de clases, le encantó placenteramente. Con tan solo verla te dabas cuenta de cómo es que era.

Y sí, la alumna Lalisa Manoban era una alumna poco aplicada, en ese momento solamente tenia 16 años. Por lo que era una adolescente rebelde, no hacía caso, ni tampoco le ponía atención a las clases. Lisa al principio era una chica rubia, delgada, hermosa, media solamente unos 1.66 Y creía estar enamorada de Irene, la chica de 17 años que le "gustaba" desde los 14 años.

Hasta que llegó la profesora que le robó el aliento.

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Aquel martes en el McKanck Jennie entraba al instituto con su típica sonrisa que embobada a cualquiera. Mientras caminaba en el pasillo, su mirada se fue directamente hacia Lisa y esta misma le sonreía y en un par de segundos le guiñó el ojo haciendo que las mejillas de Jennie empezaran a sentir calor repentinamente.

ㅡHola Jennie ㅡla voz de Jisoo apareció al lado de ellaㅡ ¿Estás bien? Te notó distraída

ㅡEstoy bien, Jisoo... ¿hoy con quién tendrás una sesión? ㅡpreguntó la morena.

ㅡ¿Te digo la verdad? Aún no sé... ninguno de esos mocosos me termina de caer bien.

ㅡSon unos buenos chicos

Profesora Kim | Jenlisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora