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Regresaba a su casa como todas las tardes, Seijuuro no había querido llegar a esos extremos, pero era necesario. Kouki nunca aceptaría casarse con el solo por ser beta cuando sabía perfectamente que al ser un alfa domínate cabía la posibilidad de convertirlo en omega.
Tetsuya le había hecho el comentario que quizá el castaño realmente no sentía amor por él, pero era algo que también podía ser cambiado, solo que Kouki se reusaba. No entendía las razones de sus negativas. Seijuuro era un excelente alfa y prospecto amoroso, tenia el poder para hacer lo que quisiera entonces ¿Cuál era el problema?
Vio a una distancia prudente como de pronto se detuvo un auto a su lado a unos metros de llegar a su casa, bajaron dos hombres que le tomaron de los brazos y que le introdujeron en el interior del vehículo. Seijuuro no podía estar presente por más que lo quisiera, no debía dar a delatar su aroma pues deseaba que se olvidaran de la existencia de Kouki. Si iba a ser suyo de la única manera en la que podía, debía calcular cada mínimo movimiento. Por alguna razón que no comprendía, Kouki era demasiado querido por sus amigos y eso era algo que a Seijuuro le hacía hervir la sangre en ira.
Kouki debía de ser solo para él. Nadie debía poder sus sucios ojos en su cuerpo.
A los dos hombres a los que había contrato los amenazo con asesinarlos si lo tocaban de manera que no les correspondía, estaban sentados a cada lado de Kouki y lo mantenían de los brazos agarrados con sus manos. Escucho por el micrófono instalado dentro del desvencijado auto, como su Kouki oponía resistencia, como gritaba y peleaba. Retorcidamente deseaba estar junto a el para verlo luchar, pero no podía.
Llego un par de horas después al lugar designado para entregar a Kouki. Aun no se daba el aviso de su desaparición por lo que se apresuro a hacer su movimiento. Se suponía que no estaba en Tokio y se le preguntara a quien se le preguntara, estaría en su hogar en Kioto todo el tiempo. Escuchaba las risas del par de malvivientes a quienes había contratado, su guardaespaldas personal había manejado con un parche de olor, Kouki al ser beta no podría identificar olores, pero dado que dejaría parte de sus pertenencias como pistas, el hombre había usado un parche nivel militar para el caso de cualquier inconveniente.
En cuanto llego a la habitación del lugar abandonado que había escogido, no dudo en levantar su mano y accionar el arma que tenia en ella, disparo dos sencillas balas imposibles de rastrear para acabar con sus trabajadores, haciendo que Kouki llorara por el miedo, suplicando le dejaran ir, intentado escapar de su destino.
