10|Fiesta.

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Tenía la respiración acelerada, el pecho le subía y bajaba muy rápido, sentía punzadas en las piernas de tanto correr, creía que en cualquier momento caería de cara al suelo

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Tenía la respiración acelerada, el pecho le subía y bajaba muy rápido, sentía punzadas en las piernas de tanto correr, creía que en cualquier momento caería de cara al suelo.

Al llegar a la puerta de la casa lo primero que hizo fue sacar las llaves que se encontraban en el bolsillo del Short que había elegido esa mañana para salir a correr. Por su torpeza la dejó caer, al intentar levantarlas sintió el sonido de la puerta de su vecino abrirse.

Ahí se encontraba el, tal cual lo recordaba, su bonito cabello atado en una coleta que dejaba ver a la perfección la parte que tenía teñida de blanco. Llevaba puesta una camisa blanca y un pantalón de vestir color azul, se veía precioso a los ojos de Jared.

Scott, sintió que alguien lo comía con la mirada y al buscar quien era el sujeto no encontró a nadie, por instinto dirigió su vista hacia la puerta del que alguna vez fue su mejor amigo, pero está se encontraba cerrada y no había nadie cerca. Se encogió de hombros y subió al auto de su primo para al fin dirigirse a la empresa donde tendría una entrevista de trabajo.

Por su parte el muchacho que le había clavado el ojo, se encontraba sentado del lado de adentro de su casa con la espalda apoyada en la puerta. Por alguna razón, sentía vergüenza de volver a ver al más bajo, a pesar de que lo extrañaba más que a nadie, no tenía cara para verlo a los ojos y no sabía si el moreno estaba pasando por algo parecido. Además, de que no quería invadir el espació personal del contrario, sentía que era correcto el esperar a que esté diera el primer paso.

Había pasado solo un mes desde la noche en que Scott le dejo claro que necesitaba tiempo. Aún que parecía ser una eternidad, en realidad solo era un corto periodo del proceso que debían completar.

Una figura femenina se aproximó por la escalera de la vivienda del mayor. Se trataba de su madre, Daiana, una mujer de aproximadamente cincuenta años.

—Cariño, ¿Llegaste? —pregunto en tono dulce.

—Si mamá, apenas. —sin embargo lo que realmente quería decir era "¿No me ves? Aún sigo afuera".

A decir verdad Jared y su madre no tenían una muy buena relación, está se debía a las constantes peleas que ella tenía con su padre desde que él era un niño y el hecho de que siempre habían dejado de lado a su pequeña hermana y a él, a pesar de eso trataban de llevar la fiesta en paz la mayoría del tiempo.

—¿Emily? —pregunto.

—Salió con amigas. —la respuesta llegó con un pequeño ademan restándole importancia a la situación y un revoleo de ojos bastante común en su madre.

—Si sabes que tiene 12 años ¿Verdad? —inquirió, levantando un ceja interrogante.

—Sí, sí, déjala vivir. —Dijo —Cambiando de tema no sabes lo que hizo tu padre hoy. —aquí vamos de nuevo...

Por suerte para el pelirrojo, su teléfono celular comenzó a sonar, sacándolo de la molesta situación en la que estaba a punto de entrar.

Le hizo una seña de silencio a su madre y señaló el móvil, luego subió las escaleras en dirección a su habitación y por fin pudo atender el teléfono.

Detrás del móvil se escuchó la voz de Cristián, este lo invitaba a su fiesta de cumpleaños y le pedía específicamente que llevara al chico que había presentado aquella vez en la cabaña. Jared acepto dudoso, por su parte se encontraba encantado de ir, pero no sabía cómo preguntarle o avisarle al moreno.

Decidió que lo más apropiado en ese momento era dejarle un mensaje con la fecha, hora y el lugar de la reunión, ya vería el si quería hacer acto de presencia o no. Sin embargo el pelirrojo muy dentro del esperaba que su amigo asistiera y así al menos verlo de lejos.

Los días pasaron y el fin de semana llegó, trayendo con él la fiesta a la que había sido invitado.

Eran las 10 PM cuando estaba terminando de vestirse, había decidido ir elegante pero sencillo a la vez, una camisa negra junto a unos jean del mismo color, más una corbata roja parecían ser el atuendo perfecto.

Cristián, le dijo que no sería algo formal, darían una cena y luego comenzaría la verdadera fiesta.

Al llegar al lugar, Jared busco dónde aparcar su auto y bajo de él. Entro al salón y lo primero que vio fue el bonito decorado del lugar, las mesas redondas acomodadas a los lados, las hermosas luces que colgaban del techo y algunas telas que estaban puestas para terminar con la decoración.

— ¡Jared! —grito Aleyka, mientras sacudía la mano de un lado a otro.

El pelirrojo camino hacia ellos, los saludo y tomo asiento. Empezaron a charlar pero como siempre terminaron hablando de trabajo. Él se disculpó y fue al baño un momento, al regresar a su mesa vio una cabellera morena que reconocería en cualquier lado a la perfección, encima había tomado la silla que estaba junto a él.

Respiró profundo y puso en su rostro la mejor sonrisa que pudo. Al sentarse junto a Scott lo único que hizo fue darle un asentimiento con su cabeza y comenzar una charla con Aleyka que se encontraba a su lado.

¿Iba a hacer como si no se conocieran? Posiblemente.

Sin embargo también había otra persona que se encontraba en estado de nerviosismo. Las manos le sudaban y aún que mantenía una sonrisa en la cara tenía la mente en blanco. Tener tan cerca a la persona que aún no podía olvidar le hacía preguntarse por qué demonios había decidido asistir al evento.

—Pensamos que llegarían juntos. —menciono Sara, dirigiendo una mirada a los muchachos.

Los chicos quedaron pasmados realmente no sabían que responder y no tenían en mente contarle a todos lo que había pasado entre ellos.

—Bueno... —comenzó diciendo Jared. — Lamentablemente teníamos tiempos diferentes. —termino con una pequeña sonrisa y una fugaz mirada hacia Scott.

—Hoy vinieron combinados. —esta vez el que se encargó de hablar fue Daniel.

El dúo se miró y aún que no era mucho se dieron cuenta que la corbata de Jared era del mismo tono que la camisa que Scott estaba usando.

Los dos bajaron la mirada avergonzados y una vez más no supieron que responder.

— ¡Hola! —grito Cristian, mientras se acercaba a la mesa donde se encontraban todos reunidos. — Muchas gracias por venir a mi cumpleaños.

—No hay de qué. —contestaron todos al mismo tiempo.

—Gran fiesta hermano. —comento Martín, señalando con sus brazos todo el lugar.

—Y eso que aún no comienza la mejor parte. —la frase vino acompañada de un guiño coqueto.

—¿De qué hablas? —indago Sara.

—Contrate a un gran DJ, es de los mejores que existen, quiero que está fiesta quedé en la historia.

—Comenzó su alardeó. —susurro Aleyka entre dientes, a continuación tomo un trago de su bebida.

La risa de todos se escuchó por el salón. Los mozos comenzaron a salir de la cocina con los brazos llenos de platos, sirvieron la mesa y todos comenzaron a comer felices.

Jared estiró el brazo para agarrar los cubiertos pero su mano choco junto con la de alguien más.

Levantó la mirada y sus ojos se encontraron con los del moreno, las mejillas de ambos se tornaron rojas y Scott rápidamente quitó su mano pidiendo disculpas. Por otro lado el pelirrojo se quedó en silencio y comenzó a comer muy rápido ahogándose en el acto.

Sería una noche bastante larga.


Instagram: daynizleguizamon

Since that nightWhere stories live. Discover now