El Alquimista De Harry Potter.(Cap.1-Cap.200)(Parte 1)

Capítulo 4: callejón diagón.

"Albert, ¿estás seguro de que no es el lugar equivocado?" Herb estaba revisando el mapa en su mano, pero no podía encontrar la barra que dijo la profesora McGonagall.

"Primero tenemos que encontrar la librería. La puerta de al lado de la librería es una tienda de discos". Albert levantó el dedo hacia la gran librería que tenía enfrente, y al lado había una tienda de discos.

"¿Esto es todo? Pero yo ..."

"... ¿No puedes ver dónde está el bar?" Albert terminó de hablar por él.

Nunca prestaría atención al pequeño bar al lado de la gran librería si no fuera por una observación especial.

La gente que pasaba a toda prisa ni siquiera lo miraba, por supuesto, incluido su padre Herb.

"He visto el bar, ¿recuerdas lo que dijo la Sra. McGonagall?"

"¿No pueden encontrar el bar los muggle?", Murmuró Herb, "Odio la palabra Muggle".

Herb tomó la mano de su hijo y Alberta lo hizo avanzar. Unos segundos más tarde, vio la legendaria barra de caldero rota.

Esa es una barra estrecha y sucia.

"Lo odio, está tan sucio".

"¡Yo también, entra!"

Redujo la expresión de repugnancia en su rostro, el padre y el hijo empujaron la puerta uno tras otro hacia el bar.

Sucio, desordenado y oscuro.

Esta es la valoración que hacen las dos personas de este bar. En su interior hay algunos hombres y mujeres que no parecen normales. La mayoría son ancianos. También tienen ridículos sombreros de copa en la cabeza, que se ven muy divertidos.

Si este grupo de personas camina fuera de la calle, definitivamente pueden atraer la atención de innumerables personas, pero ahora son aún más extrañas aquí, tan deslumbrantes como un rayo de fuego en la oscuridad.

Herb se calmó inmediatamente, caminó hacia el mostrador, miró al anciano calvo y preguntó tentativamente: "¿Sr. Tom?"

"¿Pequeño mago de una familia muggle?" Tom miró a Albert, luego miró hacia arriba y le sonrió a Herb. "¿Quieres preguntar cómo llegar al Callejón Diagon?"

"Sí, Sr. Tom, la profesora McGonagall dijo que nos puede llevar al Callejón Diagon" Albert también miró al anciano frente a él, apenas esbozando una cortés sonrisa en su rostro.

"Por supuesto, por favor vengan conmigo." Tom salió de detrás de la barra e hizo señas a los dos para que lo siguieran.

Los tres llegaron al patio trasero del bar, donde solo había una pared de ladrillos, un bote de basura y algunos barriles de vino vacíos.

"Este bote de basura se quedará aquí todo el tiempo. Tienes que contar tres piezas en la parte superior, y luego dos piezas en la dirección horizontal. Este es el ladrillo". Tom señaló con el dedo el lugar donde acababa de tocar con la mano y luego lo sacó. La varita golpeó el ladrillo tres veces, luego se volvió hacia Albert y dijo: "Cuando tengas tu propia varita, puedes abrir la entrada al Callejón Diagon por ti mismo. Recuerda, usa la varita tres veces".

El ladrillo golpeado por el viejo Tom comenzó a temblar, y la pared de ladrillos se movió de manera extraña. Un pequeño agujero apareció en el medio. La abertura del agujero se hizo cada vez más grande. Sólo tomó unos segundos formar una franja frente a las tres personas. El arco por el que pasaron.

Una calle de adoquines se extiende desde abajo hasta el frente, flanqueada por tiendas, y hay muchos magos y puestos de venta ambulante en la calle.

"Bienvenidos al Callejón Diagon" Tom sonrió a los dos.