Estoy consciente que lo que ella hace está mal, pero que puedo hacer? La única razón por la que nací fue para protegerla y apoyarla aún cuando se que ella está loca. Esa chica rara llamada Info-chan me está volviendo loca como si nunca se cansará de...
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↷∙*∙CAPÍTULO VII∙*∙↶ NUEVOS AMIGOS
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"En la vida no es indispensable tener un gran grupo de amigos siempre y cuando tengas uno con el que siempre puedes contar y lo sabes"
No importaba la hora, el día, ni mucho menos lo que pasara a su alrededor o al menos así era para la traumatizada Saki quien ahora era una paciente en un hospital psiquiátrico. Ese día una pareja de detectives le haría una visita para ver cómo se encontraba la adolescente. El duo estaba en la entrada de la recámara de Saki junto con una trabajadora del hospital. —Tengan cuidado, no le gusta recibir visitas —advirtió la empleada. Sin duda eso es algo no muy reconfortante de escuchar para un detective investigando un caso. Los policías se quedaron quietos observando fijamente a la chica. Todo era muy complicado, no estaban muy seguros de si considerarla una persona ya que la dulce Saki llena de ternura se había ido y había dejado solo un cascaron lleno de memorias vacías de lo que alguna vez fue y lo que ya nunca podrá.
Aun así tenían en cuenta que ella aún tenía algo humano dentro de ella, instinto. Si se sintiera amenazada se asustaría, si se sintiera frustrada se enfadaría y si se sintiera en paz se calmaría. Eso era lo que los mantenía al tanto de que ella aún era una persona. De repente en la mente de Saki le vinieron varios recuerdos que ella misma quería borrar y olvidar. Estaba atada en una silla dentro de un sótano, no recordaba quien le había hecho pasar por todo ese sufrimiento pero quien fuera Saki recordaba la razón por la que lo hizo, un chico. —Yamada, Taro Yamada —murmuró inexpresiva mirando al suelo. Los detectives reaccionaron de inmediato al escuchar finalmente una pista salir de la boca de la paciente.
___ Aishi
Mi hermana y yo estábamos en mi habitación en silencio tratando de entender que era lo que pasaba por la mente de nuestra madre. Mientras que yo estaba sentada al borde de mi cama con la mirada en el suelo, Ayano estaba caminando en círculos probablemente pensando en algo. —Bueno, no es tan malo, al menos ahora será más fácil ayudarte —parecía que algo en mis palabras la desconcertó, pues inmediatamente mi hermana dejó de caminar en círculos para mirarme fijamente. —¿Ayudarme? Sabes siquiera que cosas horribles tendrías que hacer si te vuelves mi cómplice.—habló con suma seriedad. No es que no esté consciente del riesgo es que simplemente no me importa. No tengo elección ese es mi propósito después de todo, ser su cómplice en su maldición.
