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Camila

- Hija, ¿Darías tu vida por tu sol solo por ella?

- Si madre. Ella me dio las ganas de vivir y yo haré todo para que ella sonría y no tenga esa mirada triste de siempre.

- Entonces te otorgaré el poder para salvarla. Pero habrá un sacrificio que lamentarás, perderás dos cosas importantes y tal vez mueras.

- No me importa. Solo ella.

- Como desees hija.

Y ahí todo se volvió negro.

Judith

No luna... No te vayas... No ahora que conseguí a alguien a quien amar, no por favor.

La luz se apagó y mi luna salió en una túnica blanca y larga. Su pelo era más largo y estaba recogido con una cuerda blanca.

Sus ojos eran azules... Azules como los que yo recordaba. Su espada brillaba con fuerza y ella hizo algo inesperado.

Se giró hacia a mi y comprendí que no era mi luna sino su consciencia.

Cogió su espada y la clavó en mi corazón. Pensé que iba a morir pero mi cuerpo comenzó a brillar. Las heridas sanaban y sentía un poder dentro de mi.

Su poder de cazadora yacía en mi sangre. Sacrificó eso por mi.

Ella cayó en mi y su mirada volvió. No respiraba y eso me asustó.

- ¿Quién eres?

Solo dos palabras podrían romperme el corazón. Me olvidó. Ella me ha olvidado.

Mi corazón se rompió y se estrujó al notar como sus ojos se cerraban y su respiración era más lenta.

No, no y no. Pequeña no me puedes hacer esto. No por favor.

- ¡LUNAA! - Blake se lanzó furioso hacia nosotras.

- ¡No te atrevas a ponerle un solo dedo encima!

Todos nos reunimos delante de nuestra luna y yo con más fuerza. Una fuerza que nunca creí haber tenido nunca me adelanté y enfrenté a Blake.

Algo dentro de mi despertó. Algo que siempre sabía que se escondía en lo más profundo de mi ser. Algo que yo nunca creí que era verdad... Dentro de mi tengo sangre de cazador y del primer sol.

Mis ojos se tornaron dorados, adquirí una forma más humana con rasgos lobunos. Largas garras y colmillos, orejas y una cola sobresaliendo y mi cabello mucho mas largo y brillante.

- Por fin despertaste nuevo sol. Salva a tu luna, ella te necesita. No ha muerto, no aún. - una voz familiar sonó en mi cabeza y un gran lobo dorado juntó mi frente con la mía. - Aún no despertarás al cien por cien pero te prestaré mi poder sol.

Me dirigí hacia Blake y con gran velocidad me enfrenté a él.

Blake

Un nuevo sol nacerá entre todos los lobos. Un sol que iluminará hasta el más oscuro sentimiento. Un sol con unos orbes tan dorados que iluminará a su luna y un pelaje tan puro y negro que será alabado por todos y todas.

Y ahí estaba. Esa malnecida tenia una forma incompleta. Sus ojos brillaban con intensidad, su cabello negro y largo se movía por su propia aura. Unos afilados colmillos y una mirada no de venganza sino de paz y tranquilidad me observaban.

Me transformé de nuevo y encaré al sol que venia hacia mi con velocidad.
Me dirigí a morder su cuello cuando una espada se intercaló en mis colmillos.

Una espada blanca y dorada con unas runas incrustadas apareció de repente.

Ella me lanzó un puñetazo en mi lomo y aullí de dolor. Se abalanzó contra mi sin dejarme respirar e incrustó esa odiosa espada que ardía en mi estómago.

Con mis garras rasgué su costado derecho pero a una velocidad inimaginable ella se regeneró.

Mierda. Ella ha adquirido los poderes de mi luna y recuperó los suyos.

Ha despertado la alpha más fuerte de la historia.

Cogí a mis lobos y hui. No podía ganar. No aún que estoy esperando la primera luna llena. Espérame JUDITH.

Y he aquí el comienzo de todo. ¿Qué ocurrirá con nuestra pequeña luna? Y... ¿Será capaz el sol de resistir a la oscuridad que invade su corazón?

La princesa de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora