Historia donde Lucy se comió la Diamond Diamond no mi, modelo: Diamante Blanco, obviamente en su niñez...
Se preguntaran... ¿Por qué una bendita infante, de todas las personas, tiene tremenda fruta en manos? Simple, un pescador, actualmente retirad...
Perdón por la demora pero me da demasiada pereza tener que estudiar y actualizar diariamente.
Perdón si les llego una notificación de que actualice, se me fue la mano y lo toque por accidente, jeje
Sin más nada que decir...
¡EMPECEMOS CON ESTA MARICONADA!
Pdt: luego del prólogo no he "actualizado" los capítulos, aun sigo en proceso de ello, ni siquiera este esta actualizado (ahora si, o la mayoría-) así que están bajo su propio riesgo si quieren leer esta cochinada.
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-Punto de vista: nadie en general.
-Salto de tiempo: unas semanas llenas de terremotos después.
Nos podemos encontrar de nueva cuenta en el bar de la peliverde, tan bullicioso como ya es costumbre desde que los piratas empezaron a desembarcar en la isla. Este bullicio solo pudo sacar un suspiro de una cansada peli-verde que se movía de un lado a otro, atendiendo a cada uno de los piratas a los que se les acababa el trago.
Entre todo el revuelo, en la barra se encontraban un pelirrojo y una pelinegra, que fácilmente se podían reconocer como Monkey D. Lucy y el capitán pirata Akagami no Shanks. Ambos estaban teniendo una pequeña disputa mientras la menor de ambos comía de mala gana por el creciente malhumor que el pelirrojo le causaba.
Debido al alboroto de los alrededores, apenas y se podía escuchar fragmentos de su conversación, conversación que ciertamente se podía resumir a la D. quejándose mientras que el pelirrojo se partía el culo de la risa y se ahogaba con el aire.
"¡BAHAHAHA! Ay ay ay, me va a dar algo..."- se carcajeo el pelirrojo mientras dejaba en la barra la botella de la cual bebía antes de empezar a reírse de su pequeña admiradora, quien en realidad más que con admiración le veía con un pronunciado ceño fruncido mientras daba un mordisco a su comida, que iba con la intención de retener las ganas de morderle la mano al pirata -"Anchor... ¿Cómo se supone que seas pirata si ni puedes nadar?"-
"Ya te dije Shanks, no te metas con mi sueño o mi incapacidad para nadar, o yo te meto pero a la boca del sea king de la isla"- murmuro entre dientes la infante con una vena resaltando en su frente y el ya mencionado ceño fruncido de antes -"y ya soy una niña demasiado grande como para tus tonterías. Además ¡Hasta Beck dice que parezco ser más madura que tu!"- reclamo lo ultimo con orgullo en su tono la pequeña mientras lo señalaba con su dedo acusador.
Ante lo dicho, el pelirrojo quedo sin palabras. Perplejo y petrificado ante la audaz revelación de la menor con lentitud se llevo una mano al pecho, ya todos sabiendo lo que iba a hacer suspiraron cuando lo vieron poner una expresión calmada que paso a una de indignación. La bartender simplemente soltó un suspiro al tener un respiro de andar de un lado al otro.
