Capitulo 3

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Al siguiente día, Betty no quería estar ahí, se encogía en su escritorio, cansada ya que la noche anterior no durmió nada, se había encontrado con una de las notas de Don Armando, ya no sentía furia ni molestia, todo se había drenado el día anterior, era como si su cerebro se hubiera apagado.

No podía concentrarse en su trabajo, solo miraba el reloj con la esperanza que su jornada terminará e irse inmediatamente, sin embargo su primer obstáculo llegó.

-Hola Beatriz ¿Puedo pasar?- dijo Don Armando quien ya se encontraba con un pie dentro de la oficina.

-Claro, Don Armando ¿Que necesita?- su voz apagada, sus ojos sin brillo ¿Cómo era posible que Armando no se diera cuenta que algo andaba mal?

-Beatriz, quería invitarla al evento de Adriana Arboleda, ya sabe...como tenemos estos días solos...-Decia con una sonrisa pícara, cosa que a Betty le dio asco

-Lo...lo siento Don Armando, pero está vez no creo poder acompañarlo- Sabía que le había prometido a Doña Marcela seguir con el engaño, pero su corazón no soportaría nada de esto, quería aplazarlo lo más posible.

-¿Cómo así que no me va a poder acompañar? ¿Se siente bien Beatriz?- pregunto Armando realmente confundido por este rechazo

-Si Don Armando, solo que...tengo un compromiso con Nicolás y no puedo cancelarlo- solo al mencionar el nombre de Nicolás podía ver cómo a Don Armando se le arrugaba el rostro- pero no sé preocupe podemos salir la próxima semana.

-¿Pero como así que la próxima semana?

-Don Armando, usted mismo había dicho que nuestras salidas solo se darían una vez a la semana y como está vez no se pudo pues...-simplemente se encogió de hombros, dejando aún más sorprendido a Don Armando.

Armando quería contestar, pero no salían palabras, la impresión lo dejo sin habla, solo pudo asentir comprensivo ante la lógica que el mismo había puesto ante su relación con Beatriz.

-y...¿qué le pareció la carta de hoy?

Que ganas de responderle con una cachetada, un golpe, un grito, pero se contuvo, tomo aire y contesto.

-Ralmente muy bonita, como siempre Don Armando- dándole una sonrisa forzada, tan forzada que juraría que le dolerian las mejillas después.

Don Armando no pudo seguir la conversación, tenía que atender algo importante, saliendo de la oficina de Beatriz, la cuál al verle irse, dejo caer su cabeza contra el escritorio, esto de fingir se le hará más difícil de lo que pensaba.

Quería hablar con alguien, quería recibir consuelo, pero sus amigas no podían enterarse de lo que pasaba, y pensó que Nicolás ya tenía suficiente con lo de anoche, su cabeza recordó a Marcela ¿Debería llamarle? ¿Cuál excusa pondría? ¿Por qué tan siquiera pensaba en ella para hablar de esto?

No la pensó más y saco de su bolsillo el papel que contenía el número de Marcela, mientras marcaba pensaba en que excusa dar, hasta que sonó otra voz al otro lado de teléfono.

-¿Alo?- su corazón se detuvo ¿Que carajos estaba haciendo? ¡Nisiquiera era amiga de Doña Marcela como para hablarle como si nada!- ¿Alo? Quién habla?

-D-Doña Marcela, soy yo...Beatriz- "¡Tonta, tonta, tonta!"

-¡Beatriz! ¿Que paso? ¿Sucedió algo?- su voz llena de preocupación, solo hizo que se sintiera más estúpida

-Todo está bien Doña Marcela...es solo que yo...- ¿Que debería decir? "Me siento miserable por qué Don Armando me invitó a salir" estaba apunto de colgar hasta que Marcela comenzó a hablar.

Marcetty "Un contraataque"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora