La vida a veces te puede sorprender, como lo hizo conmigo.
Buscando un sueño encontré otro. Si tuviera que elegir entre ambos, me quedaría con ella. Lizzie.
Desperté y antes de abrir los ojos sentí una respiración en mi cuello, sonreí porque sabía de quién se trataba. Ella estaba totalmente dormida, me abrazaba tan fuerte que me daba ternura.
Nos quedamos profundamente dormidas, la noche anterior fue increíble y me sentí tan bien, sólo que no sabía cómo terminaría todo esto. Quería quedarme con ella, pero también pensaba en Robbie, en el esfuerzo que ponía todos los días para ser mejor esposo.
Suspiré y tuve la idea de prepararle el desayuno a t/n, me levanté lo más despacio posible. Increíblemente ella no se movió si quiera. Sonreí por lo tierna que se veía.
Estábamos totalmente desnudas, entonces decidí colocarme una remera holgada que estaba en el sillón, sabía que era de ella y estaba segura de que no le molestaría que lo usara. También la tapé con una frazadita, no quería que se despertara por la ausencia de mi calor.
Fui a la cocina, no tenía muchas cosas aún ya que acababa de llegar al departamento y todo era nuevo. Encontré café y lo preparé con pan tostado.
Mientras terminaba el desayuno sentí que alguien me observaba. Era ella.
- Buen día señorita Olsen -dijo sonriente acercándose a mí.
- Buen día señorita T/a -coloqué mis manos en su cuello y la acerqué más para besarla- Te preparé el desayuno, espero que te guste -dije susurrando cerca de sus labios.
- Creo que estoy disfrutando del mejor desayuno ahora mismo -me sonrió volviéndome a besar- Mmm, este desayuno es mi favorito.
- También es mi desayuno favorito, pero -me alejé de ella- Este desayuno también es muy importante -le mostré lo que había en la mesa.
- Graciass -me mira tiernamente- La verdad que yo tendría que haber hecho el desayuno para ti, pero estaba tan cansada que no pude despertarme antes -rió nerviosa.
- No te preocupes, estabas cansada por el vuelo y sé que anoche utilizaste tus últimas fuerzas conmigo -le guiño el ojo- Fue increíble.
- Tú eres increíble -me regala un beso en la mejilla- Hey, te queda muy bien mi remera -me observa de arriba abajo- Te queda muy bien, y muy sexy -mordió su labio inferior sonriéndome. Cómo se atrevió a hacer eso?
- Tú también te ves sexy con esa frazadita de dinosaurio -reí- Muy caliente.
- Cómo te atreves a reírte -colocó su mano en su corazón haciéndose la ofendida- Es la mejor frazada del mundo.
- Yo no dije nada -levanto las manos- Ahora, desayuna por favor -la miro tiernamente.
- Sí, espérame, voy a ir a hacer pis -se fue corriendo como una niña pequeña, eso me causó risa.
Después de unos minutos, salió con una remera holgada también -Te gusta esta remera? -se dió toda la vuelta para mostrármelo.
- Sí, me encanta, te ves muy tierna con ella. Eres tan pequeña.
- No, no, por favor. No me digas pequeña, odio esa palabra -rió- Muchas veces me molesté con Jack por ese motivo, no quisiera enojarme contigo.
- Oh, por más que intentes no te podrías enojar tanto tiempo conmigo -dije segura.
- Por qué tan segura Olsen? -me mira desafiante.
- Puedo quitarte el enojo en un segundo -me acerco lentamente- Sabes cómo, no? -miro sus labios.
- S-sí, lo siento... Sí, sabes... Digo, lo sé, sí sé -dijo tan nerviosa que me hizo reír. Me alejé lentamente
- Ahora desayuna -digo ordenandola.
- Dios, por qué eres tan sexy? -dijo, lo que me hizo reír.
- Puedo ir a ducharme? -le pregunto con un poco de vergüenza. Necesitaba refrescarme.
- Por supuesto que sí, el baño queda al fondo, puedo ir contigo si quieres -sonrió coqueta.
- No, tú te quedas a desayunar -dije señalando su plato- Ahora si me disculpas, voy al baño -mientras salía de la cocina, tuve la idea de quitarme la remera para tentarla un poco más. Funcionó.
- OLSEEEEEEN! NO ME HAGAS ESO.
Mientras me estaba duchando, t/n me había dejado ropa limpia en una silla frente a la puerta del baño. Ella era tan atenta conmigo que no pude evitar sonreír.
Después de unos 20 minutos, salí de la ducha, agarré una toalla limpia, abrí un poco la puerta para recoger la ropa que quedaba en la silla. Volví a cerrar la puerta.
Mientras me vestía, escuché el sonido de un celular, era el de t/n. Creo que se había olvidado cuando vino corriendo a hacer pis.
Me acerqué para mirar la pantalla, ¿Quién era Crystal?
Sabía que no era correcto atender, pero lo hice porque tenía curiosidad.
- Hola linda, ¿cómo estás? Te extraño..
Inmediatamente colgué la llamada, dejé el celular en su lugar, me alejé lentamente hasta chocar contra la pared. ¿Quién era ella?, ¿Por qué le dijo linda?
Muchas cosas pasaron por mi cabeza, no sabía qué hacer, qué decir o cómo actuar. Y si t/n estaba jugando conmigo? No, ella no puede ser igual.
¿Hablo con ella o me voy sin dar explicaciones? No lo sé.
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