Quizás eso no significada mucho pero a mi me había destrozado por dentro, tanto que ya no era la misma. Era increíble como había cambiado en tan poco tiempo.
Ya no existían las sonrisas sinceras y las risas contagiosas, ya no habían los chistes bobos o los ojos con llenos de ilusión ya no había nada.
Con el tiempo solo habían quedado las sonrisas forzadas junto a las risas sin gracia. No quedaban los chistes bobos y los ojos se habían vuelto vacíos. Ya no tenía ilusión en casarme o tener muchos hijos, siquiera de estar enamorada, todo lo que creía posible estaba dejando de serlo y solo porque la ilusión murió junto a él, junto a la niña de cinco años, se fue su Kateerin y con el tiempo solo quedó una vacía Johana.
ESTÁS LEYENDO
Estar rotos
Short StoryEsto es por nosotros que nos enamoramos de nuestra soledad y nos curamos en silencio.