𖦹➶︎☆UNA EXTRAÑA HISTORIA DE AMOR☆➶︎𖦹
- ¿Quien es usted y qué intenciones tiene con mi papi mimi?.-pregunto con el ceño fruncido.
- Eh hola pequeño , tu papi es muy bonito.
Una bola de helado de chocolate fue lanzada sobre la costosa camisa del chi...
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Una extraña sensación recorrió el corazón de Jimin.
Llevaba días sintiéndose así, aveces se encontraba recostado en su cama y de un momento a otro podía imaginar escuchar la voz de Taehyung. ¿Eso era siquiera posible?, se cuestionó. En los cinco años que habian pasado desde la muerte de éste, nunca tuvo una alucinación o algo parecido, solo una extraña sensación de haber perdido una parte de su corazón.
Pero ahora, esa extraña sensación estaba presente en sus noches, justamente antes de conciliar el sueño y no le molestaba, nisiquiera estaba asustado. Al contrario se sentía protegido y una calidez bastante conocida se extendía por su pecho, arruyandolo.
— Yo también te extraño, Tae.
Eso era lo que susurraba Jimin, cuando estaba apunto de quedarse dormido.
Y aquel ángel de cabellos castaños sonrió entre lágrimas y dejó un suave beso es la frente del rubio.
— Yo siempre estaré contigo. Te lo prometí, ¿Recuerdas?. — se escucho tan suave e imperceptible como una brisa en una noche lluviosa.
Y así mismo como llegaba, se iba.
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Entre el bullicio de los comensales y de los ajetreados empleados se encontraba Kim Seokjin, quien estaba intentando retomar sus deberes como encargado del manejo ingresos, como de adquirir todo lo necesario para preparar el menú del restaurant.
Después de sus pequeñas vacaciones. Las cual necesitaba urgentemente, volvió a seguir adelante con el proyecto de expansión.
— Jimin, es bueno con las matemáticas. — murmuró sin quitar los ojos del informé de finanzas en sus manos. — Supongo que él es el cerebro y yo la cara bonita. El dúo perfecto. — Sonrió ante lo dicho. Pero segundos después se sobresalto al escuchar la puerta de la oficina ser tocada.
— ¿Quien puede ser?. — susurro y aclaro su garganta. — Esta abierto. — Anunció en voz alta.
Entonces la puerta se abrió y por la ella se asomo una cabellera castaña un poco desaliñada, y con cautela, y con una sonrisa tímida entro por completo.
Vaya, me había olvidado por completo de él. Pensó Jin regalándole una sonrisa un tanto forzada, al tipo frente suyo.
