43. Van, retorna a casa

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—¿Alguna ultima voluntad, anciano?

—¡Mejor dí las tuyas, miserable!.

El líder de la tropa enemiga volteó tras suyo, despues de oir una tercera voz.

Soren pasó el filo de su espada por el tipo que se atrevió a herir a su Alfa, con tino perfecto, le cercenó la cabeza de un tajo como si de partir una fruta se tratara.

Aquel espectáculo atroz, bastó para que el enemigo se muestre dubitativo y prefiera huir de las manos del omega.

Los hombres de Folke fueron tras ellos, en tanto Soren tuvo que quitar la espada incrustada en su esposo. Fredrick fue fuerte al soportar la herida y gracias a su omega estaba siendo llevado rapidamente a ser atendido.

—¡No los dejen escapar y si es posible traiganlos vivos!— Ordenó Soren que batalló un poco para cargar a Fredrick y subirlo a su caballo.

Con ayuda de sus guardias, se apresuraron a retornar teniendo el tiempo en su contra, pues Fredrick se desangraba.

—¡Abran la puerta y llamen al médico!— Exigió Soren a viva voz.

Los sirvientes les dieron paso y ayudaron a cargar al Alfa herido hacia en salon.

—¡Aquí esta el medico, tiene todo listo en su habitacion!— Lauritz bajó a prisa por los escalones, anticipando a su vision al menos para salvar la vida del herido.

Soren asintió y junto con los empleados lo llevaron a ser atendido.

En su habitacion, el medico preparaba todo lo indispensable, por lo que cuando acomodaron a Fredrick sobre la cama, el médico de inmediato revisó la herida y posteriormente tuvo que suturar mientras todos los presentes sujetaban al Alfa que se retorcía de dolor.

Cuando el médico terminó y vendó la herida, Fredrick estaba semi conciente y con una fiebre repentina. Soren se mantenía a su lado, estando atento y cuidando de él.

—Gracias por haber traído al médico— Soren le agradeció a Lauritz que ayudaba a recoger lo que el médico usó.

—No me agradezca madre Soren, si hubiera visto en mi vision que se trataba del Alfa, todo hubiera sido diferente— Se lamentó.

—No, igualmente te adelantaste y el medico pudo salvar a Fredrick.

—Bueno, al oír del ataque, pensé que lo mejor sería llevar al médico al palacio, para que atendiera a los heridos allí. Por eso me tomé la molestia de llevarlo.

—Hiciste muy bien, te felicito. ¿Y qué pasó con los niños?— Cuestionó Soren, ya que estaba al tanto de la reciente union de Lauritz y Daven.

—Oh, eso. Tuve que traerlos conmigo, estan abajo en la cocina. ¡Lo lamento, sé que fue irresponsable, mas cuando se desataba una batalla, pero no podía dejarlos solos!

—No, fue arriesgado, pero buscaste la mejor opcion. Nadie puede culparte y mas cuando acabas de salvar la vida de mi Fredrick. Ve a descansar, pídeles a las empleadas que preparen lo que los niños quieran, deben estar nerviosos.

—Gracias. Espero que el Alfa se recupere pronto— Lauritz salió de la habitacion, llevandose lo ultimo de las bandejas que usaron.

Soren pasó su mano por los cabellos canosos de su Alfa, su cuerpo estaba sudando y con la temperatura alta, pero al menos su condicion no era grave.

—¿Sabes algo, Soren?— Fredrick habló lento, pero estando conciente. —Quiero a mi familia, juntos y a mi lado...

—¿Qué quieres decir exactamente?

Educando al AlfaWhere stories live. Discover now