51. Reconciliación

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Mientras Arin y Sten toman un baño juntos, pueden oir el festejo en el gran salon por el nacimiento de los hijos de Van y Elis.

—Arin... ya que tu hermano y Elis han tenido a sus hijos, no sería grandioso que nosotros tambien pensaramos en tenerlos— Repentinamente Sten comenta.

—Hum... quizá, ¿Tú quieres hijos?

—Si vienen de tí, los querria obviamente.

—Ouh, pues a mi tambien me gustaria— Responde, aunque internamente no sabe si dice la verdad. Saliendo de la tina, se pone una bata en un intento se huir del tema. —Démonos prisa, quiero conocer a los cachorros.

Arin busca en su armario algo que vestir y mientras las dudas en su mente incrementan. Arin en su vida deseó hijos, no los queria y los ciclos asi como el parto le causaban calosfríos.

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Elis estuvo tres días en su forma lobo cuidando de sus cachorros y siendo alimentado por su alfa, pero cuando sintió su cuerpo mejorado despues del alumbramiento, cambió a su forma humana y así estirando los brazos despues de estar acostado todo el tiempo.

Van le pasó ropa ligera de inmediato, pues el resto de la familia ansiaba conocer a los nuevos miembros de la familia. Elis se puso un sueter olgado que cubrió bien sus pechos hinchados y adoloridos, viendo siempre a sus cachorros que dormían profundo, vió que era hora de levantarse del nido que empezaba a ser incómodo. Levantó a ambos cachorros que se sentían a gusto en el aroma de sus padres en el aire de esa habitacion.

Con sumo cuidado, los pegó a su regazo y avanzó hacia su cama, allí se acomodó y dejó dormir en un nido mas pequeño solo para los pequeños.

—Te siento aun cansado, mejor les digo a todos que vengan mañana— Comenta Van que está a su lado, ayudandole.

—Estoy bien, no hará daño a nadie tener visitas. Que pasen, tambien quiero presentarselos— Sonríe Elis, dejando suaves besos por enésima vez sobre las cabecitas de sus cachorros.

El alfa obedece y avanza hacia la puerta, minutos despues, los primeros en ingresar son Fredrick y Galt que son silenciosos en su caminar. Pronto sus rostros se transforman en muecas enternecidas por los cachorros durmientes. Fredrick no se limita a solo ver, sino que se acerca lo mas que puede y antes dejando un beso en la frente de Elis por tan bello regalo a la familia, se agacha hasta rozar su nariz con ambos pequeños. Galt en cambio se abraza a Elis mientras ve cada accion simple de respiracion de sus sobrinos.

—Gracias, Elis... por hacer feliz a este viejo— Solloza Fredrick en voz baja, no queriendo alejarse de sus recientes nietos.

A Galt le cuesta separarse, pero corre fuera de la habitacion.

—¡Mamá, sus bebés son tan lindos!— Anuncia emocionado.

Galt toma la mano de Soren y lo hace correr para que los conozca tambien.

Soren estaba dudoso en conocerlos, pero tampoco podía con la curiosidad. Estando dentro de la habitacion, pudo percibir el aroma maternal de Elis y ademas unos aromas entremezclados de leche suave propio de los cachorros.

Aun cerrado en su postura, actuó sereno y llegó al lado contrario donde Elis estaba sentado, nadie le impedia el paso, asi que se sentó y sus ojos fueron a esas pequeñas bolitas de pelo negro que respiraban pausadamente. Sus ojos se humedecieron y formó una sonrisa incontrolable al conocer a tan bellas criaturas, sintió como si volviera a aquella época en que nacieron sus propios hijos.

—Son tan hermosos— Susurró y estiró el brazo para acariciarlos suavemente.

Elis sentía su pecho tan cálido al oir tantas adulaciones a sus cachorros y es que tenia el mismo sentimiento que los demas.

Educando al AlfaWhere stories live. Discover now