41. Entre Tú y Yo

700 86 20
                                    

Era vergonzoso para el admitir que la voz ronca del menor había logrado erizar su piel por completo, sintiéndose aun más nervioso cuando por fin pudo encontrarse con aquel par de cianitas que tanto lo atormentaban y encantaban a la vez, sin siquiera notarlo había contenido su respiración por unos segundos, dejando escapar el poco aire que quedaba en sus pulmones en un suspiro para volver a inhalar con calma mientras apartaba su mirada, haciendo su cuerpo un poco más atrás cuando el azabache incorporó su cuerpo, acomodando su espalda en el respaldo de la cama.

—¿No vas a responder? —Cuestionó el menor mientras lo observaba fijamente.

—Sojung dijo que estabas dormido —Dijo él bajando su mirada hasta sus manos mientras mordía levemente su labio inferior.

—¿Entonces viniste a mi casa a verme dormido? —Inquirió el menor sabiendo que el rubio comenzaba a sentirse atacado por su tono tan mordaz.

—No, no y-yo...

—Entonces viniste hasta aquí con alguna otra excusa ¿Qué es ahora? Realmente todo era mentira ¿cierto?

—Maldición, podrías callarte —Reclamó él abriendo levemente sus ojos mientras lo observaba con el ceño levemente fruncido.

—Me estás haciendo callar en mi propia casa, eso es tan tú —Comentó el menor haciendo una mueca mientras llevaba una de sus manos hasta su cabello.

—No me dejas hablar, podrías simplemente controlar tus palabras venenosas —Dijo él desviando su mirada nuevamente hasta sus manos—. Todo lo que te dije hace unos días es cierto, estoy aquí porque estaba preocupado.

—Preocupado tú... —Murmuró el azabache soltando una suave risita falsa mientras se cruzaba de brazos—. Eres incapaz de sentir preocupación por alguien Jeno, ni siquiera te preocupas por ti mismo.

—Estás siendo... sumamente hiriente en este momento —Dijo Jeno atreviéndose a levantar su mirada para encontrarse con el ojiazul quien frunció sus labios fugazmente—. Y sé que lo merezco, pero...

—Deja de decir eso todo el tiempo —Se quejó el menor levantándose de la cama mientras se abrazaba a sí mismo tratando de buscar algo de seguridad al estar con el mayor allí.

Jeno no tardo en incorporar su cuerpo para girar sobre sus pies, metiendo ambas manos dentro de los bolsillos de su chaqueta nuevamente, viendo al menor dirigirse hasta su escritorio.

—Pensé que te quedarías conmigo, pero cuando desperte no estabas —Dijo él viendo al menor voltear a verlo de inmediato.

—Si hubiera sido al revés tú ni siquiera me hubieras escuchado —Atacó él parpadeando levemente mientras apartaba su mirada—. No me iba a quedar a esperar hasta que despertaras.

—Tenías miedo...

—¿Por qué iba a tener miedo? —Cuestionó el azabache riendo suavemente girando su cuerpo hacía el para encararlo.

—Por lo que pasa con nosotros cada vez que estamos solos... antes era divertido para ti, pero te aterra saber que me gustas porque tal vez no eres capaz de controlarlo ahora —Murmuró él al ver al menor lo suficientemente cerca, viéndolo congelarse a unos pasos de él.

—No acabas de decir eso —Dijo débilmente Jaemin mientras intentaba convencerse de aquello.

—Te asusta pensar que puedes ser más débil que yo, Nana.

Jeno tuvo que controlar con todas sus fuerzas la verguenza y el nerviosismo que sentía, a pesar de eso se le hizo imposible no sentir un suave ardor en sus mejillas ante la tensa mirada repentina que el menor le daba, de repente, en un abrir y cerrar de ojos encontrándose con el cuerpo de Jaemin a escasos centímetros de él, logrando colocarle los pelos de punta mientras lo observaba fijamente; y es que no se sentía capaz de soportar aquellos juegos otra vez, no en ese momento cuando era capaz de admitir lo que sentía sin miedo de por medio.

—¿Si quiera es posible ser más débil que tú? —Preguntó el azabache sintiendo su pulso acelerarse de solo ver al mayor terminar de acercarse a él, era tan fácil para él ver lo nervioso que se encontraba al rubio.

—¿Quieres averiguarlo? —Murmuró él parpadeando varios veces seguidas mientras volvía a mirarlo con algo de cautela—. ¿O te da miedo?

Jaemin abrió levemente su boca mientras trataba de pronunciar alguna frase coherente más lo único que salió de sus labios fue un débil suspiro mientras veía al rubio terminar de acercarse sin siquiera dudarlo, uniendo sus labios con la misma suavidad que cada una de las veces que se habían besado, las cuales apenas eran cuatro contando el beso que compartían en ese momento.

La mano del rubio no tardo en posicionarse en su nuca, alejándose luego de unos segundos, haciendo su cuerpo hacía atrás cuando él lo siguió en un vago intento de volver a unir sus labios, y es que ni siquiera era capaz de explicar lo tenso que se sentía todo cuando sus ojos de posaron sobre los oscuros ojos del mayor, incluso cuando era capaz de notar lo nervioso que este estaba, Jeno no estaba dando un paso atrás, y aquella sensación resultaba tan asfixiante para ambos.

La mano del mayor daba suaves caricias en su nuca, casi como si le impidiera alejarse mientras se observaban fijamente, sus pechos subían y bajaban ante las aceleradas respiraciones, como si hubieran corrido por horas, cuando lo único que habían hecho era estar el uno frente al otro dejándose arrastrar por la tensión que los envolvía.

—Estás jugando en un terreno desconocido —Murmuró él sintiendo los labios del mayor rozar los suyos mientras hablaba.

—...Entonces enseñamelo porque solo quiero conocerlo contigo —Susurró el mayor sin apartar apartar su mirada de las brillantes cianitas que lo observaban con algo de pánico.

El azabache soltó el aire que se encontraba en sus pulmones, sintiendo su pulso acelerarse ante las suaves palabras que el rubio susurraba sobre sus labios, observándolo con tanta atención que había logrado descolocarlo por completo con aquella corta frase, y si era sincero, se sentía incapaz de dar marcha atrás, incluso si luego se repetía por completo de sus actos, se negaba a siquiera alejarse un milimetro del cuerpo ajeno.

El azabache soltó el aire que se encontraba en sus pulmones, sintiendo su pulso acelerarse ante las suaves palabras que el rubio susurraba sobre sus labios, observándolo con tanta atención que había logrado descolocarlo por completo con aquella co...

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Saekki •NoMin• Where stories live. Discover now