Quatorze

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Final

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Fue querer lo inevitable, amar lo extraordinario y odiarlo al mismo tiempo, atraer sus manos para entrelazarlas y forzar a cerrarse porque ya no encajan a la par, el amor sigue estando tan igual como el primer día pero guardado en aquel rincón de su propio corazón. El baile era lento con las respiraciones intentando calmarse aguantando las ganas de llorar en medio de toda la gente desconocida que los rodeaban mirándolos en silencio porque su entorno era demasiado depresivo para todos incluso para los ahora esposos quienes no podían evitar llorar por ellos. Intentarlo no está en pensarlo sino en hacerlo y ahora en ese instante mientras seguían el compás de la música no podían siquiera tomarlo como opción, era cansado todos lo sabían pero la vida siempre llenaba la habitación de sorpresa.

La rubia no pudo evitarlo aquella canción que resonaba en todo el salón color blanco le decía perfectamente como se sentía ahora, no tenía ganas de hablar ni mirar a nadie que no sea a quien tenía enfrente sonriéndole con tristeza porque eso sentían, era tan profunda y dolorosa como cuando te rompen el corazón aún reparado. Jungkook limpio sus lágrimas con los pulgares intentando decirle que todo estará mejor que antes y que no hay nada por que llorar aún si existían diez mil motivos para derramar aquellas pequeñas gotas de agua. Era su último baile antes de que la rubia regresara a casa y siguiera su camino, aquellos días en los que pudo volver a salir con el castaño los disfrutó al máximo y descubrió que cada día en vez de dejar de amarlo lo hacía más, seguía enamorándose de cada partícula del más maravilloso ser en el mundo.

Nostalgia, creo que es la mejor palabra para describir su burbuja, Boston y Gwangju sonaban bastante bien podrían decir que increíble porque ahora podían confirmar que ahí estaba lo mejor de su nueva etapa. El dolor era interminable porque el pecho de ambos estaba tan inquieto que parecían apunto de desfallecer ahí en medio y es que no podían escuchar absolutamente nada. El lugar, lo cálido de los brazos que Justo ahora están tomándose y la ceremonia de hace un par de horas era todo lo que necesitaban para poder mirarse a los ojos en lo que llevaban de aquella boda tan pura y llena de amor.

Si miramos en retroceso hace mucho todo lo qué pasa el día de hoy no podría siquiera pensarse hacerlo. Salir, disfrutar y vivir eran palabras que no podía coincidir en su vocabulario, eran palabras que no podía unir con oraciones resultantes de sus labios y es porque sencillamente imaginarse en una vida así era casi nulo. Era extraño mirarlo y decirle ex porque sentía que aún era suyo, que aún eran de ambos quizás el dolor seguía ahí latente pero eran tan masoquistas que de verdad consideraban hacerse doler más pero decir que sería un grave error si así lo quisiesen. Chaewon tiene demasiado que agradecerle a quien está enfrente aún moviéndose al ritmo de la música, sin él sabe que estaría perdida aún si su relación fue la menos sana de su existencia pero si no fuera por el castaño ella no podría agradecer una oportunidad más.

La música de fondo daba en el punto exacto de todo lo que sucedía consigo mismos, Jungkook no podía quitarle los ojos de encima porque la veía preciosa era casi como una diosa para su mirada odiándose de nuevo por haberle hecho tanto daño en todos los años que le entregó. No va a mentirse aún mantiene una pequeña esperanza de que el día de mañana volverán y podrán ser felices pero la vida real le hace saber que nada es un cuento de hadas y es más cruel de lo que aparenta ser pero estaba bien con ello porque su punto culmine ya estalló y no está dispuesto a volver a esa cima sabiendo que ahora él será soltado. Chaewon era su pequeña luz que mató en silencio, que dejó de lado por una persona que ahora entendía no era importante en su vida aunque ya no era tiempo de lamento era tiempo de saber soltar por completo.

Monotony; Jungkook Where stories live. Discover now