1. ¿Dónde estámos?

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Abrió sus ojos azules, la luz del sol lo golpeó con fuerza así que volvió a cerrarlos dejando escapar un quejido de dolor de sus labios, llevando su mano a sus párpados intentando opacar un poco la luz que le dificultaba ver.

Con mucho esfuerzo logró reincorporarse, sentándose en lo que parecía ser el piso de concreto, y mirando a sus costados. ¿Qué no estaban en una cafetería hace poco?

Recapitulando, a su mente vinieron los recuerdos de golpe, estaba con los chicos ordenando las bebidas, aprovechaban de pasar tiempo juntos en el día libre que tenían en la academia, de pronto a la cafetería entraron unos sujetos dispuestos a robar, y él junto a sus amigos como buenos aspirantes a héroes saltaron a la acción para proteger a los civiles.

Habían atrapado a la mayoría cuando de pronto un sujeto con traje elegante y lo que parecía, una bola de cristal por cabeza, les lanzó un rayo que no pudieron evitar.

Estaba claro, un villano los había atacado y ahora vayan a saber dónde rayos estaban. Fantástico.

—¡Maldita sea, me duele hasta mi existencia!

—¿Dónde estamos?

—¡Perdí mi maldito zapato!

—¡Dejen de maldecir, idiotas!

El pelinegro parpadeó confundido, escuchaba las voces a lo lejos, como si su cabeza estuviera bajo el agua, y con mucho esfuerzo logró levantarse tambaleando.

—¿Estás bien? —La voz era apenas más clara, y apenas pudo abrir los ojos por culpa de la luz que lo golpeaba con fuerza, pero de cualquier forma logró ver frente a él a un pelimorado que parecía preocupado.

—Sí, sí, no te preocupes. Es solo un mareo, siento un pitido en los oídos. —Tambaleó de nuevo cuando intentó dar un paso al frente, su amigo lo sostuvo del brazo y lo ayudó a recostarse en la pared con lentitud hasta quedar agachado tomando aire. La cabeza le dolía a horrores, pero no tanto como el calamabre tan espantoso que tenía en su cuello.

Miró a su costado, el de ojos turquesa lo miraba con su semblante imperturbable, pero el de ojos azules lo conocía lo suficiente como para saber que estaba preocupado por él.

—De verdad, no es nada. —Le sonrió con la intención de tranquilizarlo, aunque el leve temblor en su voz, demostraba el dolor que sentía. —¿Dónde están los demás?

—Hey primo, me alegra que recuerdes que tienes más amigos a parte del amargado. —Un rubio habló con ironía mientras ayudaba a levantarse a la rubia ceniza.

—¿Dónde estamos? —preguntó una pelimorada mirando a los costados sin entender. Fijando su vista en los edificios que los rodeaban. —What? ¿Cómo llegamos a U.A?

—I don't know. —respondió su hermano, ayudando al pelinegro a levantarse. —Pero esto se ve muy distinto.

Los cinco se pusieron a ver a los alrededores, era cierto, los edificios se veían antiguos, no en el sentido de arruinado por el tiempo, la edificación no era como la que ellos conocían.

—Ok, antes de cualquier cosa, necesitamos reorganizarnos. —dijo el pelinegro con seriedad, tomando el liderazgo de la situación. —Chicos, informe de daños.

—No tengo ni puta idea de dónde están nuestras mochilas con los botiquines, supongo que quedaron en las mesas. La villana con la que estaba luchando rasgó mi camisa, me duele un horror la costilla, y creo que me torcí el tobillo. —respondió, el rubio apoyándose en los hombros de la pelimorada junto a él para evitar apoyar su peso en el pie lastimado.

—Tengo un corte en el abdomen, otro más profundo en la pierna que duele un carajo, y por si no lo han notado perdí mi maldito zapato edición limitada. —gruñó la rubia ceniza, quitándose el otro y arrojándolo lejos con rabia, ya daba por perdidos sus zapatos. El rubio terminó de rasgar su camisa para darle un trozo de tela, ella agradeció por lo bajo antes de usarlo como venda para su pierna.

—Me duele la garganta. —tosió la de ojos púrpuras, pasando su brazo por la cintura del rubio ayudándole a mantenerse de pie. —Y me golpearon en la espalda.

—Intentaron golpearme la cara con una fucking barra de metal, el mayor daño lo recibí en las manos y muñecas intentando evitarlo. —carraspeó el de ojos turquesa, sentía la garganta seca, y escupió al suelo dejando una mancha de saliva con sangre. —Una parte del golpe lo recibí en la mandíbula, por suerte no está dislocada.

—Creo que todos vieron el momento en que me azotaron la cabeza contra la mesada ¿Cierto? —dijo el pelinegro, el resto asintió con una mueca. —Me revienta la cabeza de dolor, y también el cuello, pero en resumen, estamos considerablemente bien.

—Viviremos. —respondieron a la vez los demás junto a un asentimiento. Esa era la señal, estaban dispuestos a continuar.

—De acuerdo. Al parecer estamos en U.A, pero claramente no es la que conocemos. Significa...

—Estamos en el pasado. —respondió con los ojos bien abiertos la rubia ceniza, mirando lo que sea que hubiera detrás de sus amigos luego de terminar con su venda improvisada.

Sus amigos voltearon a ver en la misma dirección, y a los cinco les dió un escalofrío, intentando procesar la información, aunque realmente no tuvieron mucho tiempo para pensar. Habían sido atados por un montón de cintas blancas, y siendo apresados demasiado juntos para evitar su escape. Ellos chillaron de dolor, sus heridas no eran la gran cosa según su propio autodiagnóstico, pero tal vez sí lo eran, porque dolían demasiado.

—¿Quienes son ustedes? ¿Y qué hacen aquí? —La voz de EraserHead sonaba aterradora, presionando más aún, junto a él podían ver a VladKing y detrás se podían notar a ambas clases de héroes, dispuestos a atacar si era necesario.

—Un momento. ¡Calma todos! No somos ninguna amenaza. —El pelinegro habló, luego miró a sus amigos, que asintieron dejándole el mando de la situación. —Ni siquiera fue nuestra intención venir aquí en primer lugar, fue un accidente. ¡Podemos explicarlo!

—No te han cubierto la boca, así que puedes hablar perfectamente. —ordenó ahora VladKing, con los brazos cruzados, aunque él si dejaba notar algunas emociones como el hecho de que aquellos desconocidos se le hacían muy conocidos. —Expliquen ahora mismo.

—Escuchen ¿Sí? Sé que sonara a una locura, pero es la pura verdad, además tenemos formas de probarlo. —Ambos profesionales asintieron, atentos a los que el chico iba a decir, este suspiró, mirando a sus amigos que también parecían preocupados de cómo iban a reaccionar al saber la verdad, suspiró. —Venimos del futuro y, nuestros padres están justo detrás de ustedes.

—Esperen... ¡¿Qué?!

[✨]

Los oc's creados como hijos de las shipps, son completamente de mi propiedad, prohibido el uso, copia o robo de estos. ¡Tardé mucho en crearlos, no intenten apropiarse de mi esfuerzo!

Eso sería todo. Muchas gracias por leer! ¡Estoy muy emocionada de que conozcan a mis niños!

Wait... What? |BNHA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora