Capítulo 8

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Había quedado con Ferrán para comprar los atuendos que llevaríamos a la boda. 

No habíamos vuelto a hablar del ataque de pánico que tuve el otro día en su presencia. Él simplemente me ayudó a calmarme y después de preguntarme unas cuantas veces si estaba bien, me llevó a casa. 

No podía decirle simplemente que había perdido el control de todo por unos estúpidos sentimientos. Fue Sofía la que me metió todos esos pensamientos erróneos en la cabeza, yo no sentía nada por el moreno. No podía sentirlo. 

Algo en mi se removió cuando lo vi aparecer. Analicé su vestimenta mientras él aparcaba la moto. Vaqueros caídos negros con una camiseta pegada blanca. Que bueno estaba el cabrón. Sonrío nada más verme haciendo que una pequeña sonrisa se posara en mis labios. Me abrazó nada más llegar hasta mi.

-¿Cómo estás nena?

-Bastante bien, ¿y tú?

-Con ganas de verte en ese vestido rojo

Rodé los ojos divertida y entramos en el centro comercial. Lo primero era encontrar un traje para Ferrán, así que pasamos por tiendas de todo tipo. Ninguno me terminaba de convencer para él, no le hacían justicia. 

-Estás muy exigente ¿no?- preguntó divertido

-Si tengo un novio habrá que presumirlo bien

Escuché como reía y entramos en otra tienda. Me puse a mirar trajes como una loca. Hasta que lo encontré. Era ÉL traje. No sabría describirlo exactamente, pero era perfecto. Era muy Ferrán Torres. Me giré hacia él muy ilusionada y le obligué a probárselo. 

Lo esperé fuera del probador mientras él se vestía. Tenía el presentimiento de que este iba a ser el traje elegido

Alcé la cabeza cuando vi que corría la cortina. Mis cejas se alzaron hacia arriba.

Vale, no pensaba que le fuera a quedar tan bien. 

Mis ojos lo recorrían de arriba abajo sin parar. ¿Era real? Estaba más bueno que antes, si es que eso era posible.

-¿No me vas a decir nada?

Me acerqué a él y le empecé a poner bien el cuello de la chaqueta. Estaba pensando en que decirle. Podía sentir la mirada de Ferrán en cada uno de mis movimientos. Sus manos se posaron en mi cintura y me acercaron un poco más a él. Sus palmas eran cálidas contra la fina tela de mi camiseta.

-Estás muy guapo, moreno- dije alzando mi mirada y cruzandola con la suya

Sentí como su pulgar hacia una caricia en mi cintura. Un escalofrío me recorrió entera. 

-Si estoy tan guapo tendré que llevarme este traje ¿no?

Alcé una ceja y una pequeña sonrisa salió.

-Anda vamos a pagarlo

Sonrío, y en vez de soltarme me acercó a él. Lo miré algo nerviosa por la cercanía. 

-Tengo muchas ganas de verte en un vestido

Acto seguido me soltó y volvió a entrar en el probador. Sentía mi cuerpo ardiendo, me miré en un espejo y mis mejillas estaban súper rojas. ¿Cuál había sido la última vez que me había sonrojado? Dios que tonta estaba siendo. Me abaniqué un poco y cuando Ferrán salió lo acompañe a pagar. 

Una cosa menos. Ahora me tocaba a mí.

*

Nada. No me gustaba ningún vestido. Todos me quedaban horribles. Aunque Ferrán dijera que estaba preciosa con cada uno de ellos. 

-Solo queda esta tienda Em, espero que te guste alguno

Lo miré algo cansada y entramos en la tienda. Fuimos directamente a los vestidos y miré entre todos los vestidos rojos que habían. No. No. NO. ¿Por qué todos eran tan feos?

-Nena, tienes que ver este

Me giré a mirarlo y lo vi con un vestido largo, rojo brillante, de un solo tirante y con la pierna derecha al descubierto. Tenía un escote pronunciado en V pero no demasiado. No estaba mal.

-Es el vestido nena, no voy a aceptar un no por respuesta hasta que no te lo pruebes

Asentí todavía mirando el vestido y fui al probador. Me quité la ropa como por décima vez. Tuve que quitarme también el sujetador ya que el vestido lo requería. Me abroché la cremallera ya que la tenía a un lado y me miré en el espejo. Me gustaba, me gustaba mucho. Me estilizaba las piernas y todo la verdad. 

Abrí la cortina del probador y la cabeza de Ferrán se giró en mi dirección. Sus cejas se dispararon hacia arriba y sus ojos no se despegaron de mi figura. Me recorrió varias veces y yo estaba nerviosa. Quería que dijera algo ya. 

-¿Y bien?

-Dios nena, estás... estás, es este, sin dudas

Sentí mis mejillas calientes y le dediqué una sonrisa.

-Si, yo tampoco tengo dudas, es el vestido

Entré en el probador para quitármelo y fuimos a pagarlo. Lo más difícil ya lo teníamos, y yo todo lo demás ya lo tenía en casa. 

-¿Te pondrás pajarita o corbata?

Ferrán me miró sonriendo.

-Ya lo verás, pero tengo una perfecta para la ocasión

-Espero que no sea roja

-¿Por qué? ¿No quieres que vayamos conjuntados?

Arrugué la nariz.

-Eso es muy cursi 

Ferrán me abrazó por los hombros y rió.

-Los novios van conjuntados, así que lo siento nena, vas a tener que aguantarte

¿Amigos? - Fanfic de Ferrán TorresWhere stories live. Discover now