CAPÍTULO 18

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TIEMPO EQUIVOCADO

Jude

El táctil salado de la lágrima que escurre por mi mejilla propicia que regrese los pies a la tierra y la cordura a mi cabeza. La seco inmediatamente con el resultado al que arroja el pequeño aparato frente mis ojos.

Dos líneas.

Dos... lineas... rojas.

—¿Eso que significa? —Nick me quita el envoltorio de instrucciones de las manos asustado.

Pero yo soy incapaz de mover un dedo. Permanezco inherte en la misma posición, esperando, aguardando...

—¿Positivo? —lee una y otra vez—, es... es positivo. Si porque aquí lo dice. Lo dice claro, Jude. Es positivo, es... —me mira— ¿Jude?

—Es... sí, lo es... —susurro secando mis mejillas.

Deja todo a un lado dejando que me siente sobre el retrete tapado. Se olvida por completo del test y de las instrucciones y toda esa mierda que nos está estresando a ambos.

—¿Qué ocurre, cariño? —se acuclila y acuna mi rostro con una de sus palmas.

—¿Además de decir que estoy...?

—Embarazada. —atenúa una sonrisa—. Si, creo que mucho.

—Nick...

—Oye —acaricia mi piel con su pulgar—, ¿Qué está mal? —frunce el ceño preocupado— ¿Tus... deseos son otros? Porque de serlos ten por seguro que voy a respetarlos. Se hará lo que tú desees, amor, no voy a presionarte.

—Es que —el llanto me puede—, no sé si estoy preparada para... —suspiro—... no quiero volver a caer en el mismo pozo que cuando estuve embarazada de Lily. No quiero eso Nick. No sé si estoy preparada para ser madre... otra vez.

—Tuviste, criaste y educaste a una bebé en condiciones peores, emocionalmente y económicamente inestable, sola y abrumada. Ahora estoy yo aquí, Lily, tu familia. No vamos a abandonarte y yo nunca te voy a dejar sola. Vamos a superarlo y sacaremos lo mejor de esto.

Arrodillado ante mis pies, sujetó mi cintura y acercó el rostro hacia mi abdomen depositando tres besos en el mismo.

—Esto me llena de dicha. —sonrió—. En dos días más dejaremos este lugar y volveremos a casa. Con Lily, nuestros amigos y estuve pensando... esporádicamente darnos unos días para descansar. ¿Recuerdas la cabaña en Malibú? —asentí—, ¿Te apetecería ir? Un fin de semana, solo tú, Lily y yo... y el nuevo camarada. —reí.

—Es la mejor propuesta que me has hecho, después del matrimonio. —asintió—. Me encantaría.

—Está hecho entonces.

Suspiré.

Tiré de la cadena, me puse de pié y fué él quien tomó el pequeño dispositivo sujetando apaciblemente mi mano.

Al abrir la puerta, todos se pusieron de pié casi en automático. La algarabía cesó y el silencio sepulcral permaneció cuando nos vieron salir en calma del sanitario.

—¿Y bien? ¡Que me como las uñas de la ansiedad, por dios! —se exaspera Jaylin.

—Bueno, después de deliberar adecuadamente y llevar a cabo este...

—¡DILO NICKOLAS! —me quise reír de la cara de Tim. Lo tenía todo harto.

—Es positivo. —suspiró levantando con orgullo y confusión el test—. Vamos a ser papás.

Mi suegra dió el grito en el cielo soltando el mar de llanto que no pudo retener al arrebatarle la prueba de embarazo de las manos al hijo. Dejó que Lana lo sostuviera mientras los demás formaban una especie de bolita al rededor de su diminuto cuerpo para confirmar con sus propios ojos que las palabras del alemán eran ciertas. Nora rodeó mi cuello y me llenó la cara de besos atisbando la sonrisa conmovedora en la que nadie reparó.

JUDE |njh| ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora