LA MUERTE NO ES EL ÚNICO FIN PARA LOS VILLANOS

BAJO LA LLUVIA

Después de ese día los alimentos se entregaron limpios, Hamilton pensó que era un cese a las hostilidades como pago por haberla salvado aunque dejo de aparecer frente a él

Una semana más tarde estando en las tierras habitadas de Capria, Lord Gantulga puso en una carreta varios cofres y partio llevándose a uno de los magos y a la chica, antes del mediodía la chica volvió sola con la carreta y una carta de Lord Gantulga

Lord se quedaría a negociar la estadía del mago por unos días, pedía que hicieran un asentamiento apropiado y aseguraba que volvería por su propio pie

Al día siguiente antes del mediodía empezó a llover, fue como si de pronto un mar cayera del cielo, todos corrieron para asegurar las provisiones, la chica corrió para reunir a los caballos que pastaban, Hamilton que la vio se quitó la capucha que llevaba y se la ofreció, ella paso de largo sin voltear, probando que solo Hamilton pensaba que estaban en paz

Despues de la lluvia el clima desértico continuo con normalidad, un intenso sol por las mañanas y un helado viento por la noche, la chica parecía enferma, cada día lucía más decaída, al cuarto día volvió a llover por la tarde, la lluvia fue mucho más tranquila y controlada, ella de nuevo se había mojado mientras encerraba a los caballos

Hamilton la observaba de lejos, era incómodo verla tan débil, pero sabía que ofrecer ayuda sería inútil, entonces fue a la tienda de los magos

Buenas tardes, me gustaría adquirir una posion de recuperacion

Después de que los Leila fueron vencidos la maldición sobre los magos se levantó y pudieron vivir tranquilamente en el imperio, los cuatro magos restantes habían sido alumnos del marqués Vervandi y después de acreditarse como magos y registrarse en el palacio real se volvieron un generoso préstamo para Lord Gantulga, parecían realmente concentrados en sus asuntos, solo una chica de largo cabello negro levantó la cabeza

Será costosa, caballero

Quiero dos, por favor que sea rápido- y dejó frente a  la chica la bolsa de piedras preciosas del escolta -

Con gusto, cliente

La chica empezó a prepararar la poción mientras ocasionalmente miraba de reojo a Hamilton

¿Pasa algo?

Usted me parece familiar, ¿Vivía en el imperio?

No

Estoy segura que lo he visto antes pero no recuerdo- después de un rato levantó la cara con sorpresa- ya se, usted se parece al príncipe de Delman

Compararme con un principe no conseguirá que me acueste con usted señorita

La chica se ruborizó sorprendida mientras los otros magos aguantaban la risa

No tengo esas intenciones, hace cinco años ví al principe de Delman cuando los Leila nos secuestraron a los otros aprendices y a mi, en ese entonces yo usaba una mascara de cerdo

No sirve de nada dar detalles, me confunde

 Sí, yo sé que el principe fue devorado por el dragón dorado

La chica terminó las pociones silenciosamente, Hamilton había mantenido una expresión indiferente como siempre, aunque no pudo evitar sentirse incómodo cuando do la chica lo reconoció, parecía que cada vez más, más personas sabían de él

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Después de la primera lluvia el clima se sentía mucho peor que antes, empeorando su resfriado, le dolían los huesos y algo le oprimía el pecho, sabía que tenía fiebre pero no podia ocuparse de eso, solo le quedaba esperar a que pasara o a que Lord Gantulga volviera y la ayudara