16| El Collar.

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La noche había pasado sin contratiempos, ahora los dos chicos se encontraban sentados en la acera del salón mientras detrás de ellos se escuchaba como salía la música de este

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La noche había pasado sin contratiempos, ahora los dos chicos se encontraban sentados en la acera del salón mientras detrás de ellos se escuchaba como salía la música de este.

—Tengo un obsequio para ti. —dijo Scott, metiendo la mano en el bolsillo de su chaqueta.

—¿Otro? Creo que es suficiente con la fiesta. —respondió mostrando una gran sonrisa.

Scott instalo una sonrisa en su rostro mientras negaba con la cabeza.

Se había quemado el cerebro pensando en el regalo que le daría al pelirrojo, no estaba seguro de que a este le gustará, por eso su corazón se encontraba locamente alterado. A pesar de que no mostraba su nerviosismo las manos le sudaban.

Estiro la mano hacia el contrario con un estuche de terciopelo rojo y espero pacientemente a que lo tomara para luego abrirlo. El collar apareció y brillo como si de oro puro se tratase y aún que no lo era para Jared se veía precioso. El entendía que Scott no se encontraba en su mejor momento financiero, sabía que la herencia que su madre le había dejado no era eterna y por eso agradecía de todo corazón la fiesta y el regalo.

—Mira dentro de la piedra —dijo señalando está, Jared frunció el ceño confundido pero en silencio hizo lo que el moreno le dijo.

Al acercarse una imagen se logró ver, los pequeños cuerpos de Jared y Scott se mostraban en la pequeña piedra recordaba ese momento como si hubiera sido ayer. El paisaje se veía realmente precioso, no entendía como algo se podía ver con tal claridad en un objeto tan pequeño.

Los ojos se le llenaron de lágrimas y su corazón se puso cálido, podría haber recibido regalos de millones de dólares, sin embargo este era por mucho más especial.

Scott tomo el collar de las manos de Jared y este giro un poco el cuerpo para que el moreno pudiera colocárselo. Las manos de Scott rozaron la piel del cuello de este, su piel se erizo y la respiración se le cortó. Las emociones que el moreno le hacía sentir eran nuevas para alguien como él. Si, había estado con muchas personas antes pero jamás ninguno como Scott.

—Es realmente hermoso, muchas gracias. —expreso con los ojos brillosos, tocando con su mano el collar.

Pudo sentir la textura de este con las yemas de sus dedos, a pesar de que algunas partes eran rasposas la piedra era muy suave. Apreciaría y cuidaría este regalo con vida, podría decir que se volvería su amuleto de la suerte.

—Bien, volver adentro —dijo, Scott levantándose y sacudiendo su pantalón para quitar el polvo del piso. — Tengo que verificar que todo esté en orden ¿Viene? —pregunto señalando con su dedo el salón.

Jared negó y dirigió su mirada al cielo.

—Quiero quedarme un rato más. —contesto con una pequeña sonrisa.

El cielo esa noche se veía especial, estaba completamente estrellado, en Londres era realmente difícil ver el cielo de esta forma ya que normalmente por los edificios y las luces de la ciudad se notaba algo apagado. Agradecía que Scott hubiera elegido un lugar algo alejado, si no, no hubiera podido apreciar estás vistas.

—Oye —su piel se erizo y un escalofrío lo acompañó. —Tanto tiempo amigo, desde la secundaria no nos habíamos vuelto a cruzar.

Jared siguió mirando el cielo, a pesar de que quería girar su cuerpo para ver si sus oídos lo estaban engañando, este no hacía lo que su mente ordenaba. A tal punto cualquiera sabría que el miedo le había ganado a la razón.

—¡Guillermo! ¡Guillermo, ven aquí a saludar a nuestro amigo! —escucho unos pasos aproximarse hacia donde estaba.

Cerro los ojos y tomo aire, no podía ser cierto, después de tantos años estas personas habían vuelto a aparecer en su vida, sus agresores, los que hicieron que su vida en la secundaria fuera un calvario estaban justo detrás de él.

—La noche ahora se volverá más interesante.

Mientras tanto Scott se encontraba en la fiesta hablando con algunos invitados y asegurándose que todo estuviera en orden.

Se adentró en la cocina para ver qué las bebidas no faltasen ya que aún quedaban un par de horas para que la fiesta acabase, además de ordenar que los dulces fueran servidos y que las personas encargadas del show salieran a darlo.

La sonrisa de este no cabía en su cara, sentía que todo iba viento en poca en cuanto a su relación con Jared, además estaba satisfecho con el resultado de la fiesta.

—Scott —lo llamo Sara entrando a la cocina, ella y los demás amigos del trabajo de Jared eran los únicos autorizados para estar ahí ya que fueron de mucha ayuda en la organización. —Vamos a bailar un rato, has estado toda la noche de organizador y no te he visto disfrutarla aún.

—Si tienes razón.

Los dos se adentraron en la pista de baile moviendo las caderas al son de la música, Cristian le ofreció una bebida a este y el moreno tomo de un solo sorbo sin demora.

Crearon una ronda donde cada uno tenía su momento y podía lucirse. Sin miedo y sin prejuicios de nada. Scott estaba sumido en la música sin que nada más que bailar pasase por su mente. Eso fue hasta que alguien se tocó su hombro obligándolo a girar para prestarle atención.

Daiana la madre de Jared se encontraba ahí de brazos cruzados y con la mirada sería. Daiana tomo del brazo a Scott y lo dirigió fuera de la pista para hablar más tranquilos, el moreno la siguió sin rechistar ya que conocía el temperamento de la mujer.

—¿Sabes dónde está Jared? Lo hemos estado buscando desde hace horas para despedirnos, su padre está cansado y queremos volver a casa. —hablo de manera cortante.

—Seguramente se encuentre tomando aire fuera del salón. —contesto acercándose un poco a su oído para que está lo escuchase mejor.

La mujer negó y volvió a cruzar los brazos.

—Imposible, su hermana acaba de volver de ahí y dijo que no está.

Confundido Scott giro y se encaminó hacia la puerta de entrada, al llegar ahí salió unos pasos afuera y dirigió su mirada en varias direcciones sin encontrar rastro alguno de su enamorado.

Envío un mensaje al grupo que tenía con los compañeros de Jared, preguntándoles si alguno sabía algo del pelirrojo, inmediatamente contestaron que no y que saldrían a buscarlo.

Una rara sensación se instaló en su pecho, era como si alguna parte de su cerebro le estuviera diciendo que algo malo sucedía y no se equivocaba.

—¡Scott! —Daniel llegó corriendo a su lado, se encontraba agitado y en sus ojos se reflejaba el miedo. —Encontramos esto en la esquina, Jared no estaba por ningún lado.

Daniel extendió la mano y de este callo la cadena que Scott hace unas horas le había dado a Jared como regalo.

El moreno sintió que el alma le salía del cuerpo, estaba más que seguro que el pelirrojo no habría tirado su cadena así por sí.

Corriendo sin perder el tiempo la fiesta se detuvo y Scott pidió las cámaras de seguridad que el salón tenía. Lo que sus ojos pudieron divisar en las imágenes lo dejo estupefacto.

Since that nightWhere stories live. Discover now