"El encanto de lo desconocido domina todo" (Hómero)
Lalisa Manoban es una brillante guionista tailandesa que es catapultada de repente en un mundo diferente del suyo, de hecho deja el ardiente clima de Bangkok por Seúl, una antigua caja llena de sec...
"¡Si abuelita tranquilizate! Tu paquete ha llegado a salvo" Lisa estalla en una risilla observando la enorme cantidad de productos comestibles y regalitos esparcidos sobre la mesa de su pequeña cocina mientras habla por teléfono. Como cada mes su abuela le envía un montón de cosas pensando que en Corea se muera de hambre y necesidades, almenos si la despiden siempre puede preparar un banco al mercado y juntar dinero. Después de haberla tranquilizado sobre su salud cierra la usual llamada nocturna con la única familia que le queda, también le había preguntado si había encontrado noticias de su madre, aunque dudaba que habrían conseguidos después todo este tiempo... quizás sea una forma de defensa para no sufrir más, pero ella no puede rendirse así sin más, su corazón se rehúsa... suspirando mira de nuevo la mesa en alboroto pero no tiene gana de poner orden, el solo pensamiento la mata, en cambio toma la taza humeante de leche al chocolate y se acerca a la ventana. El cielo está negro y no se ve ni siquiera una estrella, gotas de lluvia besan la lisa superficie del vidrio, son dos días que no va a la B.T.S, había utilizado la excusa de un feo resfriado para quedarse tranquila en casa. Necesita reflexionar, quizás la única solución sería renunciar después de todo... solamente Kunpimook conoce sus dudas, obviamente había intentado hacerla entrar en razón, de hacerla desistir de sus propósitos pero sin éxito. No logra soportar que JungKook la trate día tras día como si fuera un problema y Lee JiEun que la trata con más hielo que nunca, es raro que no la haya despedido todavía y se odia porque no entiende cómo haya podido dejarse llevar tanto por ese chico, no es propio de ella dejarse condicionar la vida por un tonto flechazo, antes que todo siempre ha puesto su trabajo, sus responsabilidades. El timbre de su móvil la hace sobresaltar, sacudiendo la cabeza divertida contesta.
"¿Abuela que olvidaste esta vez?"
"¿... Es verdad?" es la voz rajada de Jeon JungKook ¿Parece... angustiado? Es paralizada por la sorpresa.
"¿Qué diferencia hay si me quedo o no? Solo soy una empleada, además fácilmente remplazable" contesta por fin imitando las palabras de esa bruja.
"¡Sabes muy bien que no es así!"
"No en cambio no lo sé. ¿Por qué debería quedarme Secretario Jeon?¿Hay almenos una buena razón porque debería hacerlo?" retiene el aliento esperando una respuesta que desea pero no llega, solo oye su respiración agitada y la del estruendo de la lluvia como fondo, se acerca de nuevo a la ventana y abriendola estira la mano, el contacto con el agua la hace estremecerse.
"... No, no hay. Regresa en Tailandia, además nunca debiste dejarla y cuidate o te enfermaras en serio esta vez" después de instantes que parecen eternos él corta la llamada. Amargada lanza el teléfono sobre la cama y resbalando al suelo se cubre la cara con las manos... es tan enojada, de repente levanta la cara hacia la ventana abierta y agigantando los ojos piensa de nuevo en sus palabras ...cuidate o te enfermaras en serio esta vez... se levanta y como una furia se precipita fuera de su departamento. La lluvia cae cruel, tampoco ella tiene compasión de su sufrimiento, mira alrededor suyo frenéticamente y empieza a caminar cada vez más veloz hasta correr, después de poco se encuentra sobre el puente que conecta la zona periférica dónde vive al centro de la ciudad, está completamente empapada, viste un ligero jersey, un pantalón deportivo y los calcetines porque en la prisa tampoco había vestido zapatos. Se para cuando por fin lo ve, está apoyado al pretil del puente, también él está mojado por la lluvia, observa frente suyo sin importarle de la tormenta.
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