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Camila

Me desperté y no vi a mi lado a mi mujer. Seguía sin poder mover mis piernas y eso me frustraba. Me sentía débil e indefensa.

Oí un pequeño gruñido y alcé mis sábanas.

La pequeña cachorrita dormía en mis brazos acurrucada en su cola. Era preciosa. Sus ojos cerrados mostraban lo tranquila que se encontraba.

La tapé y la arropé entre mis brazos y un sentimiento maternal invadió mi ser.

- Luna... - esa voz de nuevo. Mi cabeza dolía. Era la misma voz que las de estas últimas noches.

Una voz que me hacía daño como si algo dentro de mí quisiera despertar.

Judith...

Mi corazón comenzaba a latir con fuerza. Ardía y sentía que la respiración me fallaba.

- Cariño. Shhh, tranquila, estás en tu ciclo. Shhh.

- Ju... - unos colmillos sobresalían de mi boca. Me estaba comenzando a transformar.

Ella me arropó en sus brazos y me ofreció su hombro. Inmediatamenté la mordí y el dolor menguaba a placer. Una cola blanca apareció y mis ojos azules se hicieron mas oscuros. Unas orejas aparecieron y los colmillos al fin dejaron de crecer.

- Fiummm. Una semitransformación. Pocos guerreros lo pueden hacer. Solo los más fuertes que son mi guardia y ahora yo que tengo mis poderes liberados.

- Perdona por morderte.

- No pasa nada. Una mordida es símbolo de territorio. Me has marcado como tuya. Ya te podrás mover.

- Ummm. Sí. Quiero entrenar. ¿Tienes mi espada no?

- Si, pero ya no eres cazadora.

- Perdí mis poderes pero no mi técnica. Además mis poderes están en ti y la espada tiene la forma sagrada que yo le otorgué. Aún es mía.

- Ya veo... Entonces yo puedo tener una.

- Correcto. Hoy te enseñaré a manejar una espada y tu a mi las artes marciales.

- Soy estricta querida.

- No me has visto tu a mi cariño.

Salimos al campo de batalla y le enseñé a Judi a sacar el arma que le otorgaban a los cazadores, y como ella tiene mis poderes pues es capaz de hacerlo.

- Repite conmigo, concentrate y piensa en ti, en tu fuerza, en cada célula de tu cuerpo, porque el arma que aparezca frente a ti, será tu otra mitad.

"Yo, Judith clamo por un arma que me proteja y sea mi sombra. Juro ante el primer cazador que no usaré el arma de manera maligna. Yo judith ofrezco mi cuerpo y alma a ella y será parte de mi alma, ven a mi."

Judith dejó de recitar, seguía concentrada con los ojos cerrados y su cuerpo comenzó a brillar.

Su cuerpo se semitransformó, su bello pelaje negro brillaba y poco a poco el arma se materializaba.

Era una hermosa lanza negra y dorada. Tal cual sol con su lanza.

Ella abrió los ojos y observó con cuidado la lanza. La agarró con delicadeza y se posicionó en defensa.

Sus ojos ahora dorados me miraban tranquilamente y yo saqué a mi espada. Esta era hermosa, azul y plateada, delgada pero con un material duro.

- Empecemos.

Holi a todos, ya por fin subo este capítulo muy atrasado por problemillas y estudios hehe.

Espero que os guste 💙🖤

La princesa de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora