15|15 de Agosto.

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El día había llegado, Scott no paraba de comerse las uñas, Cristian y los demás implicados en la sorpresa no sabían en que momento el moreno pararía, les daba un poco de miedo que perdiera los dedos

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El día había llegado, Scott no paraba de comerse las uñas, Cristian y los demás implicados en la sorpresa no sabían en que momento el moreno pararía, les daba un poco de miedo que perdiera los dedos.

Todo debía encontrarse perfecto para cuando Jared llegará y recibiera la sorpresa.

Habían llegado al salón alrededor de las 12 del medio día, el grupo de Aleyka, Cristian y Scott habían llegado primero, mientras que Sara, Martin y Daniel, llegaron media hora después ya que se habían ofrecido para buscar algunas decoraciones. La fiesta se llevaría a cabo después de las 19 horas por ende todavía les quedaban muchas horas para prepararla.

Scott se había vuelto bastante cercano a los compañeros de trabajo del pelirrojo luego de la visita a la cabaña, todos habían congeniado bien y se habían pasado sus números el día del cumpleaños de Cristian. Por esa razón el moreno no perdió oportunidad para pedirles ayuda con la sorpresa de Jared.

—No, no eso no va ahí. —hablo el moreno, mientras corría hacia donde estaban poniendo la mesa de dulces.

—Tranquilos, seguro todo sale bien. —dijo, Aleyka, dando ánimos.

El resto del grupo asintió y se distribuyó en el salón ordenando las decoraciones que iban llegando.

Por su parte Scott se encontraba muy ansioso eh indeciso, se estaba dando cuenta que algunas decoraciones no estaban quedando como él lo había imaginado y tal vez sería mejor quitarlas, además de que había una pequeña posibilidad que al verlas, Jared se ponga incómodo, por lo infantil que podían parecer.

Pensaba en si quitarlas estaría bien o si la decisión correcta era dejarlas y poner las manos en el fuego por ellas.

—¿Estas bien? —pregunto, Sara, llegando a su lado.

Scott dio un pequeño respingón ya que al estar tan metido en sus pensamientos no había escuchado que la peli azul se acercaba y eso le había sacado un pequeño susto.

—O sí, sí, estoy bien. —respondió sin dejar de mirar las decoraciones que colgaban desde el techo.

—No te preocupes, todo quedará bien. —menciono, dándole ánimos y unas palmaditas en la espalda.

—Pareces mi mamá. —dijo, dedicándole una pequeña sonrisa y una corta mirada.

—Entonces algún día deberías presentármela. —contesto, de manera juguetona, juntando su brazo con el de él.

—Ella falleció.

Sara se dio cuenta del error, se sentía estúpida por haber dicho algo así, pero ¿Cómo podría ella saberlo? Nunca habían hablado de sus familias, era imposible que supiera ese gran detalle.

—Oye te quedaste pasmada —Scott se acercó un poco a ella y movió su mano frente a su rostro.

—Yo... Bueno.

Since that nightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora