𝚂𝚝𝚛𝚊𝚗𝚐𝚎𝚛 (C̷r̷e̷e̷p̷y̷p̷a̷s̷t̷a̷)

Ⅹ: 𝑫𝒆𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆

¸„.-•~0°"ˆ˜¨ - ¨˜ˆ"°0~•-.„¸

Demente

Este chico estaba

Jodidamente Demente

<<¿En qué momento me alcanzó?>>

Era aterrador.

El tenerlo tan cerca era aterrador.

El que me apunte con un cuchillo era aterrador.

Que el cuchillo esté tan cerca es aterrador.

Su piel era blanca, más blanca que su sudadera, la mano que sostenía el cuchillo tenía cicatrices y raspones, sus nudillos estaban rojos e irritados.
En su cuello podían verse quemaduras de primer grado cicatrizadas, subiendo poco a poco y muy poco visibles en su cara, lo que era visible era tapado por su cabello largo y negro.

Pero su cara, su cara.

Su cara era excepcional.

Llevaba una asquerosa sonrisa asimétrica, asquerosa por la sangre seca y costras que mantenía esta, aunque pareciera que él le daba retoques con algún maquillaje o pintura, aún así desprendía un olor fuerte y molesto, parece que su cicatriz no fue tratada con un mínimo esfuerzo, solo cuidada para no ser infectada.

Sus cejas eran entre delgadas y gruesas, un punto medio, se veían de color negro, llevaba un corte de raya en la ceja derecha.

Sus ojos... Eran curiosos... su párpado inferior se veía extraño, tenía un tono oscuro que se combinaba a sus grandes ojeras, se veía como si se los hubiera lastimado y se hubiera puesto maquillaje negro sobre la herida, tanto arriba como abajo, haciéndolo ver cómo un emo; aunque su párpado superior se veía con cicatrices, como si hubiera intento cortarlo pero no lo hubiera logrado.

<< Que estúpido sería cortar tu propio párpado>>

El tono de sus ojos... Era peculiar... Un azul oceánico.

Hacían que me sintiera como en un trance, no podía dejar de verlos, mientras más los veía más me perdía en ellos.

¿Por qué ésta sensación es tan familiar?

Lo odio... A él y a sus ojos...

Tenía una estética emo, tal vez incluso ponketo.

Tenía rasgos finos, era ligeramente apuesto.

Tal vez era lindo sin todo eso en la cara.

¿Por qué me resultaba familiar?

—¿Te gusto o algo así?—Tenía un tono burlón, incluso sus ojos me miraban con burla, su voz no era molesta, pero se escuchaba enferma.
—Pero por la forma en la que me miras no diría que te gusto, no, diría que te encanto-—entonó con diversión la última palabra, sonriendo burlescamente.
—No te preocupes, arreglaré esa triste cara, para que así puedas verte igual de alegre y linda.

Me hice para atrás, intentando no caer.

Intentando retomar la compostura.