Empezó un Martes

Epilogo

Max y Charles volvieron a hablar casi a diario, olvidándose de sus planes. Sin embargo, todavía no se encontraron cuando Max regresó a Mónaco, asustados por la conversación que podrían tener si lo hicieran. Pronto llegó la víspera de Año Nuevo. Cada uno había hecho planes para salir con amigos. Deliberadamente no se habían coordinado pensando que si se veían sería bueno, pero si no, bueno, habría muchas otras noches.

Charles terminó en algún club tratando de disfrutar la noche. Cuando se le preguntó dónde estaba Max, ya que aún no habían terminado públicamente ni resuelto ese problema en particular, Charles simplemente respondió que lo estaba pasando con otros amigos y no dio más detalles. Nadie realmente lo presionó más. Después de un par de tragos, todavía no se sentía de humor para salir. Se despidió de los primeros amigos que encontró que se resistían a las llamadas para volver a la pista de baile diciendo que no se sentía bien y que iba a volver a la cama. Tenía toda la intención de volver directamente a su apartamento y acurrucarse en la cama tal vez después de otra cerveza o dos si necesitaba ayuda para conciliar el sueño. Sin embargo, mientras caminaba por las calles y el aire fresco golpeaba sus pulmones, decidió que en realidad lo único que lo ayudaría ahora era hablar con Max.

Llegó al edificio de Max y entró como una pareja a la izquierda para salir la noche en que llegó a la puerta principal de Max. Después de golpearlo durante cinco minutos, Charles se dio cuenta de que no debía estar adentro o que lo estaba ignorando. Pero, por supuesto, estaría fuera, después de todo, era la víspera de Año Nuevo. Charles se sentó contra su puerta sin querer regresar todavía.

***

15 minutos después, Max regresó a su departamento para recoger la billetera que de alguna manera había olvidado. Cuando salió del ascensor, vio una figura desplomada en el suelo frente a su puerta.

"Charles." Gritó al darse cuenta de quién era. Charles se levantó lentamente. "¿Qué estás haciendo aquí?"

"¿Qué es esto Max?" respondió ignorando la pregunta de Max.

"¿Qué quieres decir?" Max abrió la puerta y entró a la cocina donde había dejado su billetera. Charles lo siguió de cerca sin esperar a que lo invitaran a entrar.

"A nosotros. ¿Qué somos para ti?" Max no respondió, no estaba seguro de cómo responder. Le dio la vuelta a su billetera en sus manos hurgando en el borde que comenzaba a desmoronarse. Charles continuó: "Mira, ¿esto es real para ti? Porque sé que es falso, pero me parece bastante real. Y me gustas Max, de verdad. Realmente me gustas. Max estaba atónito aún sin saber qué decir. "Bueno, ¿no vas a decir nada? Sabes qué, ya que parece que no te va bien con las palabras, déjame simplificar esto. ¿Te gusto?" Max asintió lentamente con la cabeza. "¿Quieres que esto sea real? ¿Tú y yo saliendo de verdad?" Nuevamente Max asintió más rápido esta vez. "Sí lo hago." Dijo suavemente, su voz había regresado.

Charles respiró hondo, dio un paso adelante y besó profundamente a Max. Max se suavizó en Charles y envolvió sus brazos alrededor de él sin querer que esto terminara. Por supuesto que se habían besado antes para mantener las apariencias, pero esto se sentía diferente. De alguna manera era más real sin contenerse más. Se quedaron allí abrazados a Max, apoyando su cabeza en el hombro de Charles. "Tú también me gustas." Susurró al oído de Charles. No podía verlo, pero una gran sonrisa apareció en el rostro de Charles.

Charles se apartó y miró a Max directamente a los ojos. "Así que estamos haciendo esto entonces. ¿De verdad?"

"De verdad." Max confirmó.

"Bien. Todavía es año nuevo, celebremos". Charles decidió caminar hacia el refrigerador de Max y agarrar una botella de algo gaseoso.

"A nuevos comienzos". Charles ofreció un brindis.

"Por nosotros."

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NT: Ayy gente, que lindos son basta, se que fue una historia corta pero espero la hayan disfrutado mucho, nos leemos la próxima. No olviden votar y comentar que les parecio.