TEN

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Reminiscencia.

Era de noche. Estaba raramente en la casa de Mheytom, con Alice, Christian y la Rubia irritante, Juliett. Cada uno estaba sentado en una parte del mueble, yo en el medio de todos, Alice en el piso y Christian al lado mío junto a Mheytom, que tenía a Juliett con los brazos enredados en el cuello. Parecía un parásito en la piel de un animal. 

No se cómo llegamos a esto, yo estaba haciendo mis tareas y de pronto estoy sentada viendo un película de Disney, que puso la rubia irritante.

—Que vergüenza ajena —dije de la nada. —. ¿Cómo se pone a hablar con ratas? ¿Tiene un trastorno o qué?

—¿Qué dices?—se sobresaltó Juliett —, Hablar con los animales es genial.

—Me imagino que tienes experiencia, con Mheytom... —murmure, pero solo Christian me pudo escuchar y por lo tanto se echo a reí.

—Disculpa, no escuché. —dijo extrañada.

Iba a decirlo de nuevo, pero Christian se adelantó y entre risa dijo que lo olvidaran.

—¿Se pueden callar?, ¡estoy viendo la película! —bromo Alice.

Nos quedamos en silencio, pero un sonido de llamada se escucho. Efectivamente era mi teléfono, y todos me miraron con la espera de que yo contestará, un poco confundida saqué el teléfono y en la pantalla veo un número desconocido, me paré del sofá y me aleje un poco de los chicos.

—¿Hola? —dije después de contestar.

»Hola, ¿usted es la dueña de un gatito llamado Horus?

Me comencé a asustar.

—Si, ¿qué pasa?

Por la preocupación de mi voz, los chicos me comenzaron a mirar.

•Yo soy la vecina, al parecer tú gatito se escapó por la ventana y lamentablemente lo atropellaron..

Antes de ella terminar, me sujete de algo, mi respiración se entré corto y mis ojos se nublaron.

—¿Co-cómo está? —dije nerviosa. De la nada tenía a Mheytom en frente mio y los demás tenían un rostro de preocupación.

»No fue grabe, pero ahora está en una operación de emergencia, ya que se fracturó un poco la pata. Te enviaré la dirección.

Colgué el teléfono y rápidamente aparte a Mheytom para ir afuera por mi moto, el me siguió y me detuvo de un abrir y cerrar de ojos.

—¡Suelta mi mano!  —dije, haciendo fuerza para alejarlo.

—¿Qué te pasa? ¿qué diablos te puso así? —preguntó sin soltarme.

—No tengo tiempo, dejame.. —estaba cada vez más nerviosa.

—Está bien, pero yo te llevaré al cualquier lugar que vayas. No dejaré en ese estado.

Literalmente si me iba así, yo no estaría viva para contar el dolor del impacto.

Asentí, el fue un momento a dentro y luego salió con zapatos, una sudadera y las llaves del carro en las manos.

Entre al carro y me senté junto a el, para enseñarle la dirección.

—¿Qué ha pasado? —preguntó sin dejar de mirar al frente.

—Mi gato, al parecer se escapó de casa y lo atropellaron. —Dije, mientras me secaba las pocas lágrimas que tenía.

El me miro un instante y luego miro al frente.

Lo Opuesto A NosotrosWhere stories live. Discover now