Cuento 1 - 3

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Night Club 3: Alejados de la realidad

No había regresado a aquel Night club desde aquella noche cada vez que lo recordaba un furia hervía dentro mío y no entendía porque si era enojo por el atrevimiento de aquella mocosa o algo más que aún no pretendía aceptar, mis pesadillas se volvieron en sueños explosivos de pasión en donde estaba atrapado en aquel cuerpo que no tenía nada que envidiar.

Aquella mocosa me la había jugado sucio, sabía que estaba en el colegio por aquella vez que vino a mi oficina, pero aquella noche me entere que cumplía dieciséis años, no podía darme el lujo que terminar preso además que era un viudo de treinta años por desdichas del destino y aunque muchos decían que aún era joven no pretendía dar rienda suelta a mi vida con una niña.

Nada en la vida me preparaba para lo que estaba por presenciar el día de hoy, los años no pasan por nada y más aún cuando era mi cumpleaños número treinta y ocho, muchas cosas habían cambiado en mi vida y una de ellas era la presión de mis padres en que me casara y les diera nietos aunque mi medio hermano ya se los había dado un nieto, mi sobrino Alessandro de cinco año que adoraban con locura aunque mis padres sabían la barbaridad que cometió hace años atrás con mi esposa pero la actual pareja solo fue una placer de una noche aunque su error de aquella mujer fue enamorarse de mi hermano que era un sinvergüenza sin corazón, pobre chica.

Estaba camino a mis oficinas pues regresaba de un viaje de negocios, iría a ver unos temas urgentes para luego ir a la cena con mis padres, estaba por salir de mi oficina cuando mi asistente ingresa echo uña manojo de nervios indicándome que mi hermano me estuvo llamando al celular, le devolvería la llamada pero en el mensaje enviado me pedía ir al hospital cuando llegue me di la sorpresa que mi padre estaba en sala de operaciones por un dolor en el pecho aparentemente un ataque aunque aún no teníamos uña información certera hasta que él mismo doctor lo comunicara.

Fueron las horas más largas de mi vida, más de seis horas caminando de un lugar a otro incluso mi hermano estaba nervioso y más con mi sobrino llorando, por suerte Emilia vino al rescate la madre de mi sobrino que lo consolaba y consolaba a mi hermano Ezra, todavía se hacía de rogar, las puertas de la sala de cirugía se abrieron mostrándome un rostro que durante estos ocho años fue difícil de olvidar.

Quien diría que aquella imprudente joven sería actualmente una solicitada y afamada cardióloga a su edad, estaba sorprendido y más por volver a verla.

Los días subsiguientes fue dedicado a ser ignorado totalmente pasaba a visitar a papa día tras día a la vez que no quería dejar sola a mama en aquella habitación preocupada por papa hasta que despertara de la operación y se recuperara, en algunas ocasiones encontraba en la habitación a mi cuñada Emilia ayudando a mama aquella chica de verdad se ganaría el cielo.

Cada mirada o cruce entre ambos en el hospital resultaba en no ser tomado en cuenta específicamente ser ignorado aquella chica que antes me pisaba los talones y coqueteaba en las oportunidades dadas ahora ya no lo ejercía, suponía que ya había madurado y en parte me alegraba ya no llevaba la vida loca de antes o eso creí cuando aquella tarde que salía de la clínica subí al ascensor dirigiéndome al primer piso cuando en el piso seis subió acompañada de otro doctor siendo ignorado nuevamente hasta que su acompañante bajo en el piso siguiente dejándonos tres pisos restantes que sentí que fueron eternos cuando en el piso dos volteo hacia mi persona dando una mirada extraña en cierta manera y no porque le tuviera miedo me arrincone a la pared del ascensor cuando mocosa me beso alocadamente bajando una mano traviesa hacia mi entrepierna la cual recibía cierta atención que hace tiempo no tenía.

No sé cuánto tiempo me quede pasmado y encerrado en el ascensor pues cuando reaccione estaba solo, me dirigí a mi auto y a la empresa no deseaba pensar en nada contraproducente por el momento.

Volver a casa luego de un mes de viajes por negocios era reconfortante en verdad necesitaba un suplente y más aún que sentía por momento que necesitaba unas merecidas vacaciones y más cuando no tenía mis habituales desestresante como antes pues mi padre estaba en el hospital y cada vez la empresa estaba cargada de trabajo por la expansión.

Caminaba por los pasillos del hospital nuevamente para visitar a mi padre cuando en mi camino sin notarla apareció frente a mi aquel rostro sonriente y sinvergüenza, trate de ignorarla era mi mejor elección luego de lo sucedido en el ascensor.

- Vas a ignorarme o es que me tienes miedo

- Prefiero ignorarte aun eres una mocosa

- Jajaja parece que olvidaste como me llamo para que me digas mocosa

- No lo recuerdo lo que no es importante

- Jajajaja perdonare tu terrible ofensa y para que lo recuerdes soy Annika Romina Nowak Kowalski o doctora Nowak como gustes

- Ok doctora

Antes de retirarse lejos de mi dejo una tarjeta de presentación suya entre mis dedos con su datos y pidiéndome que la llamara y si no lo hacía ella me buscaría solo solté una rosa modo sarcasmo pues sabía que era capaz de ello, pero más aún para que quería que la llamara.

Los negocios me resultaban más llevaderos que mantener algún tipo de relación con alguien del sexo femenino y mientras mis debates internos eran suplantados por el trabajo que fueron interrumpidos por mi asistente que había un problema con una señorita en la recepción.

Mi dolor de cabeza empezaba a manifestarse cuando apareció frente a mi sentada en el sofá de mi oficina sabía que fue una mala idea no llamarla y más aún calamar la posible pelea de la recepción, aquella mocosa que ya no lo era desbordaba sensualidad en cada paso que daba y siendo sincero jamás me pareció fea era todo lo contrario, aunque no viene al caso, solo tengo que mantenerme alerta con ella.

- Parece que andas demasiado ocupado

- Si te incómoda puedes retirarte

- Que aguafiestas, puedo esperarte e ir a cenar o podemos ir a mi casa si te gusta

Estaba por dar una respuesta cuando empezó a masajear mis hombros y juro que la quería rechazar, pero de verdad lo necesitaba, pero fue alguien tonto y confiado pues me relaje tanto con aquel masaje que no precaví su intento de propasarse con sus tocamientos insensatos solo me aparte y continué con mi trabajo que luego de dos horas y a regañadientes nos dirigimos a un restaurante.

No estaba seguro si era las tres botellas de vino que tomamos o el cansancio que hacía efecto en mí ya que estaba subiendo por el ascensor hacia mi apartamento la verdad no recuerdo como llegué me senté en el sofá quedándome dormido.

Desperté con una presión en el pecho y algo tibio a milado y al abrir mis ojos era ella quien estaba a mi lado Annika, me levanteecho un loco y tomé un baño como si hubiera hecho algo malo baje a la cocina atomar un café cargado como si aquello pudiera quitar la culpa que sentía,aunque no entendía el porqué. 

UNA HISTORIA ENTRE NOS ©Where stories live. Discover now