45. Palabras Venenosas

684 86 0
                                    

Jaemin estaba acostumbrado a que las personas lo juzgarán, durante aquellos años había tenido que aprender a aparentar que aquellas burlas e insultos no le afectaban, incluso cuando varios eran pan de cada día incluso cuando él ni siquiera había hecho un mínimo esfuerzo por llamar la atención de alguno de ellos, por lo mismo, aquél día viernes cuando había aparecido en la universidad ni siquiera había hecho un intento de defenderse o de discutir con cualquier imbécil que comenzara a insultarlo, y Jeno, el rubio se encontraba haciendo un esfuerzo gigantesco por intentar mantenerse al margen del menor.

No quiero que te involucres en nada que tenga que ver conmigo dentro de la universidad.

Jaemin lo que menos quería era dar más razones para que hablaran, incluso si lo que decían era verdad o no, él no quería que Jeno anduviera involucrándose en peleas, incluso cuando también se hablaba de él, Jaemin no quería que el mayor se peleara por intentar defenderlo de los insultos que recibía, él podía soportarlo solo, incluso se la mismísima Yoo Jimin había provocado que aquellos insultos volvieran a sonar como la primera vez, cuando todo el mundo dentro de la facultad parecía haberse enterado de que él estaba enamorado por Lee Jeno.

—No puedo creerlo, es una perra —Gruñó Renjun cerrando la puerta de su casillero con fuerza, ganándose una sorprendida mirada de parte del menor—. ¿Qué? Es realmente una imbécil despechada.

—Sé que lo es, pero cálmate, Jimin va a terminar cayendo por si sola y de la peor manera...

—Pero no es justo que todo vuelva a repetirse, esto ya no pasaba —Se quejó el de cabello bicolor acomodando la mochila sobre sus hombros.

—Renjun, mírame, soy Na Jaemin, ya pase por esto, puedo soportarlo otra vez...

—Y esta vez no esta solo.

El azabache incorporó su cuerpo del casillero y giro sobre sus pies para fijar su mirada en el rubio que se acercaba a ellos por el pasillo, deteniéndose a unos pasos de ellos junto a su trío de amigos, quienes sonrieron levemente, aunque no mo quisiera, Jeno estaba haciendo un gran esfuerzo por no invadir el espacio que el menor le había pedido.

—¿Así? realmente eso espero, porque puedo verme muy tranquilo, pero si se trata de Jaemin soy capaz de partirme las bolas a cualquiera —Sentenció el mayor mientras observaba al grupo con seriedad, acercándose al más alto para tomar su mano y colocarlo junto a él.

—Creí haber dicho que no necesitaba apoyo de nadie —Dijo él metiendo su mano libre dentro del bolsillo de la sudadera oscura que llevaba puesta.

—No deberías preocuparte por eso, no voy a pelearme con nadie por intentar defenderte, tú y yo sabemos que lo que Jimin dijo no es cierto —Comentó el rubio luego de observar fugazmente la unión entre las manos de los dos chicos, volviendo a mirarlo fijamente a los ojos—. Incluso si quiero hacerlo porque eres la persona que me gustas... soy consciente de que tú puedes romperle la cara a alguien por tu propia cuenta.

De repente los celestinos ojos del azabache se abrieron, viendo al rubio marcharse con una amplia sonrisa en sus labios luego de ver al menor sin saber que decir, dejando completamente sorprendido al amigo del menor, quien volteo a ver al más alto de inmediato.

—Espero que ahora si lo creas, acaba de decirlo en medio del pasillo sin importarle que alguien lo escuche —Comentó DongHyuck sonriendo con diversión antes de marcharse para poder dirigirse a su clase.

—¿Acabo de escuchar bien? —Quiso saber Renjun girando su cuerpo para poder observar al rubio caminando por el pasillo.

—Si... ha esto diciéndolo todos estos días —Murmuró él haciendo una pequeña mueca con sus labios.

—Días... ¿Desde cuando paso esto y no me lo contaste?

—La noche de mi cumpleaños, apareció en mi casa durante la cena, termine yendo a su casa y lo soltó de repente, estaba aterrado y yo también así que creo que no resulto de una buena manera, pero el miercoles apareció en mi casa y... nos besamos —Contó él observando al más bajo fugazmente al ver la expresión obvia que tenía este en su rostro—. Luego de eso fui a su casa, pasó lo de Jimin... y ayer pasamos casi toda el día en su departamento, no hicimos nada, solo, estuvimos allí.

—Mírame —Murmuró el mayor con un tono autoritario, haciendo que el menor volteara a verlo con cautela—. ¿Lo hicieron verdad? No puedo creerlo —Chilló Renjun golpeando el brazo del más alto mientras sonreía con diversión.

—No lo hicimos, deja de hacerte ideas —Reclamó él de inmediato mientras desviaba su mirada hacia el pasillo, fijándose que nadie estuviera escuchándolos—. No paso nada lo juro, no quiero arrepentirme luego sentirme como si me hubiera humillado de la peor manera...

—¿Crees que es solo físico?

—De verdad estoy intentando creer que tal vez realmente le gusto... pero ¿Por qué alguien cómo yo podría gustarle? —Preguntó él bajando su mirada por unos segundos, cruzándose de brazos algo afligido.

—Lo mismo me pregunto yo, realmente no tienes nada como para gustarle a Jeno, tampoco lo entiendo.

Aquella desagradable voz no tardo en hacer acto de presencia, dejando ver a la castaña con una expresión neutral, aunque era capaz de notar el odio en su mirada, Jimin siempre había tenido aquella rabia y odio en su mirada, estaba seguro de que no era el único capaz de notarlo, pero por alguna razón cada vez que se trataba de él, aquella sensación aumentaba.

—Vete, Karina —Dijo Renjun observándola con desdén mientras se cruzaba de brazos.

—Que encantador —Mencionó la castaña dedicándole una falsa sonrisa antes de volver a dirigir su mirada hacia el azabache—. Me alegro que hayas vuelto ¿Te gustó el recibimiento?

—Si, la verdad me encanto ver como esta manga de idiotas sigue creyendo tus idioteces —Acotó él fingiendo una sonrisa mientras observaba a la chica—. Me sorprende que me busques cuando soy la razón por la que Lee Jeno te dejo —Una pequeña sonrisa geniuna se instalo en sus labios, haciendo su cuerpo hacía atrás al ver a la castaña lanzarle un manotazo.

—¿Estás tan orgulloso de haberle movido el culo para que me dejara? Eres tan repulsivo —Gruñó la mayor acercándose a él mientras fruncía su ceño.

—Lo que me alegra es que por fin se haya dando cuenta de lo bajo que puedes caer por la obsesión que tienes con él —Asintió suavemente él mientras se cruzaba de brazos, soltando una pequeña risa mientras la mirada—. Vaya Karina, eres tan patética.

—¿Patética yo? Eres un cínico, todos estos años estuviste acusándolo hasta el punto de confundirlo, tú no le gustas... por favor, mírate, eres tan poca cosa para él que realmente lo único que quiere es usarte para luego desecharte, solo te haría un favor, seguramente tu cuerpo es horrible, lleno de estrías, simplemente eres repulsivo Na Jaemin.

El azabache la observo en silenció, parpadeando débilmente mientras dejaba escapar un suspiro de sus labios, él sabía que nada de lo que decir la castaña era cierto, pero la situación resultaba tan agobiante para su inseguridad que lograba lastimarlo de una manera horrible, y verla observarlo de pies a cabeza con una maldita sonrisa en su rostro no le ayudaba para nada.

Saekki •NoMin• Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora