CABALLERO

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 Renald reviso a sus hombres, al escucharlos hablar desarrollo una extraña sensación de incongruencia, los caballeros de Eckart de aspecto rudo contaban como señorita enamorada el como una mujer empezando la veintena con la mitad de su peso los había cargado en brazos mientras mataba a los monstruos a patadas

Lo último lo consideraba imposible, había visto a las bestias antes no eran fáciles de matar, el problema era que ahora sentía que tenía una deuda mucho mayor con la marquesa

Después de reorganizar a sus hombres, les dió su tienda a los heridos y fue al pueblo para poder quedarse en una posada, antes de irse obligó al arrogante mago a poner un hechizo defensivo para que pasaran la noche a salvo 

Cuando llego al pueblo busco una posada donde quedarse, la única que había tenía en la planta baja una taberna donde se reunían mercenarios y viajeros, en cuanto llegó solicito una habitación y alimentos, el tabernero le mostró una habitación en el segundo piso y después bajaron de nuevo a la taberna

Renald se sentó en la barra y de pronto noto en un rincón a la marquesa, en la mesa a un lado de ella había un par de hombres de intentaban atraer su atención

Vamos señorita, ¿Porque no te unes a nosostros y tomas un trago?- le decía un tipo a la marquesa mientras sostenía una botella a medio vaciar- no te haremos nada, solo necesitamos un poco de grata compañía

Anda, pagaremos por ti, no te preocupes, acércate

Renald se acercó bruscamente

¿Que es lo que están intentando hacer eh?-dijo en voz alta con los brazos cruzados mirándolos altivamente

Los hombres lo miraron con indiferencia hasta que notaron la espada en su cintura, entonces se levantaron y salieron bruscamente sin terminar su comida 

¿Que es lo que se supone que estas haciendo aquí?- le pregunto de mala gana a la marquesa que en ningún momento se inmutó mientras tomaba notas-¿ Qué clase de señorita decente está sola en un bar donde cualquier bastardo puede faltarle al respeto?

La marquesa al fin levantó la vista, Renald no podía evitar sentirse inquieto por esos intensos ojos negros y entonces empezó a reir sonoramente, todos voltearon a ver haciéndolo sentir incómodo, de pronto la marquesa se puso de pie y se le acercó bruscamente

No soy considerada una señorita mucho menos decente por muchos, principe

Eres marquesa de estas tierras, no debes andar deambulando por ahí- dijo manteniéndose firme miéntras intentaba no inquietarse por la mujer frente a él- comportate de acuerdo a tu posición, deberías estar en tu propia mansión

Mi mansión funciona como albergue, hay hospital, almacén y escuela además está realmente lejos de aquí- al final  pasó de largo hasta llegar a la barra- Huge, lleva mi cena a mi habitación, al príncipe le molesta mi presencia

Entonces la marquesa subió rápidamente las escaleras al parecer ella también se alojaba ahi, una vez que la marquesa se fue todos volvieron a sus asuntos, Renald se sentía mucho más incómodo de lo que estaba cuando había llegado, casi se arrepentía de haber ahuyentado a esos hombres

¿Usted es un principe?- le pregunto el tabernero cuando se acercó a la barra

Si, algo así

No sé preocupe, Lord Khunbish es difícil, pero algún día, se fijara en usted

¿Qué?- grito alterado mientras su rostro se enrojecía

Todas las mujeres Khunbish han tenido descendencia de alguna forma, así que tiene oportunidad, no se desanime

LA MUERTE NO ES EL ÚNICO FIN PARA LOS VILLANOSWhere stories live. Discover now