Entre el amor y el deber #3. [+21]

Capitulo 31

Bela:

–Algo sin duda esta extraño, si te fijas aquí–me señala–le vertieron algo a la boca.

–Quiero que salgas y proyectes los alrededores–sale de las cámaras de la habitación y recorre toda la planta en busca de algo.

–Aquí ya han pasado media hoy e incluso tú estás afuera, no hay nada aquí, la única señal es el líquido.

–Espera eso–le señalo la pantalla.

–¿Que?

–Amplíalo–le ordeno–es una sombra–me hace caso y amplifica la imagine pero solo se ve una persona con un vestido bastante largo en la pared–joder–me recuesto para atrás y maldigo por lo bajo.

–Bela–escucho su voz y se exactamente lo que me dirá–debes descansar, el velorio fue hace cuatro días y sigues sin dormir. Susana me llamo diciendo lo preocupada que esta por que no haz querido ver a Lukas, se que no quieres que el te vea mal, pero el te necesita.

–Tu no lo entiendes—negué con la cabeza–es mi hermana quien se ha ido. ¿Crees que tengo cabeza para comer o dormir?

–¿Y Lukas?

–No quiero que me vea así.

–Se cuando amabas a Alaska, se que era tu roca,tu aliada y yo más que nadie le agradezco mi vida al igual que a ti y me duele–sus ojos se llenan de lagrimas y es la primera vez desde que lo conozco que lo veo de esa forma–tu eres mi familia, lo fuiste desde aquel día que deje a mi tribu atrás para seguirte y apoyarte. Nadie creyó en que lo lograríamos, pero lo hicimos y Alaska estuvo también ahí en primera fila; Por esa misma razón te pido que no dejes de comer y Dormir, ya perdí a una familia no podría perderte a ti y lo sabes–voy hasta el y me toma entre sus brazos como una niña desesperada. Me sujeto a él con fuerza y entonces lloro, lloro lo que no había llorado en toda la misa, en todo estos días o incluso en toda mi vida. Saco todo y aunque sigo sintiendo que me arrancaron el corazón me siento más aliviada de saber que existe alguien que sabe que el amor que tengo por Alaska, traspasa todo entendimiento.

–Debemos seguir investigando, quiero saber que fue todo eso del líquido–se aparta de mi y comienza a trabajar. Pasamos toda la tarde y lo único que descubrimos fue que alguien borró pedazos de cinta antes que nosotros, algo que sin duda era sospechoso.–Deberíamos hacerlo una autopsia al cuerpo de Alaska.

–¿En verdad quieres eso?–me mira serio.

–No–digo con la voz queda–no quiero que pase por mas cosas, pero si no lo hago quedaré con la duda toda la vida.

–Entonces lo haremos hoy mismo. No esperemos que se haga de noche.

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Eran alrededor de las 5 de la tarde y tuvimos que pagarle a quien estaba en turno en la noche para abrir el ataúd. No puedo negar que estoy nerviosa pero a la misma vez necesitaba quitarme este mal sabor de boca que traía atorado en el pecho.

Veo a los hombres trabajar para quitar toda la tierra y volteo hasta Roger que no ha parada de mirarme.

–¿Que?

–¿Llamaste a Alex?

—Este no es el momento claramente–el sabía que no quería pensar en Alexander.