Capítulo 04

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La incomodidad que se respiraba en el lugar era demasiado grande para ambos, Genya sentía la casa más pequeña, como si las paredes estuvieran cerrándose para aplastarlo. Llevaban quince minutos sentados sin decir nada, y aunque Tanjiro quería hablar al final terminaba apretando los labios y las palabras morían en su boca.

Siendo consciente de que no podían estar así toda la vida, el mayor suspiró y se animó a hablar.

—¿A qué debo tu visita?..

El burdeo dió un respingo al estar sumergido en sus pensamientos.

—Me enteré de lo que sucedió en la escuela — apretó más el cojín sobre su regazo — Y bueno.. quería saber cómo te encuentras.

Genya sintió un revoloteo en su estómago, el saber que Tanjiro se preocupaba por su persona le provocaba una agradable sensación de calor en el pecho. Tuvo que contenerse para evitar sonreír como un bobo.

—No está tan mal, pero.. — pensó bien sus siguientes palabras o al menos eso creyó — ¿Por qué no enviaste un mensaje? Así no tendrías que haber venido hasta acá.

Kamado tenía muy en claro eso, pero sus impulsos le ganaron y terminó yendo a casa del Shinazugawa; aunque tardo más de lo que planeo. Aún así sintió la pequeña punzada ante las palabras del pelinegro, tal vez no quería que estuviera en su casa y el tenerlo ahí no era más que pues cortesía.

—L-lo siento, pensé que sería buena idea — dijo en un murmullo — veo que no es tan grave, así que me iré.

Se dió cuenta de su error, cuando vió al de aretes levantarse del sofá.

—¡No! — bajó el tono al notar el pequeño susto del menor — Q-quiero decir, no es que no quiera estar contigo... D-digo, la cosa es que..

Empezó a susurrar cosas sin sentido, solo se detuvo al escuchar la pequeña risa del pelirrojo. Su rostro ardía en vergüenza.

—Entonces ¿Me quedo?

Solo un asentimiento de cabeza fue lo que recibió, volviendo a tomar lugar en el asiento. Sostuvo una pequeña bolsa decorada que trajo consigo.

—Traje pastelitos rellenos de crema.. pensé que te gustarían. — le extendió la caja transparente con 6 cupcakes dentro, encima de estos había una decoración con chocolate y pequeñas chispitas de colores.

—G-gracias — los tomó con cuidado — no te hubieras molestado.

—No es ninguna molestia. — sonrió.

De a poco el ambiente entre ellos se fue aligerando, Tanjiro relatando lo que había sucedido en la escuela el último día que el mayor no asistió a clases. Genya se dió un facepalm al escuchar como Sanemi colgó a Inosuke por la ventana de nuevo; su amigo no aprendía.

El tiempo se les escapó de las manos, que no notaron cuando la noche cayó. Ambos charlando entre risas, contando anécdotas y comentando cualquier cosa sobre ello. Definitivamente el tiempo vuela cuando te diviertes.

El burdeo observó la hora en su celular, faltaban diez minutos para las ocho y media. No comprendió cómo es que avanzo tan rápido, si hasta hace poco eran las seis de la tarde.

—Creo que debería irme, ya es algo tarde.

—¿No sería peligroso que salgas?

—No te preocupes, se cuidarme solo — trato de sonreír para calmar al azabache — nos vemos, Genya.

Antes de que pudiera salir por la puerta, su muñeca fue sujetada por la mano del contrario. Volteó a verle sorprendido y frunció el ceño.

—No debes hacerle esfuerzo a tu pie — le regañó — vuelve al sofá y reposa.

Lindo •|GenTan|•|KNY|•Where stories live. Discover now