Capítulo 1

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¿Alguna vez vieron 'Pretty Woman' (1990), la peli que puso a Julia Roberts en el mapa de Hollywood? Yo tampoco.

Esta va a ser una historia de pocos y cortos capítulos. Y estará narrada en primera persona por nuestra astróloga favorita. Espero les pueda alegrar un rato.

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Una de las primeras cosas que aprendí a hacer cuando descubrí que podía descifrar los misterios del universo mirando las estrellas, fue identificar los dones que cada persona posee.

Y no estoy hablando simplemente de saber si tienen o tendrán una visión elemental o no. Sino todo tipo de destrezas con las que esa persona ha sido bendecida.

Si tiene aptitudes para las artes, si tiene talento para la cocina, si se le facilita el trato con otras personas, si puede orientarse en cualquier entorno como si de un ave migratoria se tratara, etc.

Tiempo después, ya iniciados mis estudios en Astrología, aprendí a identificar los defectos de las personas. Y aunque es bien sabido que los astrólogos no podemos ver nuestros propios destinos en las estrellas, desde el día que me fui de casa de mis padres, me percaté de que poseía un singular, gran defecto. Deficientes habilidades de administración financiera.

Deficiencia que iba mucho más allá de no saber gastar el dinero. Literalmente yo era tan mala gestionando mis ingresos que consideraba un logro positivo llegar a fin de mes sin deudas, incluso si para lograrlo tuve que irme a la cama sin cenar al menos dos veces ese mismo mes.

Para cuando me mudé a Mondstadt la situación se puso tan mal que mis amigos cercanos tenían la impresión de que yo era pobre. ¿¡Te lo imaginas?! ¡Yo la Gran Astrologa Mona Magistus confundida con una pordiosera!

No me molesté... demasiado cuando descubrí la impresión que tenían de mí mis amigos. O su impresión de mi estatus económico al menos. Después de todo, ninguno de ellos poseía mis conocimientos ni mi visión sobre las cosas realmente importantes en la vida. Y entiendo que malinterpretaran los hábitos que tenía en esa época como los de una persona de bajos recursos.

También, en retrospectiva, tal vez debí ser más discreta y no quejarme en voz alta tan seguido sobre la falta de contenido en mi monedero. O por lo menos no depender tanto de la amabilidad de Amy y su familia para alimentarme todos los jueves de estofado...

Pero que quede claro que lo que yo hacía eran estrategias que maximizaran mi capacidad de dirigir el mayor porcentaje de mi capital a financiar mis estudios, gastando lo mínimo en mi sustento necesario.

Pero aunque me costara admitirlo, lo cierto es que mi situación en Mondstadt no era particularmente enviable. Siendo una ciudad de vino y música, no de académicos o al menos literatos, no había muchas opciones de trabajo para una Astrologa como yo. De hecho, casi nadie en la ciudad sabía realmente qué hace una astrologa cuando yo llegué. Fuera de "Predecir el futuro" claro está.

Para ser sincera, llegó un punto en que tuve que enfrentar los hechos... Necesitaba más dinero si es que quería poder seguir financiando mis estudios... Y dejar de pasar hambre 4 veces por semana.

Y al no tener intenciones de volver arrastrándome a casa de mis padres, o peor, a casa de la vieja loca de mi maestra... Decidí buscar un segundo trabajo de medio tiempo para aumentar mis ingresos.

¿En dónde se preguntan? Obviamente en el local con el mayor flujo de dinero de toda la ciudad: la taberna Obsequio del Ángel.

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