Capítulo 9

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Como ya he mencionado antes, estaba acostumbrada a sentir algunas miradas posarse sobre mí al recorrer las calles de Mondstadt. Pero aquella noche me di cuenta que de hasta entonces no había tenido concepto de lo que estar en la mira de todas las personas a mi alrededor.

Justo como predije, apenas entrabamos en la periferia de la vista de alguien, nos volvíamos en su foco de interés. Diluc y yo parecíamos un desfile de solo dos personas. Acaparando la atención de todas y todos en el trayecto de nuestro andar.

―Quizás debimos ir al Buen Cazador. Habría sido más fácil― sugerí, intentando que no se me notara lo incómoda que me hacía sentir tener tantas miradas sobre mí.

―Quizás. Pero cierra más temprano. Y hay un nuevo restaurante de comida liyueana que quiero probar― respondió, totalmente indiferente a lo que pasaba a nuestro alrededor.

No sabía que pensar de su actitud. ¿Será que Diluc estaba tan acostumbrado a esto que ya se había desensibilizado a las miradas ajenas? ¿Era acaso su seguridad tan basta que le eran inconsecuentes las miradas y opiniones de los demás? ¿O es que acaso disfrutaba secretamente ser el centro de atención?

Discretamente dirigí mi mirada a su rostro y pude ver claramente como la comisura de sus labios se torcían para forman una sonrisa.

¡Diluc estaba sonriendo!

Y debió notar mi sorpresa porque inmediatamente se volteó a mi a preguntar ―¿Pasa algo?

―No, nada. Solo, no frecuento mucho este distrito.

―Ya veo. ¿Estás disfrutando el paseo?

En retrospectiva, me da curiosidad imaginar que habría pasado de haber dicho no. Pero en aquel momento no había forma de que no diera una respuesta positiva. ¿Es decir, qué iba a hacer? ¿Devolverle su chaqueta e irme de ahí camino a ser campeona del mayor ridículo en la historia de la ciudad?

―Sí, la ciudad es muy hermosa. ¿Tú lo estás pasando bien?

Diluc volvió a sonreír y dirigir su mirada al frente.

―No me imagino por qué no debería.

Decidí que lo mejor tratar de disfrutar el momento y pensar en las cosas positivas de mi actual situación.

Para empezar, hacía una hermosa noche de Luna llena con un cielo estrellado. Y ahora que tenía la cálida chaqueta de Diluc para cubrirme, no tenía que preocuparme por el frío.

También, no era común que yo visitara aquella zona de la ciudad y menos por la noche. Nos encontrábamos en el corazón del distrito de comercio y el panorama estaba ocupado por los mejores negocios de la ciudad. Teatros, galerías de arte, tiendas de ropa fina, joyería importada, juguetes de alta gama y los restaurantes más elegantes.

Y claro, no podía olvidar, que me encontraba acompañada del soltero más guapo, rico y cotizado de todo el reino. Cullos pasos seguía de cerca gracias al hecho de que yo permanecía colgada de su brazo izquierdo. Íbamos tan cerca uno del otro que podía percibir el agradable aroma de su colonia. Eula definitivamente debió haber estado pasada de borracha para decir que aquella agradable fragancia masculina era apestosa.

Volví a regañarme al darme cuenta de lo que estaba pensando.

Ahí vas otra vez, idiota. Deja de fantasear.

―¿Segura que estás bien?― preguntó Diluc volviendo a dirigir su mirada hacia mí.

―Sí, no pasa nada nada. Solo... ¿Falta mucho?

―En realidad casi llegamos― dijo apuntando al local en la contra esquina de la cuadra donde se veía un restaurante de nombre Wanmin, cuyo letrero estaba rodeado de peces koi.

Una propuesta DecorosaWhere stories live. Discover now