CAPÍTOLO 9: Soy del norte, Nathan

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Madeline Jadeson, 12 años POV

Hay muchas cosas que no entiendo. ¿Porqué el hermano mayor se tiene que adueñar del baño? ¿Porqué Wilson, mi gato, no caza ratones? ¿Porque no puedo visitar a mi prima Jasmine?

Bueno, eso último lo medioentiendo. Mi madre me lo trató de explicar. Por culpa de algo así como "una frontera invisible".

Que le den a la jodida frontera.

Así es. A mis doce años y mi nueva bicicleta nos da igual la jodida frontera.

Jodida, jodidisima frontera.

Cruzo la línea invisible que mi madre tanto se empeñó en alegarme y me adentro en la zona intransitable.

Hay un pequeño problema. A penas he ido un par de veces a visitar a Jasmine a su casa así que no tengo ni idea de donde demonios debo ir.

Doy vueltas por esa zona. Hay menos árboles que en la mía y muchos más parques. Y són más divertidos. Aúnque ya estoy mayor para esas cosas.

En un intento de ubicarme subo a una zona alta para ver las calles. Aunque de nada sirve.

Allí lo veo por primera vez.

- Nathan té vas a partir la cabeza si bajas desde allí!

Bajo la mirada hacia el chico que grita. Rubio, bastante alto, con ropa de fútbol y al que le faltan un par de dientes.

- Jodete Jack, no me voy a rajar!

Doy un brinco y miro hacía mi lado. Un chico en un skate está mirando la bajada. Pelo negro, mirada azul... o quizás verde, de mi estatura y con una cara de querer mearse encima.

Ha usado la palabra "jodete" así que me cae bien. Bajo de la bicicleta y me acerco a él para darle un pequeño empujón y bajarle del skate.

- Hoy es el día internacional del intercambio de vehículos. Me lo devuelves a la bajada.

- Oye espera, no ves la bajada? Es peligroso no...

Le saco el dedo y doy un pequeño empujón para que el skate se mueva. Espero que la razón por la que trata de detenerme sea por no llevar casco ni rodilleras y no porqué soy "una chica".

No, no soy "una chica". Soy "la chica" que está bajando por una bajada inmensa en skate cuándo no tiene ni jodida idea de como se usa, así que haber caído en el final de la bajada y no en el principio es todo un logro para mí.

Un chico pelirrojo con pecas se acerca. Yo aún estoy tirada en el suelo. Al ver la cara de espanto de ese pelirrojo no puedo evitar estallar a carcajadas.

- De que té ríes estúpida?

Por alguna extraña razón al escucharlo insultarme me hace reír aún más.

- Matthew, quién es está chica?

El rubio se acerca.

Dejo de reír al tratar de levantarme. Me doy cuenta de que sangre sale de mi pierna.

- No sé, de dónde demonios ha salido?

Mis ojos se llenan de lágrimas. No por el dolor, sinó por la sangre. Mo soporto la jodida sangre. Pero por suerte puedo contenerlas.

- ¿Oye cómo té llamas? Eso a molado.

El rubio me tiende el puño, lo miro mal però le choco el puño y como puedo me levanto.

- Me llamo... Mady.

El chico con casco y rodilleras baja con mi bicicleta y se acerca a examinarme.

- ¿Cómo se té ocurre bajar sin protección Mady? Ven, mi padre té curará.

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