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SI DE ALGO ESTABA SEGURA ES QUE TŌJI FUSHIGURO BUSCABA PROVOCARLA. Era la única razón por la que podía pensar que él era de ese modo con ella, de otro modo no entendía el por qué las ropas atrevidas y aquellas frases tan extrañas con esa voz gruesa qué mata. Realmente pensaba que lo único que buscaba el hombre más deseado entre todas las madre era provocarla.
Ella se sentía afortunada el día de hoy. Megumi había planteado la idea de pasar la noche en su casa para mirar unas películas de terror. Por supuesto que ella no se oponía a la idea de ir a pasar la noche donde estaba su crush de la infacia, en realidad estaba más que emocionada con esa idea. Es más, estaba tan emocionada por pasar la noche ahí qué no podía pensar en otra cosa que no fuera en el padre de su mejor amigo.
—Me pregunto si me veré bien de esta modo —balbuceo fijándose en su reflejo. Su uniforme escolar era simple, nada muy atrevido, nada muy oculto, por lo que pensaba en que ajustes podía hacerle a su uniforme para estar presentable ante él padre de su mejor amigo. Abrió los tres primeros botones de su blusa blanca para dejar a la vista su pecho, dio un cuarto de vuelta y se fijo en su par de amigas redondas. Hizo un puchero con la boca al notar lo pequeñas qué eran. Suspiro triste por lo de ahora—. Supongo que tendré que quedarme así.
Se agachó para rejuntar la mochila qué se encontraba tirada en el suelo para después dirigirse a la salida del baño de mujeres y enseguida encontrarse con Megumi. Él se encontraba esperándola frente a los baños estando recargado en un pared, al momento en que sus ojos se encontraron se despegó y camino hacia ella para estar de enfrente. Su mirada bajo descaradamente hacia su pecho, levantó una ceja y preguntó:
—¿Por qué desabrochaste tu blusa?
Sudo de nervios la muchacha a la par que sus mejillas eran rápidamente propagadas por un tenue sonrojo. No podía simplemente decirle que era para impresionar al candente de su padre. Con su suéter tapo aquella parte descubierta y desvió la mirada nerviosa.
—¿Qué a caso no puedo lucir sexy por un día?
Finalmente Megumi se digno a mirarle los ojos, su mano viajo hasta su nuca para rascarle con cuidado y posteriormente hablar
