Capítulo 08

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Siendo hora del primer descanso, Tanjiro compartía unos rollos de canela con sus amigos mientras charlaban animadamente.

—Así que, ¿Te hiciste amigo de los chicos del evento?

—Sí, son muy agradables y divertidos — rió al recordarlos — intercambiamos números y me agregaron a su grupo.

Zenitsu mordió su dulce.

—¿Les hablas?

—Todavía no, me da algo de pena.

Sonrió avergonzado y el rubio rodó los ojos con gracia, siguieron conversando mientras Zenitsu trataba que el chico jabalí no le quitara de su dulce, hasta que alguien más se juntó.

—¿Te ayudo?

—Por fav-... ¡Maldito cerdo que es mío!

Inosuke había logrado quitarle su rollo y salió corriendo entre risas y burlas hacia el rubio, el cual se levantó de su lugar para ir tras suya y estrangularlo.

—No van a volver.

Tanjiro asintió.

—¿Cómo está tu tobillo? — preguntó a la vez que le daba un mordisco a su rollito.

—Mucho mejor, gracias — sonrió despacio y se sentó frente al burdeo, abriendo una bolsita de papas — ya casi no duele y ahora sí puedo asentarlo completamete.

Asintió ante la respuesta, le alegraba mucho que Genya finalmente haya mejorado ante su lesión. Le ofreció de su dulce, cosa que el contrario aceptó gustoso. Siguieron charlando hasta que un grito interrumpió sus palabras.

—¡Maldita sea, déjame en paz!

En el pasillo de al lado, un furioso Sanemi caminaba siendo perseguido desde atrás por un azabache que intentaba hacerlo razonar.

—Shinazugawa, no actúes como un niño.

—¡No vengas con esas mierdas!

Genya se sobresaltó al escuchar a su hermano tan alterado, quiso levantarse para averiguar que sucedía pero la mano del menor sujetando la suya por sobre la mesa le detuvo.

—No creo que sea buena idea — alcanzó a murmurar y siguió viendo la escena.

Por suerte el lugar donde se encontraban era algo alejado del edificio principal, con pequeñas bancas distribuidas en distintos sitios; algunas más alejadas que otras, e incluso ciertas de ellas eran tapadas por la sombra de los árboles. Como en la que estaban sentados justo ahora, por ejemplo. Un sitio tranquilo y apartado para estar a gusto en compañía o en solitario, que para fortuna de Kamado y sus amigos no era muy concurrido; mucho menos si se trataba del primer toque de receso.

—Bien, cuando estés más tranquilo hablamos.

Sanemi se sorprendió ligeramente cuando Tomioka aceleró su paso y le pasó por el lado sin siquiera dejarle responder. Hace mucho tiempo que el menor no le veía con cierta frialdad. Sintió un revoltijo incómodo por dentro, su pecho punzo a la vez que apretaba los dientes y sus manos se cerraban en puños. Maldijo por lo bajo y siguió casi el mismo camino por el que se había ido el ojiazul.

A la distancia Genya apreciaba la partida de su hermano mayor, sintiendo un malestar interno. Una pequeña caricia en su mano lo trajo devuelta, olvidó que era sujetada por Kamado al estar tan concentrado en Sanemi. Girando su vista al menor, este le sonreía con comprensión.

—No te angusties, estoy seguro que todo estará bien.

—Pero no se veía de ese modo..

—Tranquilo, ya verás que lo que sea que haya pasado lo solucionaran.

Lindo •|GenTan|•|KNY|•Where stories live. Discover now