Historia donde Lucy se comió la Diamond Diamond no mi, modelo: Diamante Blanco, obviamente en su niñez...
Se preguntaran... ¿Por qué una bendita infante, de todas las personas, tiene tremenda fruta en manos? Simple, un pescador, actualmente retirad...
Si quieren sáltense todo hasta donde dice al día siguiente. Lo que está antes que eso es solo un poco de lo que pasó después en el capítulo anterior que la verdad ahora que lo leo se ve como si me hubiera fumado algo, no es algo relevante en la trama así que se lo pueden saltar con tranquilidad..
Bueno, todo se ve fumado... Ahre, ya los dejo leer esto con tranquilidad!
Lo activa que estuve en vacaciones me esta tomando factura-
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-Punto de vista: nadie en general.
-Lugar: cabaña del bandido.
-Salto de tiempo: horas después de la llegada de Makino y el alcalde.
"Adiós Makino! Adiós alcalde! Y gracias por la comida!"- grito una pelinegra desde el marco de una ventana.
"Adiós pequeña!"- grito la peli-verde en respuesta, el viejo simplemente alzó la mano en forma de despedida.
La pequeña luego de ver que desaparecieron de su vista, emocionada se volteo y agarro la cesta para irse con ella a su habitación que compartía con ambos mayores a ella, los cuales confundidos la siguieron.
"Em, no vas a poner la música?"- pregunto confundido el rubio
"Para qué o qué?"- preguntó la menor aún distraída con la cesta.
"Hoy es mi turno y lo sabes"- dijo el pecoso con los brazos cruzados, seguía molesto por lo de la tarde con la menor.
"Y? La que tiene la música soy yo no tú. Además siempre que es tu turno la cabaña empieza a temblar... maldito rocanrolero"- le respondió la pelinegra mirándole con una mirada juzgadora.
"Trató es trato, Lucy. Cada uno tiene su turno de elegir y aunque me disguste decirlo le toca a él y no importa que la casa se derrumbe igualmente tienes que cumplir. Nosotros ya hacemos nuestra parte haz la tuya"- comentó con una expresión irritada el siempre razonable rubio.
"Y hicimis nistri pirti hiz li tiyi" sorry pero se espera a que termine con esto"- respondió la menor que empezó a ver el interior de la cesta, encontrándose con su bocadillo favorito y su incompleto vestido ahora completo que se había olvidado anteriormente -"sabía que se me había olvidado algo!"-
"Qué es?"- preguntó molesto el pecoso acercándose más a la menor -"qué es eso?"-
"Eh, un vestido, quizá?"- respondió con burla la azabache al pecoso, quien molesto le dijo.
