Capítulo 8

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La luna estaba en su punto más alto, alumbrando todo Estambul, junto a un precioso manto de estrellas. La noche ya había caído hace horas pero en el palacio aún había movimiento debido a que algunas criadas se encontraban terminando sus tareas.

Miray soltó un bostezo mientras se esforzaba por mantener sus ojos abiertos, estaba demasiado cansada, Sümbul-ag la hizo hacer todas las tareas que se saltó por estar con Mehmed, estaba agotada físicamente. Ni siquiera tuvo tiempo es escribir una respuesta al príncipe y no lo haría, al menos no hoy.

—¡Era tan lindo~! —Oh, cierto, olvido por completo que Alyssa venía a su lado con el príncipe Selim siendo dueño de sus pensamientos. 

—Por favor, Aly, ya deja eso —pidió mientras reía levemente. —¿Cómo es que tienes tanta energía? Yo quiero llegar y tirarme a dormir, no aguanto los pies —se quejó.

—Tal vez ya estás envejeciendo —alzó sus hombros la castaña.

—Solo soy un poco más grande que tú —recalcó, sintiéndose levemente ofendida por las palabras de la menor. —¡Grosera! 

—Vieja.

La rubia respiro hondo y apresuró su paso, repitiéndose que el asesinato no era una opción, al menos no una racional. Miray se detuvo al ver a una de las criadas frente a ella, con el ceño fruncido, hizo una mueca, no comprendía el odio que Clara le tenía, jamás la ofendió o se metió con ella.

—¡Maldita mujer! —soltó con furia la castaña. —¿Qué tienes tú que no tenga yo?

—¿Disculpa? —la rubia parpadeó confusa.

Alyssa tomó de la mano a Miray, no le agradaba Clara pues se la pasaba difundiendo rumores sobre su amiga, una vez incluso llegó a decirle a la sultana Hurrem que ella no era de confiar y no era digna de estar al lado del príncipe, cosa que la sultana ignoro al no tener fundamentos válidos. 

—¡Vete al diablo, Cara! —bramó la menor, jalando a la rubia hacía ella.

—¡Clara, no Cara!

—¿Me importa? —sonrió burlona Alyssa mientras disfrutaba el rostro furioso de la mujer, pero Miray pudo notar que una palabra más de Alyssa y la mujer se lanzaría a golpearlas quizá. —Así que vete al...

—Vámonos, Alyssa —ordenó Miray, tapando la boca de la menor para así evitar que dijera otra palabra más.

Ambas comenzaron a avanzar entre los pasillos, dejando con las palabras al aire a la mujer, cosa que aumento su enojo sobre todo después de que la castaña se diera la vuelta y le sacará la lengua para luego seguir su camino abrazada al brazo de Miray.

—¡¿Viste su rostro?! —Alyssa soltó una carcajada mientras sostenía su vientre. —¡Creí que explotaría de furia! —Miray solo rodo los ojos.

—Maldita mocosa.



El ángel del príncipe            ❝Sehzade Mehmed❞Where stories live. Discover now