7. Una lágrima que dar...

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Regresaron al mismo lugar donde un Hua Cheng y Xie Lian con cara de preocupación los esperaban.

—Volvieron rápido. —Mencionó con cautela el del parche en el ojo.

Ninguno de los recién llegados dijo una palabra. Ambos estaban con lágrimas aún corriendo por sus mejillas, pero lo que sentían no podía ser más diferente. Mientras que Wuxian se arrepentía de haber hecho que regresaran al mundo de los vivos, Wangji sentía una rabia burbujeante por haber regresado. Rabia que en cualquier momento lo haría estallar en contra de Wei Ying.

—¿Pasa algo? —Preguntó Xie Lian, sospechando que quizás ya habrían descubierto la verdad sobre Wangji.

—Ustedes lo sabían. Sabían que yo no estoy muerto. —Afirmó Wangji con una voz suave pero cargada de enojo.

—Aún. —Habló Hua Cheng. —Aún no estás muerto, y sí, sí lo sabíamos. —Dijo como si nada, como si aquello no fuera más que un comentario banal.

—¿Por qué no dijeron nada antes? —La mirada penetrante y furiosa del Lan se clavó en la pareja. 

—No nos correspondía decirte la verdad, Wangji. Tenían que descubrirlo por ustedes mismos. —Hua Cheng seguía hablando calmado.

—¡No puedo creerlo! ¡Todo este tiempo algo dentro de mí me decía que no podía estar muerto y tenía razón! —Wangji se pasaba las manos con desesperación por su cabello y se paseaba de un extremo a otro de aquel lugar. —¡Y pude haber regresado a mi cuerpo si no hubiera sido por ti! —Se paró en seco y señaló a Wuxian, el cual se había mantenido cabizbajo y con lágrimas aún deslizándose en sus mejillas grises. —¿¡Por qué carajos tuviste que abrir la boca y decir esas estúpidas palabras!? ¡Me quitaste la oportunidad de volver con mi familia y con las personas  que amo!

—Lo siento, Wangji... —Dijo Wuxian con una voz apenas audible. —Perdóname... No pensé...

—¡Exacto! —Lo interrumpió Wangji casi gritándole al ojigris. —¡No pensaste! ¡No pensaste que yo quiero volver a vivir! ¡No pensaste que yo sí tengo la oportunidad de regresar a mi vida! ¡No pensaste que yo no estoy muerto como tú!

Esas duras palabras atravesaron a Wei Ying con fuerza, el cual solo pudo abrir sus ojos con sorpresa. —Perdón, Lan Zhan... Yo... Entré en pánico... No supe qué más hacer... Lo siento...

—¿Entraste en pánico? ¿¡En pánico!? —Su voz aumentaba de volumen cada vez más. —Ya no digas más. Quédate callado que ya hiciste suficiente con regresarme aquí. —El Lan ahora enfocó de nueva cuenta su atención a la pareja. —¿Cómo regreso?

Tanto Hua Cheng como Xie Lian se voltearon a ver, inseguros de cómo darle aquella noticia al chico frente a ellos. Xie Lian tomó un gran respiro y decidió ser él el que le aclarara la situación al Lan.

—No puedes regresar. —Dijo con voz calmante y prosiguió antes que Wangji lo interrumpiera. —No puedes regresar al menos por el momento. Todos podemos visitar la tierra de los vivos únicamente 1 vez cada invierno y ustedes ya usaron su única visita.

—Tendrán que esperar hasta el próximo invierno para poder regresar ahí. Al menos que tu cuerpo dormido decida por sí mismo despertar serás atraído hasta ahí, si alguien se sacrifica por ti o si una situación especial requiere tu presencia en la Tierra de los Vivos son las únicas maneras por las que pudieses regresar. De lo contrario no hay nada que puedas hacer para regresar, no importa qué tanto lo desees. —Finalizó el del parche con un tono mordaz y prácticamente lanzándole dagas con los ojos al Lan.

Wangji enmudeció totalmente al escuchar que no podría regresar a su cuerpo hasta el siguiente invierno. —¿Qué pasa si... qué pasa si mi cuerpo decide no despertar nunca y m-muero? —Preguntó el ojidorado con miedo y viendo a ningún lugar.

El Cadáver del Novio... {WangXian}Where stories live. Discover now