Monotony; Jungkook

Sept

Entonces el silencio gozó de la libertad que aparece sin tener fin, la necesidad de decir tantas cosas pero que detienes por aquel nudo en la garganta que te vuelve cada vez más dependiente de quien sostiene tu mano, es tan trágico que el momento mágico se transforma en un error. Perdió el conocimiento de hace cuanto había pasado desde que ella volvió, desde que entró otra vez de completo a su vida sin necesitarla y se contiene porque cada que vuelve es lo mismo, es regresar a lo que superaste pero que sigue pateando como una piedra en el camino.

Quizás Chaewon se lo tome muy apecho o tal vez es el miedo inundarle las mejillas hasta llegar a su cabeza y entonces convertirla en un lugar sin fin. Justo es aquello, su cerebro está tan bien conectado para evitar el dolor que lo ciega con otro, lo paraliza soltando su trágica historia una y otra vez hasta el cansancio sabe que Jungkook no volvería a lastimarla pero el miedo a que exista una posibilidad aunque sea del 1% le activa el sentido común a debatir entre su vida o el sufrimiento y está claro que después de tanto prefiere debatir a sufrir aunque teóricamente lo haga pero bajo ciertas condiciones.

Sus manos se aferran terriblemente a la sábana que la tiene envuelta, pensando en los sucesos de hace dos semanas. Jungkook molesto, Jieun molesta, los chicos en general molestos hasta los huesos y después ella, Heejin. Un nombre que le muele hasta las ganas de tomar oxigenación, claro que después del drama que hizo no volvió a poner un pie en esa casa y aunque Chae lo niegue aquello la hacía demasiado feliz además tenía entendido que se iría por unos días o si se expandía más serian algunas semanas, al parecer debía de volver por cuestiones de su título así que sabía que tendría libre a su novio por bastante tiempo y eso la hacía feliz.

Aunque Jeon también era otro tema en su amargada vida. Su novio tenía que irse a Boston y él aún no tenía la decencia de decírselo, si, su condición en estos momentos no era la mejor pero estaba estable que ya era algo y podía soportar que Jungkook le dijera aquello, no quería detenerlo porque no sería justo para él, es que ella no podía quitarle una oportunidad cómo está y es entonces que podría ser decidida y la persona con mayor entusiasmo en la vida así la realidad sea otra, tenía que soltar la mano que siempre la sostuvo, era hora de poder sostenerse por sí misma aunque costará.

Las lágrimas no pudieron ser detenidas así como el ruido del reloj indicando que unos segundos pasaron más y tampoco supo en qué instante Jeon había llegado a su lado asustado por cómo se veía, nada grave decía ella pero después de tanto comprendía que su novio no creyera del todo. Se veía bien, el castaño frente a ella se veía increíblemente bien pero a la vez aquellas ojeras grandes y cafés resaltaban la falta de un sueño recuperador, tal vez ella ya no esté muriendo pero poco a poco está matando a aquel ser que la ve con ese casi nulo de brillo en sus ojos. Toca su mano con suavidad y le susurra un esta todo bien, mintió una vez más diciendo que la película que veía estaba triste y qué era hora de dejar de ver aquello así que no debía de temer por algo.

Se enteró entonces de lo insano que era todo en general y que la sobreprotección hacía una persona que estaba mal no era le mejor alternativa para curar las tristezas, depresiones y alucinaciones de su cabeza. Había muchas cosas que cambiar que no será de la noche a la mañana ni en dos semanas o tres y que por consecuente muchas de las cosas que conoce se vayan a la mierda por tan infantil actitud de ella pero Chaewon sabe que llegó a la fase que debió de admitir hace mucho tiempo atrás incluso cuando se sentía bien.

—El cielo está completamente azul —pronunció con sus labios resecos y sacando de la ensoñación a su novio

—Hoy es un buen día cariño

Miró la sonrisa enorme que le proporciona su novio después de mucho tiempo sin verlo así, podía jurar que la última vez que vio aquella bonita sonrisa fue cuando le contó sobre qué volvería Heejin. Sin pensar demasiado en ello volvió a su tarea de admirar aquel esplendor que le regalaba la vida porque sigue ahí, ella sigue respirando cada día.